La Heredera CAPÍTULO 48: Missing

 




New York, mayo de 2015

Thomas caminó por los pasillos de las oficinas de Aiden, le parecía pintoresco todo lo que veía realmente nada de su gusto, había accedido a verlo e ir donde Jazmin juntos, era algo que realmente necesitaba, esperaba que no saliera con alguna evasiva de último momento, sabía que detrás de su ayuda tenía que ver con Marie, Aiden era bastante susceptible cuando se trataba de ella y él… No sabía que sucedía con él cuando se trataba de esa mujer, Crystal se lo repetía en infinidad de ocasiones terminaba tras el culo de ella sin ser muy consciente de ello y por momentos no se lo podía refutar, no sabía cuál era el efecto que ella generaba en él.

La secretaria lo miró un poco dudosa, sin embargo prefirió no dirigirse a él y no anunciarlo, creaba ese efecto, sin esperar mucho abrió la puerta sin ceremonias no le interesaba ser delicado, al entrar sus ojos se posaron en una pequeña figura con gafas y totalmente despeinada, ella bajó sus anteojos con su dedo índice denotando sus grandes ojeras.


-¿Qué haces aquí?-Lo miró por encima de las gafas oscuras mientras él le preguntó.

-¿Qué haces tú aquí? - Marie le devolvió la pregunta, Thomas no contestó y se acercó a ella y la olió,  su aspecto era deplorable, se notaba que había vomitado en varias ocasiones y que al menos llevaba dos días con la misma ropa.

-¿Nuevamente tomando? -Le recriminó, le parecía increible que lo hiciera por el imbecil inglés.

-A ti qué te importa. -Marie contestó osca.

-Un momento -Intervino Aiden -Por qué le dices eso, ¿cuando más la has visto tomando?

-El sábado, de verdad Marie Elizabeth te desconozco -Movió su cabeza y miró a Aiden - Pensaba ir a otro lugar antes de ir al sitio, tú me dirás si me acompañas.

-Tan solo espero el cambio de ropa de Elizabeth y nos vamos -Thomas asintió, mientras Marie se cruzaba  de brazos.


Marie suspiró y ellos comenzaron a charlar, dejó de prestarles atención y sintió un retortijón lo único que le faltaba era que le bajara su periodo, tocó levemente sus pechos, le dolían, Aiden dejó de hablar y la miró confundido y ella aprovechó y le pidió algo de tampones, por ese motivo Aiden la miró con extrañeza, pero ese tema no era algo que la avergonzara, era algo natural.


Veinte minutos después Lindi la secretaría de Aiden apareció con un bolso con un cambio de ropa y se lo entregó, Marie después de agradecerle se fue al baño que tenía la oficina de su amigo y pocos minutos después estaba limpia, nuevamente olía a fresas silvestres le encantaba ese olor y Aiden también porque sin ella haberlo especificado le había incluido su shampoo favorito, se sentía como nueva.


Tomó sus anillos y se los acomodó, eran baratijas comparados con las joyas de su madre, pero le gustaban más, acomodó una de las medias bucaneras en su muslo y se miró al espejo, no le gustaba el maquillaje así que solo se puso una crema bloqueadora, tomó la cadena con la llave y se la puso, comenzó a revisar los bolsillos del abrigo y sacó el móvil y un sobre, lo miró detenidamente y lo metió al bolso, lo revisaria después, su móvil vibró en el mesón y ella lo tomó era Louisiane, contestó el teléfono.

-¿Marie?

-Hola, Lousiane ¿cómo estás?

-Aburrida. -Se quejó - ¿Cuando volverá Phillipe?

-Pronto espero traerlo, ¿Por qué estás aburrida?

-No tengo con quien hablar y me está ignorando.

-Por qué dices qué te ignoran. -Lousiane soltó un quejido.

-Por qué es así, nadie me quiere.

-Eres importante, para tus padres, tus amigos y tu prometido.

-¿Crees que cuando sea mayor me podría casar con él? Yo lo amo tanto, es tan guapo.-Marie apretó sus labios según le había entendido a William ese asunto era un juego, pero escuchar a Lousiane hablar de él de esa forma le hacía pensar que la adolescente se estaba tomando todo en serio.

-Umm, es guapo, pero a medida que creces personas llegan a tu vida.

-Por supuesto, pienso tener novios, pero cuando sea el momento iré a donde mi prometido.

-No creo que a tu prometido le guste que tengas muchos novios -Dijo sonriendo y Lousiane rió.

-Debo irme ya casi es hora de la cena.

-Ok descansa.


Colgó de inmediato, miró la pantalla y una luz roja titilaba, su carga estaba al límite, lo bloqueó y puso la ropa en una malla y salió.


-¿Lista? -Preguntó Aiden y Marie asintió.


Aiden la tomó de la mano y los tres se dirigieron al ascensor, en el trayecto se encontraron con los guardas y Adam, -bañados y cambiados- ella les comunicó que iría en el auto de su amigo, sin poder evitar sentirse pensativa, había actuado de forma precipitada al ir a New York, además de pasar tantos días bebiendo, después que criticara a Fran por poner su vida en una botella, ella estaba haciendo lo mismo y no se trataba de una persona en si, se trataba del miedo que sentía al pensar en su situación.


-Elizabeth. - La llamó Aiden y ella alzó su cabeza- Muéstrale la llave a Thomas -Marie la sacó de su interior y se la mostró - En Coney Island, existen unos expertos en llaves, podríamos preguntar de qué se trata -Marie asintió, mientras abordaban el ascensor.

-¿Quién te dió la llave? -Indagó Thomas.

-Landon, pero no me dijo nada relevante sobre ella.

-Ok, yo pensaba llevar a Aiden a un lugar en donde él presuntamente acostumbraba ir -Marie no necesitó saber el nombre para saber de quién se trataba.


Los tres abordaron el auto de Aiden y sus guardas como siempre estaban detrás de ellos, los dos hombres comenzaron a hablar, mientras Marie los escuchaba atenta no entendía qué era lo que sucedía, él buscaba a un asesino, según él que estaba tras ella por algún motivo.


-Alguien que hubiese tenido problemas por temas religiosos, -La voz de Thomas se escuchó en referencia al sujeto maligno- hasta  el momento sé qué es meticuloso, personalmente es demasiado impecable y viste muy elegante, aunque no he considerado que podría ser  alguien muy religioso sólo podría ser algo sensible ante estos temas y quizás ser su debilidad -Aiden asintió.

-No entiendo como puedes conocerlo tanto si nunca lo han visto -Preguntó Marie confundida.

-En los casos de asesinos seriales, se utilizan perfiladores, éstos a partir de su sello o forma de asesinar logran identificar patrones que logran decir algo de su conducta y estilo de vida -Marie asintió.

-Crean supuestos.

-Mas qué supuesto es una técnica más estructurada, intenta leer la mente del criminal por medio de las pistas que ellos dejan de forma consciente o inconsciente. Por ejemplo existen caníbales que  son incapaces de experimentar lazos afectivos, a temprana edad puede tener una gran admiración a la muerte, muchos de ellos no toman directamente el camino al crimen, pueden ser doctores, científicos o artistas, por medio de su técnica de devanar supe que tiene conocimientos en cocina. Un corte de un médico a un chef difiere, desde el tipo de herramienta que utiliza. -Marie lo escuchaba en silencio, no sabía qué tantas cosas se podían saber de una persona a partir de eso.


El auto se detuvo y pararon frente a un restaurante muy elegante.


-No me demoro -Thomas se bajó.


Marie se cruzó de brazos y por en medio de los asientos se pasó al puesto del copiloto.


-¿Por qué estás con Thomas en esto? -Preguntó Marie.

-Por ti -Respondió Aiden y ella lo miró confundida,  sintió náuseas el dolor de cabeza se mezclaba con el viaje en coche, nunca se había mareado en un auto, pero era consciente que jamás tomaba como desaforada y en ese instante experimentaba una gran resaca.


No le dijo más y se bajó del auto necesitaba respirar aire y vio que sus guardas también lo hicieron, bostezó y se cruzó de brazos no entendía por qué habían parado en aquel lugar, acomodó su falda y caminó de un lado a otro, pronto vio que Thomas se acercaba y detrás venía Victoria gritando el nombre de él.


-¿Y qué hace esta aquí? -Victoria gritó cuando sus ojos se cruzaron con los de Marie y en el instante Aiden se bajaba del auto prosiguió: -Ya entiendo, tú solo le acólitas las tonterías a éste.-Habló en referencia a Aiden.

-Cálmate -Hablo Thomas con su voz dura - Elizabeth tiene nombre y no pienses de más. -Victoria empuño sus manos, ¿por qué él siempre estaba de parte de ella? ¿Por qué a pesar de que ella era su esposa sentía que era la otra?


Victoria no lo soportaba odiaba a esa pequeña granuja se acercó a Marie  y le dio bofetada tan fuerte que hizo que ella perdiera el equilibrio haciendo que Aiden la tomara por su espalda, uno de los guardas se acercó y miró a la mujer, sin embargo Marie le hizo un ademán y él se hizo a un costado.


-¡Ya basta! Desaparece de mi vida - Victoria habló descompuesta, mientras Marie la miraba con rabia, nunca una mujer le había pegado por un hombre y eso realmente la molestó.


Thomas rodeó a Victoria por sus hombros y se dirigió con ella hacia el interior mientras la acariciaba tratando de calmarla. Marie se giró y entró al auto y se sentó en el puesto  copiloto y Aiden la siguió.


-¿Estás bien? -Aiden la interrogó.

-No, estoy enojada, Victoria me golpeó, ¿no fue evidente?  Me provocó cogerla de su moño y limpiar el piso con ella.

-¿Por qué no lo hiciste?

-Porque ellas se creen señoras de alta sociedad y sólo terminan comportándose de forma visceral, se supone que soy yo la que hace eso, pero entiendo perfectamente que los golpes son para defensa, no para marcar territorio.

-Espera hablaste en plural -Marie se giró y lo miró

-Una madre que pensó que era una mala influencia -dijo restándole importancia - Son tan pretenciosas -Dijo sin contener su rabia, lo había entendido antes con la señora Hammer, pero su paciencia se agotaba - En esta ocasión es diferente, Thomas me va a escuchar, ninguna mujer tiene que golpearme por un hombre, eso es tan primitivo -Volvió a empuñar sus manos.

-¿Tu no golpearias a alguien por un hombre?-Preguntó Aiden intrigado, finalmente conocía el historial de ella.

-No, me parece tonto, se debe estar segura de la persona al lado no debo hacerle pagar mis inseguridades a otra, sabes qué me parece inútil estar con un hombre en el cual no se confía, si, he tenido peleas, pero han sido para defenderme. -Volvió a agitar sus manos con rabia.

-Bueno es mejor que no golpeaste a una mujer embarazada -Marie se giró con su boca abierta.

-¿Embarazada? - Marie abrió su boca  mucho y comenzó a reír.

-Qué te causa gracia. -Preguntó Aiden.

-¿La situación no lo es?


Aiden iba a preguntarle, pero en ese instante Thomas abrió la puerta.


-Marie… -La voz áspera de Thomas se escuchó.

-Déjeme por fuera de los asuntos de ustedes -Marie lo interrumpió.


Thomas suspiró de forma pesada y se montó al auto.


-¿No ves que estoy aquí sentada? -Él no le respondió nada y  la hizo a un costado y se sentó a la fuerza en la camioneta, mientras Marie con su cadera intentaba sacarlo.


Forcejearon, Marie se sentía irritada en ese momento lo detestaba no pensaba dejarse ganar por él, Thomas la tomó con sus dos manos por los muslos, rozando levemente el borde de sus bragas.


-No me toques -Se giró ella y apretó su nariz y él hizo un gesto de enfado y le bajó la mano seco.

-No pienso discutir con niñas pataletosas. -Dijo con su voz dura.

-Discúlpate, por lo que hizo tu embarazada y muy hormonal esposa.

-Marie Elizabeth, no tienes por qué insultarla -Hizo una pausa  - Disculpa a Victoria - Thomas abrió la cajuela y sacó un botiquín, limpió su mejilla del leve corte y le puso una bandita.

-Disculpa aceptada. -Marie se calmó de inmediato, se giró y puso sus manos en medio de los asientos y se pasó al sillón trasero, mientras se acomodaba sus medias. -¿A dónde vamos? -Dijo ella en voz alta, pero ambos se miraron y guardaron silencio.

Marie se tumbó en el asiento y sacó su móvil, tan solo tenía un 20% y pronto se apagaría, mandó un par de correos, al otro dia temprano se iría de igual forma y quería olvidarse del trabajo  y de esa opresión que crecía en ella por momentos, terminó su labor y lo apagó tirándolo dentro de su maletín.


Alzó su mirada y pudo ver el distrito histórico de Crown Heights, ¿qué podrían hacer en aquel barrio? Aiden detuvo el auto frente a una de las emblemáticas casas, con su frente color ladrillo cáliz y escaleras en cemento, Marie bajó del auto y frotó ambas manos para mitigar el frío, vio que los guardas se bajaron del auto, junto a Adam.


Thomas y Aiden se miraron y luego observaron a Marie.


-Tú te quedas afuera -Aide  expuso, Marie hizo una mueca y alzó levemente su hombros, no sabía qué se traían ambos, pero el sólo hecho de que la mandonearan no le gustó.

-Quiero entrar. -Replico Marie.

-Ni siquiera sabes a qué vamos a entrar-Aiden intervino nuevamente.

-No, no lo sé pero ustedes andan con tanto misterio qué ya me dió curiosidad -Ambos suspiraron, cuando ella se ponía en ese plan era realmente imparable.

-Tan sólo escucha y no te entrometas. -Expresó Thomas autoritario -Y tus acompañantes no entran -Los hombres se tensaron al escuchar aquello.

-Ellos entran. 


Marie expresó a Thomas caminando hacía la pequeña puerta y tocando el timbre, ésta no tardó en abrirse y un hombre de tez oscura se asomó por la rendija.


-Pero, si es un pequeño conejillo el que terminó en esta madriguera -Dijo con voz delicada -Pero es una lastima que las pequeñas niñas no están invitadas a jugar en este lugar. ¡Largo! -Dijo endureciendo la voz.


Antes de que cerrara la ventanilla Thomas se acercó y con voz dura hablo.


-Ella viene conmigo Jazmin, dijo qué nos vería -Él hombre le asintió de forma familiar mientras abría la puerta.

-Identificaciones.- dijo seco - La niñita si no tiene una se queda afuera. -Dijo con su voz en un tono muy alto.


Marie buscó en su gabán, pero no lo encontró se giró a sus guardas y miró a Adam quien negó con su cabeza.


-Maldición -Dijo en español.


Vio como Aiden y Thomas desaparecieron en el interior del lugar mientras ella volvía al auto y se subía a la parte trasera, estaba realmente curiosa, ¿quien era Jazmin? Y qué era aquel lugar que a pesar de verse tan sencillo tenía un enorme guarda cuidando su entrada, estiró su boca molesta, cuando sintió un leve golpe en su ventanilla.


-Señorita, el señor Tilman la llama -Marie lo miró con sorpresa, ¿había pasado algo? Al menos su intensidad se había calmado y desde el sábado no lo había molestado, ella no era particularmente invasiva y él no era un hombre que le gustara aquello, lo sabía de alguna forma.

-¿William? -Dijo con una leve sonrisa, el escucharlo le agradaba.

-¿Dónde estás? -Preguntó sin saludarla.

-Estoy en Nueva York.

-¿Por qué tienes el móvil apagado? -Volvió a preguntar y ella se sonrió confundida él no solía ser así.

-La batería se agotó y no traigo el cargador conmigo -Dijo mirando su bolso.

-Ok, solo quería saber que estuvieras bien. -Finalmente se explicó y ella volvió a esbozar una sonrisa, por su preocupación.

-Gracias ¿y como estuvo tu viaje?

-No quiero hablar de eso. -Habló cortante y ella entendió que quizas sólo queria saber donde estaba.

-Ok, Nos vemos después, cuidate.

-Primero me buscas toda la maldita semana y cuando decido llamarte me cuelgas.

-Yo... Creí que... -Dijo con su voz dudosa, realmente  a veces era muy mala leyendo las intenciones - Tan solo no quería ser una molestia para ti, ya ves que yo hablo sin parar  -Alzó sus pies en el asiento, sintiendo una opresión en su pecho, nuevamente se sentía idiota ante él.

-Demonios Marie si te estoy llamando es porque quiero escucharte parlotear maldita sea.

-Umm... Ok -Dijo de mejor ánimo - El lunes te fui a buscar porque mi abuelo tocaba en un bar y quería que lo conocieras, esa noche me dio una llave, un regalo.


Él se quedó un rato en silencio.


-¿Una llave?

-Si, una llave con una cadena de plata, es realmente extraña. -Marie expuso de buen humor.

-Fresa descuelga esa llave y escondela.


Marie abrió su boca desconcertada


- ¿La guardo? Justo iba a ir a un lugar para que me dijeran que abría -dijo mientras se la quitaba y la guardaba en el maletín -Listo ya ya guardé.

-Abre una caja de seguridad  de un un banco en Ginebra.

-¿Una caja de seguridad? Ok cuando regrese la buscaré-dijo pensativa

-No, no harás nada, no te acercarás a ese banco, la vas a esconder. -Él se quedó en silencio- Nadie puede saber que tienes esa llave. -Su tono la preocupó un poco.

-La puedo dejar aquí en nueva York - dijo sintiéndose inquieta no entendía porque se había puesto así.

-No Marie, no la dejarás, escondela y ni siquiera me digas a mí dónde.

-Ok, la voy a esconder -Suspiro de forma pesada -Termine aquí y no supe por qué razón, quizás pensé que esta llave abre algo en esta ciudad.

-No.

Marie, no estaba entendiendo por que el estaba tan seguro de eso si no conocía la llave, se escuchaba ciertamente nervioso. Así que nuevamente le preguntó si estaba seguro que no abría nada en New York.

-No, ya te dije qué es lo que abre y también el sitio, pero tú debes mantenerte al margen de esa caja. Marie debes prometerme que lo harás. -William se lo pidió de forma enfatica.

-Lo prometo, -quería preguntar mas cosas pero él le había dicho que le diría después.

-¿Te tardas mucho en New York? -William cambió de tema y Marie se sonrió nuevamente, las descargas que él generaba en su estómago eran agradables.- Me pican los dedos en el catálogo de mi móvil

-Mañana viajo nuevamente -hizo una pausa sintiéndose levemente excitada sabía a qué se refería él - ¿Has pensado en alguien particular?

-Pediste a Catarina ¿no?

-Pensé en alguien pero realmente no se trata de mí, se trata de ti y a quien deseas, incluso había pensado en Crystal, ella quiere contigo y me parece que a ti te gustó.

-Pero es muy intensa, después sería un problema quitarnosla de encima.

-Oh, tienes razón el fin de semana casi no me la quitó de encima.-Estuvo con el tema de acostarse con William - La podemos escoger después o sino puede ser Catarina. No quiero que sea rubia -dijo de repente seria, nos las quería por dos motivos el primero su madre se venía a su mente con las mujeres rubias y realmente no la excitaban y segundo  a las rubias les había dado por pegarle y eso la tenía enfadada - No al menos por ahora.-No descartaba que quizás en el futuro ese pensamiento podría cambiar.


Él rió.


-Entendido fuerte y claro, nada de rubias.

-El único rubio que quiero entre mis piernas es a ti -le dijo con picardía

-Uff y yo quiero eso, así que no te tardes.

-No, voy adelantar mi vuelo para esta noche -hizo una pausa - oh no puede ser - dijo con decepción - Mis ovarios sangran -nuevamente suspiró abatida - son tan inoportunos.

-Bueno, deberemos aplazarlo entonces.


Él sonaba tan relajado y ella estaba desde hace días con ansias de él quizá esa era la ventaja de ser promiscuo, que tan solo podía ir por otra chica y saciar sus ganas.


-Ok, aunque de verdad los estoy odiando. ¡Quería tantas cosas! Incluso volver hacerlo por detrás -Suspiro definitivamente todo estaba en su contra.

-Pues es algo que se puede hacer aun con tus ovarios, lo único que no podría hacer es bajarte.

-¿Bajarme? - dijo confundida - ¿qué significa ?


Él suspiró.


-Sexo oral Marie, no te haré sexo oral, no tengo vocación de payaso.

-Oh vaya no había escuchado ese término -Se rió - A esa mujer se lo harías -Dijo curiosa y con cierto morbo.

-No sé, puede ser. De todas maneras no le hago sexo oral a cualquiera.

-¿Te lo parece? -hizo una pausa acostándose en el sillón - ¿te parece malo?

-Todo lo contrario, me encanta que te entusiasme nuestros encuentros.

-Me entusiasman - se rió emitiendo un leve quejido su cabeza aún le martillaba un poco - Me tomo en serio los asuntos que me gustan y realmente esa fantasía me entusiasma, incluso he pensado en si tu has tenido alguna fantasía conmigo y eso hace que mi energía sexual aumente. -Escuchó reír a William con ganas y eso la hizo esbozar una gran sonrisa, le gustaba tanto oírlo feliz.

-Pequeña entusiasta debo dejarte, ha surgido compañía de último minuto.-Marie estiro su boca a qué se refería con compañía

-Ok, cuidate -le tiró un beso.


Miró hacia la casa ellos no salían aún, se bajó del auto y le entregó el móvil a uno de los guardas, miraba hacia la casa cada vez más intrigada.


-Adam -Lo llamó - ¿Mis documentos se quedaron en él jet?

-Eso me temo -Ella frunció el cejo


Le había dado por desconectarse y justo había dejado sus papeles personales cuando más los necesitaba, pronto vio que ambos salieron del lugar hablaban entre ellos, Aiden la rodeó por los hombros y la giró hacia él auto.


-No estaba Jazmin. -Marie lo miró confundida al no saber a qué se refería.


Aiden le abrió la puerta del auto y le dio una palmada en el trasero para que entrara, ella lo miró con odio.


-Hey, ¿por qué me pegas de esa forma? -Aiden rió y la tomó por la cintura ayudándole a entrar, el auto de Aiden era realmente alto.

-Lo siento -Aiden se disculpó y se acomodo junto a Thomas.


Marie se puso el cinturón de seguridad y lo miró por el retrovisor.


-Si no estaba la tal jazmín ¿por qué se demoraron tanto?

-Es un burdel, por supuesto que no podíamos desaprovechar la entrada.-Aiden habló juguetón.

-¿Estuvieron sosteniendo sexo mientras yo los esperaba como una tonta en la calle?

-¿Celosa? -Indago Aiden divertido.

-No, indignada, mi tiempo también es valioso -Luego se sonrió de forma tonta, aunque no todo había sido tiempo perdido, William la había llamado y solo para escucharla, sin ocultar su sonrisa entornó sus ojos -Aunque no fue perdido, realmente -Aiden la miró por el retovisor.

-Tienes cara de tonta -Ella englobó sus ojos y se giró a la ventanilla.

-¿A dónde vamos ahora?

-A la casa de jazmín.

-Por qué es tan importante esa jazmín?

-Tan sólo lo es y deja de preguntar -habló thomas con voz hosca.


Marie dio un par de patadas en el espaldar de él.


-No tienes por qué hablarme de esa forma, además me dirijo es a Aiden.

-¿Por qué es tan importante jazmín? -Volvió a formular la pregunta.

-Ahora que lleguemos lo sabras.-Aiden le contestó más conciliador.


Marie guardo silencio mientras aiden conducía, era inútil preguntar ellos no responderían.


-Por aquí queda la tienda de conveniencia donde venden mis gomas.

-¿Las colonizaste para que te las apropies? -hablo en broma Aiden.

-Son de quien le guste -Se giró a la ventanilla -aqui, es aquí -dijo emocionada.


Aiden la miró  por el retrovisor y se giró a Thomas, detuvo la camioneta y ella saltó del auto, antes de entrar se detuvo unos instantes y se devolvió al auto asomándose por la ventanilla tocó levemente y Thomas bajó la ventanilla.


-Aiden préstame algo de dinero, por favor, después te lo devuelvo. -Thomas comenzó a buscar una de sus tarjetas y se las ofreció, Marie lo ignoró y recibió la qué Aiden le facilitaba.


Thomas estaba muy loco si creía que aceptaría algo de él, no por lo menos si tenía la opción de elegir. La vieron alejarse y Thomas soltó el aire contrariado.


-Todavía te gusta -Aiden habló divertido-de verdad Thomas Marie Elizabeth te tiene jodido por ratos.


Él no contestó tan solo se limitó a sacar su encendedor y juguetear con él de manera pensativa, mientras Aiden sacó un cigarro y lo puso en frente de él para que lo encendiera.


-Por los viejos tiempos -le habló y los ojos de Thomas se alzaron y lo miraron.

-No me gusta esa porqueria que fumas. -Thomas sacó uno de su camel  y se lo ofreció.

-Y a mi tampoco me gusta esa porqueria que fumas.


De repente la  atención de Aiden y Thomas fue captada por unos hombres sospechosos con un arma de fuego, que se hicieron cerca a la tienda, se había dejado convencer de Marie aunque él era consciente que el barrio era peligroso. Se quitó el cinturón de seguridad y caminó hacia el lugar sin embargo pronto la vio salir de la tienda comiendo de forma desaforado sus acostumbradas gomas de fresa.


-¿Qué sucedió?

-Un hombre intentó robar la tienda -Aiden la miró preocupado y comenzó a palpar su cuerpo.

-¿Estás bien? -Marie asintió

-Vi que llevaba un arma.

-Era de juguete, se notaba que no hablaba en serio -Aiden miró al guardia y este negó con su cabeza, él soltó el aire y la miró fijamente quitándole las gomas.

-¿Podrías dejar de racionalizarlo todo? Eres realmente exasperante, me irrita saber qué eres tan tranquila -


Marie se giró y caminó al auto no entendía por qué se ponía de esa forma, ella estaba bien, por qué enojarse por lo que hubiese sido, abrió la puerta y se acomodó, pensó en aquel episodio, ella no le creyó, aunque efectivamente quería efectuar el robo, recordó lo que Aiden le había dicho sobre las acciones y lo que ella misma había hecho cuando su padre murió, había creado una historia que no afectara el grupo, si se hubiese sabido que su padre había sido saboteado aquello hubiese creado un caos.


-Si a mi me pasara algo, ¿qué piensas qué le puede suceder al grupo? -Aiden y Thomas dejaron de hablar.

-¿Qué estás pensando ahora? -Dijo con enojo - Realmente me exaspera que no puedas entender lo mal que pudo salir todo en aquella tienda.

-El cuerpo cuando se siente en verdadero peligro, reacciona, yo no me sentí en peligro sinceramente.

-Exacto, tu misma lo has dicho y por eso es que te expones de forma tan irresponsable, ahora ¿qué me quieres decir con qué si te llega a suceder algo? Qué se te esta pasando por esa cabecita tan testaruda.

-Tan solo era una inquietud -Aiden soltó el aire y negó con su cabeza. -Ya veo, si pretendes manipular el valor de las acciones del grupo Keller a partir de tu integridad, olvidalo.

-Tan solo preguntaba, no tiene que ocurrirme nada.

-Eso sería fraude y podrías ir a la cárcel, en cualquiera de las dos opciones no sería viable, es verdad que existen rumores respecto al grupo y llegado el caso podrían actuar a tu favor, pero si lo que quieres es sacar a los socios involucrados en negocios turbios, esta no es una buena opción.

-No has respondido a mi pregunta.

-No lo haré no quiero que te hagas ideas equivocadas.

-Yo tengo mi propio concepto -Se encogió de hombros -Cuando mi padre murió pude estudiar cada una de las variables, que pudieron afectar el grupo, todo depende de las circunstancias, si es por muerte natural, atentado y así mismo la clase de atentado. Sólo quiero saber qué piensas qué ocurriría si esta vez me pasara algo a mi.

-Marie, ya es suficiente basta, cuando algo se te mete en la cabeza eres imparable, ¿acaso piensas suicidarte?

-No, jamás he pensado en cometer suicidio, no entiendo como llegaste a esa conclusión -Se cruzó de brazos y se giró a la ventanilla, esta vez estaban en otro extremo de la ciudad, el Bronx -¿Qué hacemos en este lugar?


Thomas suspiró


-Marie Elizabeth, lo entenderás pronto, pero por favor no hagas más preguntas innecesarias.


Marie hizo un gesto de hastío, pero no preguntó nada más, ellos no estaban para responder sus preguntas, el auto se detuvo frente a lo que parecía ser una gran mansión, por lo general el Bronx estaba en mal concepto, -sobre todo por la parte suroeste del distrito- pero solo eran prejuicios de personas ajenas a New York. Ahí quedaba el estadio de los Yankees, un lugar que visitó mucho con su abuelo y su madre, el zoológico y hasta un jardín botánico.


-¿Qué barrio es este? 

-Fieldstone -Marie asintió y todos se dirigieron a la entrada. -Intenta ser agradable -Añadió Aiden, Marie no le dijo nada, por lo general lo era.


Thomas tocó y esperó de forma paciente a que le abrieran, minutos después una mujer con cabello castaño y en biquini les abrió.


-Pero qué grato ver qué más guapuras se unen a la fiesta -Mirando a Aiden y a Thomas, la mujer rubia se acercó a Thomas e intentó tocar su cara, pero él de forma hosca no la dejó.

-Venimos a hablar con Jazmine -La mujer le sonrió y volvió a acercarse.

-Yo podría facilitarles la entrada.

-Jazmine nos espera, no creo que la quieras hacer enojar -Dijo Marie intentando sonreír, Aiden la miró incómodo le había dicho que intentará ser agradable y ahora quería iniciar una discusión.

-Y habló la niña del suéter rosa -Dijo blanqueando los ojos, Aiden se adelantó y le sonrió.

-Hola…

-Megan -Respondió ella sonriendo de forma coqueta.

-Megan, venimos a ver a Jazmine y es muy importante si nos ayudas podría no responder de mí más adelante -La mujer sonrió de forma amplia y movió su cabello

-Pero ella no parece que viniera de ligue -Marie se giró a Aiden.

-Qué es ligue -Le susurró y Aiden la ignoró y le sonrió a la mujer.

-¿Qué dices nos dejas entrar? -La mujer asintió y terminó de abrir la puerta.


La música retumbaba por el lugar y se veían mujeres desnudas o con biquinis, Marie se giró a Adam, qué miraba estupefacto con la boca abierta mientras que los guardas tenían la misma cara de seriedad, Aiden sonreía y saludaba a las mujeres quienes le lanzaban coqueteos, mientras que Thomas caminaba con su rostro duro, le conocía algo y sabía que estaba de mal humor, aunque no entendía el por qué. 


Marie se giró y golpeó con algo, se retiró un poco eran los pechos de una mujer alta, se veían duros y muy parados eran realmente extraños, tenían un par de copas en sus pezones y aquello le llamó la atención, estiró su dedo índice y tocó uno de sus pechos.


-Son realmente duros y ¿cual es la utilidad de esto? -Señalando una pegatina negra que tenía en el pezón.

-Estos son para enloquecer a los hombres, algo que tu no entenderias -Marie asintió y alzó su mirada, tenía un peinado extravagante muy alto y con plumas.

-Ya veo, hace parte de un cortejo sexual -Se sonrió ella había hecho algo similar con William, se había vestido de forma provocativa  y le había bailado - Machos y hembras en el reino animal realizan ritos para atraer una pareja para copular -La mujer la miró con rabia.

-¿Insinuas que soy un animal?

-No, sólo qué es una muy buena forma de atraer hombres para tener una relación sexual -Marie le respondió genuina.


Aiden la rodeó por los hombros y le susurró:


-Te dije que no hablaras con nadie. -Luego se giró a la mujer -Disculpala es algo directa no fue su intención  insultarte -Alejándose con ella. - Tan solo sigueme en silencio.

-Esta bien, intentaba iniciar una conversación agradable.

-A estas mujeres no les interesa que tu les digas qué están aptas, para aparearse, eso es grosero, ellas no son como tu.

-Es evidente que están aquí para eso -Dijo enojada.

-No necesitas recordarles eso -La tomó del brazo y subieron las escaleras principales.


Caminaron por varios pasillos, hasta que Thomas abrió una de las puertas, una mujer estaba sentada a espalda de ellos, tenía un vestido en seda blanco y su cabello muy rojo, se giró y su boca se veía muy grande, se acercó de forma lenta y la miró a ella a los ojos.


-¿Querida, quieres ingresar al negocio? Se de unos clientes que las prefieren así, tan cándidas y virginales.

-No soy virginal, él -señalando a Thomas -me desfloró. -Expresó y Thomas la miró con rabia.

-Oh vaya -Se rió la mujer haciendo que sus extravagantes labios se contrajeran

-Jazmin, necesitamos que contestes dos preguntas -Habló Thomas serio.

-Por supuesto, sigan acomodense y yo les resolveré sus dudas -Le guiñó un ojo a Thomas.


La mujer caminó moviendo sus caderas y se sentó de forma delicada en un gran sillón, Thomas se acercó a ella y le mostró una foto.


-Una de tus chicas fue asesinada, ¿podrías hablarnos sobre eso?

-Oh sí un acontecimiento desafortunado, las niñas están conmocionadas, pudo ser cualquiera y eso les aterra, ¿qué quieres que te diga? Ya todo se lo he dicho a la policía.

-Quiero que me digas si la frecuentó algún hombre extraño.

-Bueno por extraño podría decirse que muchos de los hombres que las buscan lo son.

-¿Alguno que fuese algún fanático religioso?

-Oh sí ahora lo recuerdo incluso gigi estuvo con él -La mujer descolgó el teléfono y habló por unos instantes -Yo solo supe que él vino en repetidas ocasiones y escogía a Scarlett, en una ocasión estuvo con Gigi, espera oh por Dios, ¿insinuas que ese hombre tuvo algo qué ver?

-No quisiera apresurarme a decir algo como eso.


La puerta sonó y entró una mujer alta, muy delgada de tez oscura, tenía los ojos color miel, labios gruesos y su cabello rizado algo alborotado, era realmente bella, Marie le sonrió y la mujer le respondió la sonrisa, le fascinaba el color oscuro en las personas, ella y su color pálido salida de una cripta no le agradaba. Había vivido mucho tiempo en Cartagena Rosa, era morena y siempre le había gustado el color de su tez.


-Gigi, él es...

-Si, le conozco es el escritor -Dijo ella con voz delicada - ¿Viene a preguntarme por lo que le sucedió a Scarlett? -Thomas asintió - Eramos muy unidas, pero no sé mucho de lo qué le ocurrió aquel día.

-Jazmine dice que ambas tuvieron un mismo cliente.

-Cree que él fue quien le hizo daño a Scarlett -dijo alterada.

-No lo sé, tan solo cuéntame un poco como es aquel hombre -dijo él pausado, Marie miraba a Thomas, su tono era frío y distante, pero a la vez hablaba en cierta forma que era imposible negarse a responder, la mujer asintió.


-Era algo maníaco, traía sus propias sábanas, y antes comenzar la relación sexual...sacaba una cadena y comenzaba a rezar, me hizo bañar en… -Suspiro - en alcohol antes de tocarme, al inicio era tímido, pero a medida que comenzamos a intimar  se fue tornando agresivo y totalmente posesivo -Se cruzó de brazos -Me decía que él pecado de mis antepasados había quedado impregnado en mi piel y que por eso debía ser castigada, yo creía que era parte del momento, su forma de decirme cosas sucias durante el sexo, pero comenzó a dejar de ser caliente y se convirtió en algo horrible -Cerró sus ojos a punto de llorar, Marie la vio contraer su rostro.


-Eres hermosa, -dijo Marie de repente, la mujer abrió sus ojos y le sonrió asintiendo.

-Intentó, lavar mis pecados con lejía

-¿Recuerdas su rostro? -La mujer asintió-Si vengo con alguien experto podrías describir su rostro?

-Si, aunque me pidió verme de nuevo, eso les serviría -Thomas asintió y sacó una tarjeta.

-¿Qué día quedó en verte?

-Mañana -Thomas miró a Aiden y este asintió.

-Mañana estaremos aquí -la mujer sonrió y salió de la habitación.


Thomas se acerco a Jazmine y en un tono casi imperceptible le hablo.


-Gracias por y ayuda.

-No tienes por qué, dulzura.


Marie los miró sin embargo no pudo escuchar lo que hablaban, Aiden la comenzó a arrastrar a la salida.


-¿Entonces, mañana volvemos?

-No, tu regresarás a Europa

-¡Aiden!

-No discutas mas, tú tienes asuntos en los que debes ocuparte -Se giró hacia ella -Esto es solo un indicio, pero podría ser una pérdida total de tiempo, sé práctica -Marie se giró y sin mirar a su alrededor se dirigió a la salida.


Era un buen argumento, ademas habia quedado de verse con William y tenía un asunto pendiente en el grupo con Nial, meses atrás le había prometido el Grupo Keller y debía comenzar con los preparativos para el traspaso


-Señorita Keller -Dijo Adam sacándola de sus pensamientos -La necesita el detective Ilam -Marie alzo su mirada y recibió el móvil.

-Marie Keller al habla -Contestó parca.

-Señorita Keller, ha sido realmente difícil ubicarla en las últimas horas.

-Tuve un viaje de último minuto.

-Me temo que le debo pedir que acorte su viaje y regrese de forma urgente a París -Marie frunció el ceño, su tono era autoritario.

-Aun no puedo hacerlo -Respondió serena odiaba que la mandaran sin decirle razones valederas.

-Yo espero que lo haga, o si no pensaré qué oculta algo.

-Detective Ilam, ¿qué está insinuando?

-En donde estuvo el día lunes.

-Me fui a ver con un amigo en Londres.

-Es decir si llamo a William, ¿él podría corroborar su versión?

-No, porque no estuve con él, estuve con Landon Cooper.

-Ok, verificaré su coartada, pero espero que llegue lo antes posible -Colgó el teléfono.


No entendía qué había pasado ahora, Marie empuño sus manos y entró en el auto aun más enojada, aún tenía el móvil de Adam, le marcó a Crystal.


-¿Quien habla?

-Soy yo Marie.

-Oh ¿cambiaste de móvil otra vez?

-No, solo quería preguntarte si… Olvidalo, después te llamo.

-Espera, tengo algo qué decirte

-¿Qué sucede?

-Tu ex prometido anda desaparecido.

-¿Mi ex prometido? -Respondió extrañada

-Gerard

-¿Y eso qué tiene que ver conmigo?

-Ok, nada tiene que ver.

-Hablamos después -Colgó el móvil.

Se encontraba en París, luego de un vuelo de más de ocho horas sentía su cuerpo cansado, se había cambiado en el vuelo y se dirigía hacia la comisaría no entendía cuál era la prisa del detective, no había dejado de llamar a Adam e incluso una vez su móvil estuvo prendido también la había vuelto a llamar, suspiró frustrada el no saber la tenía preocupada.


Se puso sus gafas y pronto divisó la entrada, el auto se detuvo y ella abrió la puerta, saliendo de este, un hombre se le acercó con una cámara, pero uno de los guardas lo separó, entró al lugar, aun estaba molesta por el tono en el que le había hablado Ilam.


Un policía la recibió y la guió por uno de los pasillos, abrió una puerta y la invitó a entrar, la habitación era de paredes blancas, había una mesa y dos sillas, a un costado había un gran espejo, miró confundida, era una sala de interrogatorios, había estado antes en una, pero detrás del espejo.


Entró y se sentó mirando alrededor, no entendía qué hacía en aquel lugar, se escuchó un ruido y entró Ilam  sentándose frente a ella, sus rostro era serio y su amabilidada habitual se había esfumado.


-Señorita Keller, gracias por venir tan pronto.

-No me dejó otra alternativa -Respondio seria, le había faltado amenazarla para que fuera.

-Cada vez que ocurre algo inexplicable, su nombre tiene que estar relacionado, el señor Schultz está desaparecido desde el dia lunes y fuentes confirman que la vio aquel día.

-No lo vi, no le veo desde hace mucho -Ilam puso una carpeta en la mesa al lado una bolsa con evidencia.

-¿Esto es suyo? -Marie tomó la bolsa y la ojeó.

-Si, es mio -La dejo en la mesa.

-Encontramos esto con algunas de las pertenencias del señor Schultz.

-Hace parte de la colección de joyas de mi madre, las cuales están en una caja fuerte en Zurich, antes podría demandar al señor Schultz si hacen falta mas joyas.

-Señorita Keller, esta joya tiene sangre y si tiene ADN suyo, creo que tendrá mucho que explicar

-Puede hablar con mis guardas, con mi asistente, con Landon Cooper, lo que hice esa noche

-Cuénteme qué sucedió aquella noche

-Fui a Londres a ver a Landon el era amigo de mi abuelo Ryan Davis, estuve con él hasta cerca de media noche -No recordaba mucho, debido al licor, pero si titubeaba, no sería bueno para ella.

-¿Por qué viajó ese mismo día?

-Tenía un asunto pendiente.

-¿Puede probarlo?

-Si, llame a Aiden Collins.

-Ok. Usted tuvo múltiples inconvenientes con el señor Schultz, ¿su desaparición no sería algo benéfico?

-¿En qué me podría beneficiar? Los asuntos entre el Grupo y Telecomunicaciones Schultz quedaron claras hace más de un mes.

-Me refiero qué él hasta hace unos meses era su prometido y ahora usted tiene otra relación amorosa -Marie frunció el ceño, escuchar aquello era ridículo.

-No tuve ningún tipo de relación amorosa con el señor Schultz, aquellos fueron rumores empresariales. ¿Estoy detenida?

-No.

-Ok, supongo que me puedo retirar -Él la miró fijamente.

-Tan solo espero que esté tan receptiva y vuelva a presentarse si se le necesita, si surgen más preguntas.

-No hay problema -Marie se levantó.

-Señorita Keller -El hombre la llamó y ella se detuvo -Cuando fue la última vez que vio a Vincent Keller su tío.

-Hace más de un mes.

-Apareció muerto en una bodega en Londres -Marie frunció el ceño- lo lamento. -Marie sólo apretó sus labios sin añadir nada más.


Salió de la habitación indignada, Gerard había intentado abusar de ella, la había golpeado y ahora era sospechosa porque se le había dado por desaparecer, no negaba había pensado hacerle algo, incluso William le había dicho lo mismo, pero transcurridos los días ninguno de los dos había vuelto a tratar el tema, empuñó su mano frustrada al sentirse sindicada de eso, ahora resultaba que su supuesto tío había muerto y ella quedó sin entender por qué había reaparecido. Escuchó su móvil vibrar.


-Crystal -Habló tratando de pasar el malestar.

-Ya se donde trabaja la periodista, te enviaré un mapa de su lugar de trabajo, lo mejor es que no te anuncies e intentes llegar a su oficina.

-¿Por qué dices eso?

-Roux, acaba de publicar un artículo muy delicado, no creo que esté muy receptiva, su jefe se llama Samuel y su secretaria Sussan, intenta entrar con ese nombre, no sé trata de sacar tu encanto perdido. -Marie suspiró no entendía cómo hacía para extraer tanta información

-Ok, lo haré, gracias.


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