La Heredera CAPÍTULO 47: Fock ¿otra vez tú?

 




Vadhoo, Islas Malvinas, mayo de 2016

Marie seguía mirando fijamente a Thomas, le había hablado de un tal Black y realmente no entendía qué carajo quería decirle, la miraba con intensidad, aunque no era algo nuevo en él. Thomas podía ser un hombre realmente imponente su voz gruesa en algunas ocasiones en el pasado la asustaron, cosa que no sucedió cuando lo conoció, ella de forma ingenua creyó que era un chico amable, pero el idiota que tenía enfrente no tenía nada de amable.

-Black es un asesino serial, que ahora muy posiblemente anda detrás de ti.- Marie hizo una mueca, pero no le dijo nada esperando a que él siguiera-Como sé que no toleras imágenes con sangre -se dirigió a ella minutos después de su batalla de miradas, volviendo su ojos a unos papeles- me limitaré a explicar el por qué es un imitador, la antropofagia es una costumbre que se ha logrado evidenciar en salvajes y que aún se practica en algunas tribus -Hizo una pausa y miró fijamente a Marie y ella le sostuvo la mirada - El salvaje no tiene acceso a la cultura y queda por fuera de toda inserción social, "Der Mensch ist, was er isst"

-Por favor no digas cosas que no entienda -Dijo Crystal molesta.

-El hombre es lo que come -Dijo Marie sin dejar de mirar la pantalla.

-La famosa frase de Hipócrates.-Dijo Crystal

-No -Se giró Marie - Se le ha atribuido erróneamente a él Ας τα τρόφιμα είναι τα τρόφιμα και τα τρόφιμα σου το φάρμακό σας -Dijo en griego - Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina -Le tradujo al ver que ella no entendía - el autor que menciona Thomas es Ludwig Feuerbach, filósofo y antropólogo alemán.

-Esta frase alude a que el alimento no es una simple ingesta calórica para sobrevivir, sino que tiene otro agregado: un componente emocional y afectivo -Thomas siguió sin prestarles atención.

-Feurbach, no la utilizó en ese contexto de hecho hacia una crítica para la iglesia católica que afirmaba que sólo se debía alimentar el alma -intervino Marie, Thomas suspiró y se recostó en la silla.

-Bueno me baso en el análisis desde diferentes disciplinas. 

-Creo que debes ser más concreto y dejar de hacer conjeturas.

-No son conjeturas -Hizo una pausa y la miró fijamente -si te callaras y escucharas harías más. -Expuso autoritario- El punto es que la comida en los humanos tiene un componente simbólico, existen ciertas culturas, religiones y costumbres que acompañan ritos y hábitos de alimentación.

-Rezar antes de ingerir los alimentos -Dijo Marie cabizbaja Tomasa acostumbraba hacer eso, incluso la familia en Bariloche.

-Sí, rezar es una de ellas, entre otros, pero eso nos dice que el acto en sí de alimentarse tiene un significado psíquico y simbólico. Comer carne humana se relaciona a un trastorno psicológico, al ingerirlo homologan un mecanismo denominado introyección, un proceso por qué se hacen propios rasgos, conductas u otros fragmentos del mundo que nos rodea. 

Una amenaza externa se internaliza, neutralizando o aliviándose, en algunos casos la introyección del sujeto amado, reduce la ansiedad que produce el alejamiento o las tensiones que causa la ambivalencia hacia el objeto, aunque es un mecanismo de defensa, se considera inmaduro y primitivo. -Él las miró y al ver que ninguna decía nada continuó - En la psicopatología la persona que come otro hombre es alguien con una grave patología o psicótico, en donde hay una invasión de los real hecho carne y pierde la posibilidad de simbolización, de esta manera términos abstractos dejan de ser metáforas como insinuar que te quieren comer se vuelven un hecho concreto.

-Y el ser humano es el único en su especie que no puede procesar mentalmente ingerir a un semejante, porque el otro es su propio espejo e identidad -Habló Marie pensativa, para todos no funcionaba igual.

-Además de que existe una prohibición moral para hacerlo, es cuando falla la represión primaria, el instinto gana a la pulsión y al deseo y el hombre no es un animal que toma como presa a otro igual, una persona neurótica no toleraría comer carne humana sin sufrir consecuencias psicológicas como la culpa, el dolor moral, la depresión o autocastigo, autoexclusión social y condena.

-Hablas demasiado -Habló Crystal con desgana.

Thomas la miró sin expresión alguna y luego continúo.

-Retomando el caso, el sudes qué se creía muerto, apareció una vez más con las características que lo identificaban, el motel, los números, las posiciones e incluso los trofeos.

-Números -Marie frunció el ceño confundida.

-Si, a cada víctima le escribía un número en su frente.

-Las víctimas ¿eran personas aleatorias?

-Al inicio se creía que sí, pero después determinaron que las observaba horas antes de atacarlas, ¿en qué piensas?

-Dame un ejemplo de víctima y número 

-Una de las víctimas era un padre de una iglesia católica, tenía en su frente el número 7, había otro, pero este era un pastor luterano y tenía el número 4.

Marie se quedó pensativa, él había hablado de contenido cristiano en este tipo de prácticas además de que el asesino tenía algún tipo de fijación por los temas religiosos.

-¿El hombre podría ser un católico devoto? -Thomas revisó los papeles que tenía y la miró.

-Sí, tienes razón, ¿por qué lo dices?

-Los números en la biblia tienen un simbolismo, incluso muchas de las cosas que menciona las tiene, según lo que dijo, al padre católico le puso un siete, este significa perfección, siguiendo la lógica de los acontecimientos el trofeo de este hombre fue su corazón. -Thomas abrió sus ojos y sonrió.

-Así es Marie, se llevó su corazón -Crystal por su lado la miró desconcertada.

-¿Es en serio? Leíste la biblia? ¿Eres algún tipo de evangélica disfrazada?

-No, la biblia es un libro que tiene de malo que lo lea, además contiene evidencia científica desde mucho antes de que la ciencia lo comprobara, la ciencia también tiene sus demonios y no por eso la descarto. -No era devota, pero habían cosas interesantes que en su momento la llamaron, aunque si era honesta no creía en nada, porque incluso la ciencia tenía baches que no lograba poner como un hecho.

-¿Entonces crees en Jesucristo? -Dijo mirándola de arriba abajo

-Umm me baso en los hechos -Dijo escueta, no quería hablar del tema no era algo en lo que se sintiera cómoda - Además no se trata de lo que creo, se trata de lo que se cree a partir de ese libro. -Se giró a Thomas - Te basaste en ese asesino para escribir Roux -Afirmó y Thomas lo confirmó.

-En partes si, está presente.

-La policía sabe que el hombre que asesinó a las últimas personas ¿es un imitador?

-El caso trascendió del continente, el sudes sólo había atacado personas en Estados Unidos, ahora qué había víctimas en Europa y de múltiples nacionalidades, consideraron que pudo evolucionar y cambiar su modus operandi.

-¿Entonces por qué afirmar que es un imitador?

-La introducción al canibalismo se las hice por esa razón, para él tomar y comer partes de los cuerpos tiene una simbología, que se podría denominar sus sellos, en estos asesinatos no se ven muchos de estos elementos, son vulgares copias, pudiéndose tratar de un asesinato común, incluso hay marcas que sugieren que los cortes se hicieron post morten, en los asesinatos pasados él no torturaba lo hacía antes de asesinar. La policía aseguró que el escribir Roux en sus pechos se debía a mi libro y que era una forma de protesta, Crystal me comentó que estas personas tuvieron contacto contigo y de alguna forma Roux podría deberse a ti.

-¿Tú qué crees? -Preguntó ella.

-Puede ser plausible la teoría, se podría considerar una correlación baja, pero creo que se debe indagar un poco más. Tengo otros datos, pero prefiero compartirlos cuando tenga una base concreta, ya que no me baso en conjeturas -Dijo retiñendo esto último.

-¿Eso fue sarcasmo dirigido a mí? -Preguntó Marie, cruzándose de brazos

-Si, fue sarcasmo para ti, felicitaciones.

-¿Nuevamente es sarcasmo?

-Sí, Marie Elizabeth, no entiendo por qué en ocasiones eres tan inteligente y en otras tan lenta para leer a las personas.

Marie suspiró y se cruzó de brazos, no le apetecía discutir qué había entendido su punto y sólo le reclamaba su hostilidad.

-¿Dijiste que la ingesta de la persona se hace de forma literal? ¿Es decir es una manera de tenerla consigo siempre? -Cambió el tema de repente.

-Si, en parte tiene que ver con eso y como explique también tiene que ver con algo de tipo psíquico y simbólico. El comer antropológicamente tiene una connotación evolutiva y su adaptación al ambiente, el transgredir esa regla moral y comer un semejante por lo tanto no será aceptado -Marie asintió y se giró a Crystal que tenía su móvil en sus manos.

-¿Qué haces? -Hablo un poco más bajo para que Thomas no escuchara.

-Le marco a tu novio -Marie abrió sus ojos muy grandes y le arrebató el móvil colgando.

-¿Estás loca? - Miró nuevamente a Thomas ignorando a Crystal - ¿Esta persona quería lograr la purificación?

Thomas la miró y se rascó la cabeza.

-Explica tu punto.

-Pues... -Suspiró intentando acomodar sus pensamientos - En el ejemplo del padre católico, se llevó su corazón, bueno lo reconozco es estúpido -El siete, era perfección, el uno, unidad, el cuatro totalidad -¿El número cuatro a quien se lo asignó?

-A una mujer embarazada, de ella tomó dos trofeos. -El móvil de Marie sonó y ella saltó en su asiento, por un momento creyó que era William devolviendo la llamada y vio a Crystal con odio, los últimos dos días lo había llamado y mandado mensajes como una mujer invasiva y ahora volvía a marcarle y aun no eran las 10 de la mañana, eso le hizo sentir su cabeza muy caliente, miró el remitente se trataba de Bashar, suspiró aliviada, quizás tan solo fuese una mentira de ella.

-Marie Keller al habla -Contestó ceremonial.

-Señorita Keller, su ausencia nos conmovió, según me dijeron se encontraba indispuesta -Incluso había olvidado qué era su último día en la isla y tenía trabajo por hacer.

-Sí, estoy un poco indispuesta -Repitió con desdén, la puerta sonó y ella contrajo su rostro, se levantó al ver que Crystal limaba sus uñas con desinterés de su alrededor -Gracias por preguntar, nos vemos en otra...

-Espere -La interrumpió y Marie se frenó ante la puerta - Preocupado por su integridad física le pregunto si puedo visitarla. -Ella suspiró esta vez algo irritada y puso su mano en él pomo.

-No, no se preocupe estoy bien, fue sólo un simple resfriado -Abrió la puerta y lo vio a él de frente, tenía el teléfono en la mano y en la otra llevaba un maletín.

-He de insistir -Dijo mirándola a los ojos caminando al interior, Marie se recostó en el marcó y puso su pie al otro lado impidiéndole el paso.

-Yo también lo he de hacer y no me apetece recibir sus atenciones -Los guardas que estaban cerca, llegaron hasta ellos.

-¿Todo bien señorita Keller? -Marie los miró quería decir que se lo llevaran a rastras, pero no era tan ruin para hacerle algo como eso.

-Es mi amigo -Se escuchó la voz de Crystal - Y yo soy amiga de ella -Abrazó a Marie por sus hombros- ¿Es suficiente?

Los hombres asintieron y se hicieron a un costado, Crystal bajó la pierna de ella y lo invitó a entrar y le habló a Bashar Hasbún:

-Así qué vienes a visitar a Marie -Lo detallo de arriba a abajo - No es frecuente que a esta niña la apetezcan hombres tan... Apuestos e interesantes aun pienso que vio su novio en ella.

-¡Crystal! -Le gritó Marie.

-Incluso tú, se giró a la pantalla,-Mirando a Thomas y Bashar miró confundido hacia ahí - Es su ex novio.

-Señorita... -Miró a Crystal.

-Tan sólo dígame Crystal.

-Crystal.

-Le podría explicar qué fue lo que me llamó la atención de ella, pero eso solo la pondría en aprietos.

-Ya veo, es algo sucio.

Se giró a Marie y ella solo englobó los ojos y se fue al laptop dejando de prestarles atención, concentrándose en Tom:

-Thomas... Gracias por la información fui algo testaruda al no querer escucharte antes.

-No te preocupes, te entiendo, te gusta alejarte de lo que te hace daño.

-Tú, ya no lo haces.

-Ok –Respondió parco y se despidió.

-Ok -Dijo ella cortando la comunicación, miró por unos momentos la pantalla ida.

Sintió ganas de hablar con su hermano, así que dejó a Crystal con ese hombre y buscó su teléfono móvil entró a su habitación y se sentó en un amplio sillón recogiendo sus piernas y llamó a Phillipe. Marie estaba intranquila, si todo eso era verdad le daba miedo que le podría hacer ese hombre, debía hacer provisión para dejarlo asegurado, lo bueno de andar como Elizabeth Davis era aun cuando cayera el Grupo Keller, no se vería afectada. La voz de su hermano se escuchó del otro lado y ella se sintió más aliviada, él era su tesoro y no dudó en repetirselo, aunque para el niño sonaba extraño, entendía no era particularmente cariñosa, aun así no deseaba dejar las cosas por sentado.

Tiró el móvil a un costado cuando se despidieron y se tocó la cabeza comenzaba a dolerle, la puerta se abrió y Crystal se sentó a un lado.

-El hombre se fue, pero te dejó algo para tu resfriado -Marie asintió.

-¿Qué pensaste de lo que dijo Thomas?

-Qué alguien quiere borrar evidencia, si todas esas personas estaban conectadas con Water Corporation, querían matarlas y un asesino serial es un tema que podría opacar a cualquier cosa, es decir intentan ocultar algo más grave. Hace unas semanas visité algunos pueblos en donde Water Corporation operaba, fue... Aterrador, muchas de esas personas están enfermas, incluso me explicaron que era porque ahí el agua literalmente ardía.

-Y tu decidiste enviar ayuda -Marie alzó su cabeza.

-A veces siento que luchar contra el sistema es inútil, mientras lo hago y no entiendo nada pienso en las personas que son víctimas de éstos y me da impotencia, existen suficientes recursos para cubrir el hambre a nivel mundial, pero todo sigue en la misma condición, la desigualdad es algo que le conviene a los que manejan el poder.

-Según tú, ¿quienes manejan el poder? -Crystal se sentó al lado de Marie.

-Un profesor en la universidad hablaba de quienes manejaban el poder, es raro porque se podría creer que la política tiene qué ver en esto, pero él habló de otra cosa: de la economía mundial y cómo está regida por las bolsas más importantes del mundo, Asia, Europa, Estados Unidos, cuando cierra una la otra abre y cuando una colapsa hay caos, manejan la economía a su entera disposición, se supone que la banca mundial debería hacer algo, pero... -suspiró- Todo esto es un círculo vicioso.

-Deja de agobiarte por eso, no eres ningún tipo de heroína.

-Lo sé -Se levantó del sillón - ¿De verdad le hablaste a William?

-No y lo que dije afuera es verdad, no te has puesto a pensar que ¿solo quiere tomarte el pelo?  Es decir, lo he visto con mujeres más bellas y… Bueno no tan llena de problemas.

Marie la miró en silencio, era verdad lo había visto con mujeres impresionantes y ella no era particularmente curvilínea o sensual, suspiró Crystal sólo quería ponerla insegura, pero Marie no se dejaba intimidar de ese tipo de cosas, estaban juntos a él le apetecía verla y atender sus llamados, además confiaba en que William la enviara lejos en el momento en que no quisiera nada con ella.

-¿No crees que te pase como con aquel Francés? -Continuó hablando Crystal y Marie le miró confundida unos minutos hasta caer en la cuenta qué le hablaba de François - ¿No te dio rabia qué una mujer más hermosa te lo arrebatara? Porque he de reconocer que esa española es un mujeronon.

-Ese término no existe.

-Vamos tú me entiendes, es más alta, piernas torneadas, cabello de infarto, ¿no te dio rabia que te cambiaran?

Marie meditó sus palabras, cuando se dio cuenta de los sentimientos de François, no pensó en lo físico, sino en que ella lo había cautivado por su persona, pero claro aquello si lo pensaba bien era bastante idílico, por otro lado, aquella mujer no le había quitado nada, entre François y ella no hubo relación. Había sentido rabia hacia miss Bracho, pues tenía en su vida alguien genial y François mientras tanto moría en vida, quizás era las ventajas de ser bella si se detenía a pensarlo, pero tal como se lo había dicho a William aquello no era algo bueno sino una pesadilla, aunque no descartaba que había mujeres que sacaban provecho de aquello.

-No me cambiaron Crystal, François nunca me vio, fuimos amigos y si te refieres a que sí me sentí mal, pues si, tú lo sabes, perder a alguien preciado me duele, sentí envidia hacia ella y no es alguien particularmente de mis afectos, pero mi vida continuó y no soy de las que sufren eternamente por otras personas, eso no hace bien.

-Vaya entonces tu tampoco quieres a William.

-¿Por qué afirmas eso? Le quiero y no permito que pongas en dudas mis decisiones él... Es diferente -Se sonrió - Así qué le quiero por ser él. ¿Tú quieres meterte con él? –Marie preguntó curiosa, sabía que ella no le llamaba la atención a él.

-Si -Dijo mientras acariciaba su largo cabello tornasol.

-Por eso me trataste de esa forma ante el señor Bashar y ahora me sacas en cara lo de François.

-Si.

-Pues obtuviste tu respuesta y si quieres algo con él, primero me lo dices a mí, segundo búscalo tú misma y no utilices mi móvil.

Marie se recostó nuevamente, pensar en aquello ya dolía menos, aceptar que alguien que había sido importante ahora solo sea un desconocido, su vida había dado un vuelco en un año, pensó en lo que dijo Crystal ¿y si con William sucedía lo mismo? No, él dijo que sería claro y no la engañaría con palabras bonitas.

-A propósito, la Española le dio por el culo al Francés –Habló Crystal y Marie la miró, pero no dijo nada - ¿Eso no debería alegrarte?

-¿Qué?

-Que la periodista ahora mismo tenga en aprietos a la petrolera LeBlanc, sacó un artículo en donde lo relaciona con al Qaeda -Marie abrió sus ojos muy grandes y de repente sintió pena por François.

-Vaya no lo sabía.

-Estas en este lugar y te da por aislarte, incluso salieron unas fotos tuyas en un blog de internet, 

-¿Fotos mías? -Dijo moviendo su cabeza.

-Sí, llena de arena, descalza, con un vestido blanco que dejaba ver tus -Alzó sus manos y señaló sus pechos, Marie la miró horrorizada.

-¿Se pueden bajar de la red?

-No lo sé -Dijo Crystal mirando hacia otro lado, Marie suspiró y se acostó en el sofá, estiró sus piernas hasta dejarlas muy cerca de su cabeza.

Tenía cosas más importantes que pensar a qué si había fotos de ella en la web, la señorita Bracho tenía información y ella quería saber más de la petrolera, todo ese tema de Water Corporation, las personas enfermas, la comenzaban a aquejar.

-¿Piensas en los artículos de la española? 

-Sí, quiero saber cosas.

-Yo la puedo hackear -Marie suspiró enfadada.

-No, tengo algo de decencia, no haré más cosas ilegales.

-Hace unos momentos me dijiste que bajara fotos tuyas de la web.

-Exacto, son mías tengo derechos sobre ellas.

-Qué es ese tipo de lógica, no te entiendo.

-Invadir la privacidad de otra persona no me apetece.

-Venganza por quedarse con él francés.

-No me interesa, si razono de forma lógica mi venganza estaría dirigida a François y la misma Miss, ya la hizo por mí - el sufrir la desilusión de la traición es algo más fuerte que hackear un laptop no lograría, no se alegraba pero tampoco se entristecía, tal como había dicho meses atrás lo que tiene que pasar simplemente ocurre.

Además si se iba a poner de mujer herida que la habían "dejado" ¿por qué ir tras la mujer si el responsable en ese caso sería la pareja? Era como si se le pegara a la cama porque el perro se orinó encima de ella.

-Eres muy aburrida, por eso un novio tan guapo como él qué tienes no te va a durar -Se levantó y comenzó a mirar los papeles en una de las mesas.

-¿Continuas con eso? Estás en exceso borde - Movió su cabeza y se fue a su laptop.

Quería reunirse con miss Bracho, pero no sabía si aquello sería una buena idea, no sabía si ella la podría ayudar, habían tantas dudas en su interior, que lo único que tenía claro era que si ella sabía cosas, Marie deseaba que las compartiera con ella.

Se incorporó y tomó el laptop, abrió el explorador y buscó sus fotos, puso su nombre en google y lo filtró por noticias, Marie la miró en silencio con interés le parecía algo pretencioso, pero se dio cuenta que pronto salieron artículos de ella, muchas fotos con William en eventos y en restaurantes, noticias relacionadas al grupo y las fotos que Crystal le había mencionado, frunció el ceño no se recordaba estar tan desaliñada, movió su cabeza era mejor no seguir viéndolas, realmente. 

Se disponía a cerrar el laptop cuando vio un artículo que le llamó la atención "¿Problemas en el paraíso?" Marie alzo sus cejas y  abrió la página, dentro habían dos fotos una de ella con Bashar, caminaban por uno de los senderos, él la miraba mientras ella mantenía su vista en el camino, otra era de William, con una mujer de cabello rojo y corto, tenía ondas en este y entraban a un hotel, estaba acompañado de un artículo con pésima redacción, en donde aseguraba que cada uno tenía un romance por aparte y que su relación solo era una estrategia comercial entre las compañías, vio el nombre de la gaceta, era tan solo un periódico de cotilleos. 

Cerro el laptop no perdería más tiempo con ese tipo de cosas, tendían a alterar los hechos y escribir de más. Marie alzó su cabeza y caminó hacia ella, se había quedado pensando en su conversación con Crystal, la mujer de las fotos era hermosa, movió su cabeza ese tipo de cosas no la habían desvelado antes y ahora tampoco lo harían.

-Furia, furia y furia - dijo Crystal en ruso mientras miraba unas fotos y eso le llamó la atención- ¿de dónde sacaste estas fotos?

-Estaba escrito en el mango del cuchillo que degolló a mi madre -Rspondió mirando las fotos.

-Vaya, vi esta misma inscripción en uno de los cuerpos y cuando pregunté a Thomas comenzó a hablar de una historia de conspiración bastante bizarra.

Marie la miró 

-¿Qué tipo de historias?

-No sé, no recuerdo, si quieres saber llámalo -Dejó las fotos a un costado -Me voy, es sábado y quiero fiesta, me han dicho que la marihuana de los lugareños es....

Marie la vio salir, se giró ya eran más de las 5 y ni siquiera había sentido hambre, se hizo un café y miro las fotos del cuchillo, las miró una y otra vez, dudosa de llamar a Thomas y preguntarle sobre eso, se terminó su café y volvió a la carpeta del informe de su madre, leyó una vez lo que aquellos hombres habían encontrado en el lugar, no había pruebas concluyentes sobre el atacante, lo único que sabían era que había sido un solo un hombre. 

Si era tan meticuloso como para haber tenido a un par de mujeres retenidas en su hogar y no dejar ni una sola huella digital, ¿por qué había dejado su cuchillo? Suspiró y miró el reloj, eran casi las seis de la tarde, el tiempo parecía volar, caminó hacia donde había tirado su móvil, quería hablar con William, no le interesaba ser intensa, sentía una opresión en su pecho y quería escuchar su voz así colgara un minuto después, el teléfono timbró mientras ella esperaba por oírlo.

-Elizabeth -Marie sonrió, no sabía a qué venía eso 

-Hoy soy Elizabeth -Dijo divertida -Me gusta.

-A mí también me gusta ella.

-¿Te gusta a pesar de que duerme en muelles de madera? No sabe el nombre de la ropa cara y es muy torpe en sociedad -Habló sin poder ocultar su sonrisa de felicidad al escucharlo.

-Me gusta justamente por eso.

-Suele avergonzar a las personas y no es apta para personas susceptibles, nadie la quiere en este lugar -Dijo sin poder contener su risa - Ha dañado tardes de señoritas, ¿Estás seguro de lidiar con todo eso?

-Me aburren las señoritas. -Marie rió.

-Sí, me dijiste que te gustan las desvergonzadas. 

-Así es... ¿Me necesitabas?

-Sólo quería saludarte, ¿estás ocupado?

-Sí, pero dime...

-Hoy vino Crystal… Pero después te cuento los detalles de lo que me vino a decir, bueno no fue ella la que me lo dijo, fue Thomas.

-¿Qué te dijo?

-Habló del hombre de los asesinatos y por qué cree que es un imitador de otro asesino serial, en USA, mientras que el original era un antropófago, ese hombre en Europa no parece serlo, además de que esas personas estaba relacionadas entre sí y no es algo que al asesino verdadero le interese. 

-¿De nuevo andas jugando a ser investigadora Marie?- Él soltó el aire molesto.

Marie abrió su boca pero no podía decir nada. 

-Yo... -Ella guardó silencio - Me llegó otro sobre, yo quisiera decirte que quisiera tan solo cerrar mis ojos y huir de todo y aunque sé que lo haré más adelante, ahora mismo, sólo quería pensar que esas muertes no eran por mi causa. No intento ser detective, no es un tema que me agrade...- Bajó su mirada no sabía qué decirle ella como siempre solo hablándole de problemas, su vida solo era eso, una lágrima rodó por su mejilla, ¿era tan difícil entender que quería saber cosas, para poder seguir adelante?

-Ya deja eso, no eres culpable de que un tipo con mente retorcida ande por la vida matando gente solo porque tu ex novio hizo un libro, eso ocurre Fresa hay muchos imitadores.

-Sí, es verdad no tiene nada que ver conmigo, son paranoias mías, no soy observada por algún tipo de psicópata -Dijo tratando de sonar despreocupada, no tenía por qué contarle ese tipo de cosas a William, no valía la pena llenarlo con tonterías suficiente tenía con su trabajo.

-¿Por qué sientes paranoia?

-Hace un año un hombre me seguía con una cámara... Y -era realmente tonto aquello -Decirlo suena tan tonto que me avergüenza.

-Fresa... Eres una Keller siempre te van a seguir con cámaras, sólo que no te has acostumbrado porque Lisa te apartó de todo esto.

-¿Crees que era algún tipo de reportero de chismes? Supongo que soy bastante aburrida, no he visto ninguna de las fotos de ese tiempo -Dijo iluminándosele el rostro como si hubiese hecho un gran descubrimiento.

-Paparazis, periodistas, no importa, en ese tiempo salías con François y a él lo persiguen, así que no importa que fueras aburrida.

-Técnicamente no salía con él, me lo encontraba en el café Noir por casualidad, pero veo que he sido una tonta y me he preocupado por nada, la verdad no creí que les interesara lo que yo hacía -Hizo una pausa - Aunque es raro, pudieron tener material para tener un chisme y aquello nunca salió a la luz.

-Es aquí cuando te digo un secreto, el dinero Fresa hace que se controle lo que salga y no a la luz, ¿cuándo has visto a François inmiscuido en chismes?

-Oh, tienes razón, ni siquiera cuando tuvo aquel problema con Christie, la prensa se pronunció. Entonces debo agradecer que eso no saliera a la luz.

-Sí Fresa, ya no le prestes más atención a aquello, seguramente los asesinatos son un imitador y quien te seguía era solo un periodista de los que siguen a François.

-Sí, me tranquiliza saber eso, pude esconder mi rostro de los medios mucho tiempo y que de repente se interesen es realmente extraño.

-Ahora eso es mi culpa.

-¿Tu culpa? -Se había visto envuelta en chismes desde noviembre por el tema de Thomas, muchas de sus fans la llegaron a llamar quita esposos - No lo había pensado, hoy leí una noticia, al parecer me engañas con una mujer de cabello rojo -se rió, porque no era como si él le guardara fidelidad o al menos eso creía - y yo también lo hago.

-Deja de leer esas cosas. Hace mucho tiempo no me inmuto en frenar lo que se dice de mí, es un desgaste innecesario, mi vida es de dominio público.

-Lo leí por casualidad, quería quitar algo mío de la web, pero Crystal no me quiso ayudar.

-Marie, en serio debo dejarte.

-Ok, no te molesto más -Colgó de inmediato. 

Desvió su mirada y vio las fotos de las marcas de cuchillo y movió su cabeza era mejor olvidarse de aquello, tal como se lo había dicho William, aunque no le había comentado sobre aquel hombre con esa horrible cicatriz, era mejor así. 

Se dio una ducha caliente y buscó un pijama, trenzó su largo cabello y se sentó a leer, desde aquel episodio de insomnio tal como le habían recomendado Sébastien y el psiquiatra al que William le había recomendado, había intentado hacer una rutina, se daba una ducha caliente y en vez de dormir con vestidos, se ponía algo más cómodo, se sintió con sueño y dejó el libro a un costado y fue a la cama, dormir en el sillón era algo que debía erradicar de su vida. 

Tomó dos almohadas y una la abrazó con sus manos y la otra la puso entre sus piernas flexionadas, poco a comenzó a sentirse somnolienta, al menos ya no tenía que tomar esas estúpidas pastillas, no supo cuando se quedó dormida, una hora después comenzó a sudar y a moverse en la cama.

-¿Hasta cuándo estaremos aquí? -Dijo una delgada voz temblorosa con su garganta ardiente.

-Tan solo encontraremos la oportunidad en que puedas irte.

-¡No! No me iré sin ti -Presionando aún más la herida con sus manos temblorosas.

-Escucha -Dijo Lisa entre jadeos - Lo harás, te iras y vas a vivir.

Marie comenzó a mover su cabeza, no concebía irse sin su madre, no lo haría las dos saldrían de ahí y todo eso sería una pesadilla, el hombre volvió a salir de la cocina, tenía una barra de chocolate en sus manos, la mordía mientras las miraba de forma siniestra, esa mirada la asustaba, la hacía sentir impotente, tan pequeña y desvalida, comenzó hablarles y veía como el chocolate contrastaba con sus dientes amarillos, su estridente risa al ver sus rostros retumbaba por el lugar, Marie bajó su cara no quería verle mientras lloraba sin parar.

Su respiración se aceleró y comenzó a dar vueltas sintiendo una opresión en su pecho, tras dar tres vueltas sintió un golpe en su hombro incorporándose lentamente, los jadeos que provenían de su boca, era lo único que se escuchaba en la habitación, estaba oscura, puso su mano lentamente en el borde y se impulsó levantándose, había sido una pesadilla, por lo general hablar de cosas escabrosas la dejada tan impresionada trayendo ese tipo de sueños, lo había sentido tan real, su garganta dolía, sus manos estaban frías y sudorosas y podía escuchar el latido de su corazón.

Caminó a su closet y se puso unos jeans cortos lo abotonó a su cintura, buscó una camisilla corta con tirantes y aunque sabía que el lugar era cálido prefería salir con algo abrigado, tomó un suéter largo color negro abierto y sin botones, buscó con sus pies unos convers y salió de la habitación.

Sé fue al elevador, no vio a los guardas, seguramente dormían y era mejor de esa forma, un pequeño timbre la alertó de que las puertas se abrían entró y presionó el botón de la azotea, necesitaba aire, vio con impaciencia los números de los pisos, hasta llegar a su destino, salió y después de subir unos escalones más abrió la puerta, aún estaba oscuro, sonrió levemente aspirando el aire de la noche, sin embargo puso su mano en su boca y tosió levemente el aire estaba mezclado con humo de cigarrillo, frunció el ceño alguien más estaba en el lugar.

Se acercó más y pudo divisar a un hombre muy alto recostado en el muro, sintió que un frío recorría su cuerpo, su cabello rubio, camiseta y vaqueros negros, pero no podría ser, Crystal le había dicho qué estaba lejos, aclaró su garganta y el desconocido se giró y la recorrió con su mirada de pies a cabeza, frunció el ceño era Thomas.

-¿Qué haces aquí? -Thomas la miró parco como de costumbre.

-Crystal me trajo, pero al final desistimos de que entrara con ella, temía que salieras corriendo -Marie asintió y se acercó.

-Tuvieron razón, lo hubiese hecho -Se impulsó y se sentó a un costado, mientras Thomas volvía aspirar de su cigarrillo, a un costado tenía cervezas, quizás Crystal había estado con él, ahora entendía por qué se había ido tan rápido, había una botella de Whisky y una de soda, no había drogas solo él y sus inseparables cigarrillos. Recordó que recién lo conoció era un hábito esporádico, sin embargo después cuando se volvieron a encontrar se fumaba al menos diez en los pocos lapsos de tiempo que estaban juntos.

-Ahora mismo no huiste.-La voz de Thomas llamó su atención.

-Vengo huyendo -Suspiró y puso sus manos en el muro detrás de su cuerpo - Así que no lo haría dos veces en una misma noche.

-Vaya eso es bueno.

-No, no lo es Thomas, eso me hace ver muy cobarde -Thomas la miró y soltó el humo por su nariz y su boca.

-¿Te consideras una cobarde?

-Por momentos.

-¿De qué huías? -Restregó él cigarrillo en el cenicero y se giró detallando el perfil de ella.

-De mi misma Thomas, es lo único que he hecho por los últimos diez años -Dijo con su rostro serio.

Thomas, se sirvió un poco de whisky y meneó el vaso lentamente bebiendo de este.

-¿Y si yo pudiera hacer que dejaras de hacerlo?

-¿El qué?

-Huir -Marie movió su cabeza y se giró a él, levantó sus piernas del vacío y las cruzó quedando frente a frente. Marie sonrió y tomó su gruesa y larga trenza entre sus manos sin dejar de mirarlo.

-No es algo en lo que me puedas ayudar, así como yo no lo pude hacer contigo, soy un caso perdido, eso fue lo que me dijiste sobre ti mismo hace mucho.

Thomas sacó otro cigarrillo y lo encendió, aspiró de él y resoplo sacando el humo nuevamente.

-Tú no eres un caso perdido Marie Elizabeth, no digas esas estupideces, tan solo te has metido con imbéciles, has confiado en los hombres equivocados -Marie estiró su mano y tomó una de las cervezas y la abrió, William le había dicho eso mismo y sabía qué tenía razón, pero ¿qué podía hacer? No era como si querer a alguien se decidiera de forma racional, bueno si, incluso ella se había disculpado con él por mal interpretar sus atenciones al final.

Llevó la cerveza a su boca y Thomas la interceptó con su mano.

-No lo hagas, no te sienta bien -Marie movió su mano esquivándolo y bebió un poco.

-Sólo es una cerveza -Thomas bajó su mano y puso el cigarrillo en su boca.

-El solo olor del alcohol te idiotiza -Habló con su voz gruesa siempre sermoneando.

Marie rió y se tomó el resto del contenido, sintiendo como su cuerpo se calentaba por el efecto de este. Así que no se cortó y tomó un poco de whisky y lo revolvió con la soda y Thomas hizo una mueca, pero no dijo nada, mientras ella seguía bebiendo licor.

-Me odio... ¿qué? -Moviendo su boca tirándole saliva sobre la ropa de Thomas.

-¿Ya lo ves? El alcohol te idiotiza y hasta el momento ha sido poco -Dijo molesto, quitándosela y ella volvió arrebatársela de sus manos tomando el último sorbo que quedaba.

-Quizás ahora mismo quiero ser una idiota, es mejor que ser una cobarde -Tomó otra lata.

-No eres una idiota y tampoco una cobarde.

-¿No? -Rió muy fuerte y tomó más de la lata -Vaya, lo dice la persona que me hizo sentir en el pasado la idiota más grande de este mundo. -Dijo con sarcasmo, tomó el vaso de whisky de sus manos y lo bebió de golpe, quizás lo que le hacía sentir el alcohol era mejor que esa sensación de miedo con la que había salido de la habitación, comenzó a dejar de sentirse ella misma - ¿Quieres saber qué sucedió conmigo, cuando aquel día te fuiste? -Marie siguió hablando, no era como si le doliese, pero si quería mostrarle el punto de que a veces era tan idiota por hacerse expectativas, cuando no tenía por qué hacerlo.- A ver te iba a devolver tu estúpido reloj en aquella cena, quería preguntarte si querías continuar conmigo, aunque debía viajar, saqué una botella de vino, hice pasta con guarniciones de manzana y aunque sabía que tenías una relación con Victoria pensaba que yo era más importante en tu vida, qué sentías lo mismo que yo, no fuiste capaz de decirme qué te casabas, duré un año y medio buscándote e incluso después de eso otro tiempo olvidándote, ¡me creía importante! Pero era la nada, cómo puedes decirme qué no soy una idiota, si aun cuando te fuiste estuve por horas detrás de esa puerta esperando a que sonara de nuevo esperando a que me dijeras que todo había sido una broma, qué me consolarías limpiarías mis lágrimas, terminaríamos el plato, me abrazarías y me dirías, vamos a Europa juntos... - Una lagrima rodó por su mejilla, esta vez por pensar en William - ¿Aún no soy una idiota por seguir esperando que él confié en mí y me quiera sin condiciones, aunque esté totalmente rota y muerta?

Thomas la miró en silencio sus labios estaban muy rojos y su mejillas tenían un leve tono rosa, su boca temblaba y esta vez en vez de tomar del vaso tomó la botella de whisky y tomó un sorbo más largo.

-Dijiste que yo ya no te dolía.

-Y no lo haces, lo hiciste por cuatro años tan solo... -Bajó su cabeza, esa noche lo que le dolía era en el hueco que se sumergía cada vez que dormía y pensaba en su relación real con William, era un juego y a veces no quería que fuese de esa manera.

-Te contuviste -dijo Thomas de repente - no te contengas más. 

-Mi vida es un asco Thomas, no dejo de tener pesadillas que me hacen sentir ahogada, tiemblo y soy cobarde, dejo de serlo y me convierto en idiota.

Dejó la botella de lado, aquella noche en Londres, también se había sentido muy idiota, aunque se había esforzado por alegrar a William, él se había hundido más y más incluso se había drogado delante de ella, también se había sentido bastante triste, cerró sus ojos y lloró sin contenerse, ahora mismo no era Thomas él qué le hacía despertar aquellos sentimientos, de forma irremediable quería a William, era como si por regla general los hombres a los cuales quería la hicieran sentir así, de forma racional lo aceptaba y entendía, pero en momentos como aquellos no podía evitar pensar en esas tonterías.

Bajó del muro cayendo, Thomas la ayudó a incorporarse y ella alzó su mano alejándolo.

-No te hago ningún reclamo, solo quiero que entiendas que si he sido una idiota, ahora mismo soy una idiota qué no deja de llamar a su cuasinovio, aunque sabe qué trabaja, qué lo quiere tener cerca, pero de forma racional entiende que no se puede, quisiera patalear y cambiar aquello, pero eso solo hace que me siga sintiendo idiota. Así que no me importas,-continuo Marie- pero aun no te quiero o al menos no te odio, fuiste un real hijo de puta, pero no logre odiarte, así como no lo pude hacer con él imbécil de mi padre, aunque él sí me odiaba.

-Yo a ti te amo y podría hacer cualquier cosa por ti. -Mentir un poco y exagerar no era del todo malo finalmente si tan solo ella lograba confiar en él nuevamente, todo sería diferente.

Marie tambaleó y se acercó, sus 1.70 ante los 1.96 cm de él la hacían sentir pequeña, alzó su cara, pero se sintió mareada, la bajó al instante y lo abrazó.

-Te lo agradezco Thomas, agradezco que me ames, pero deja de hacerlo, en este momento de forma romántica solo existe un hombre por él qué haría cualquier cosa y no eres tú. -Marie se separó y se dirigió a la salida, se sentía mareada.

Thomas caminó tras ella y la tomó como si fuese una muñeca y la cargó.

-Suéltame -Dijo con un hilo de voz.

Thomas la ignoró y caminó con ella hasta su habitación, sacó la tarjeta y la pasó por el costado de la puerta, ya eran cerca de las seis de mañana y al parecer al igual que él, su sueño seguía siendo irregular, miró alrededor, todo estaba organizado excepto por el escritorio abarrotado de documentos.

Maríe ya iba dormida, la depositó en su cama, rodeó el lugar y vio unas fotos las tomó y notó el marco de un cuchillo que decía furia entornó sus ojos y tomó la carpeta, era un caso de asesinato, ojeó todo y la vio mientras dormía en la cama, Marie seguía investigando sobre temas densos, pero ese en especial le llamo la atención, así que leyó todo detenidamente.

Intentaría hacer que Black no se acercara a ella, era lo menos que le debía a esa chica, el hombre estaba enojado, muy enojado, suspiró y de repente sintió que ella se sentó en la cama buscó a tientas el celular sin mirar marcó y comenzó a hablar.

-William, ¿soy una idiota? -Dijo en alemán con su voz irreconocible -El hijo de puta -dijo en español - De mi ex novio me dice que no lo soy, ah y lo llamó así por qué él me dio permiso, ¿pero tú crees lo mismo? -Contesta -Gritó -Si no lo haces es por qué soy una idiota, ¿no merezco saberlo? Oh ya entiendo estás enojado te he molestado muchísimo -Se quedó en silencio.

Thomas meneo su cabeza y se acercó, hablaba con el teléfono al revés, él lo tomó de forma delicada de su mano y le susurró.

-William no cree que seas una idiota -Marie asintió.

-Supongo que puedo soportar esa mentira -Quedando dormida de nuevo.

Thomas ojeó el teléfono, estaba apagado, al parecer estaba hablando con ella misma, lo puso a un costado y tomó la manta, le quitó los zapatos y le dio un beso en su frente, aunque ella no se lo pidiera, seguiría haciendo lo posible por ayudarla, de alguna forma era su culpa que estuviera en aquel lío, le dio una última ojeada y salió de la habitación.


...

Londres, Reino Unido, mayo de 2016

Los últimos dos días habían sido realmente horribles, literalmente se había arrastrado para poder movilizarse, no había podido salir al exterior pues la luz del día la quemaba, si antes tomar una copa de whisky con William la había puesto mal, tomarse casi tres copas con Thomas la había dejado noqueada por días. Apenas comenzaba a ser consciente de sí y estaba totalmente amnésica, lo último que recordaba era a Thomas hablándole de un hombre come humanos, Bashar en su habitación y otra pesadilla, nada nuevo.

Esperaba que no se hubiese avergonzado así misma en estado de alicoramiento, desde ese día no había llamado a William, no quería que la escuchara en ese estado tan lamentable, sus guardas la había mirado totalmente extrañados, sabía qué había actuado como una lunática. 

Así que estaba nuevamente en París y extrañaba el calor de la costa, pero al menos había podido concluir sus asuntos en ese lugar, tomó su móvil y salió del hotel, quería caminar, se había tomado el lunes libre de oficinas, aún pensaba en ir a donde la señorita Bracho, le había pedido a Crystal localizarla y en cuanto tuviese aquella información iría a verla, como siempre sus guardas estaban tras ella, no podía hacer mucho, así era su vida ahora.

Caminó sin prestar atención a las calles, aquella ciudad le parecía tan aburrida, divisó un café y se sentó en las sillas del exterior, pidió un café esta vez se concentró en las personas que pasaban por el lugar. Su móvil sonó y ella lo atendió.

-Mi querida niña, fue realmente difícil encontrarte.

-¡Abuelo! -Dijo emocionada, Landon había sido uno de los amigos cercanos a su abuelo y desde que estaba vivo tenía la costumbre de llamarlo así a pesar de ser tan niña se llevaba muy bien con todos los amigos de su abuelito. La última vez que lo había visitado había sido el año pasado, en su local de jazz y aunque se habían alejado, siempre que tenía la oportunidad le alegraba verlo.

-Tendré una presentación en Londres, podrías venir a verme, te invitaría a galletas con centro de fresa y leche además podrías escuchar buena música, de la que el viejo solía llevarte a escuchar, -Marie asintió emocionada.

-Estaré ahí, ¿qué día es?

-Hoy a las 8 en el bar Oliveros.

-¿Tan pronto?

-Siento no avisarte antes, pero Louise, me dio tu teléfono hasta ahora, al parecer Cathie estaba en una competencia y no se lo había podido dar -Marie tosió levemente, escuchar de su tía la ponía nerviosa de alguna forma siempre terminaba evitándola y sabía que eso le dolía a ella.

-Estaré ahí, no te preocupes, sabes qué me gusta escucharte tocar. Si alguien acepta ir, iré acompañada.

-Me alegra que lo hagas, si lo llevas es porque es alguien especial, por lo general siempre vas a escucharme con tu pequeño hermano. -Marie sonrió.

-Espero presentártelo.

No tardó en llamar en hacer los arreglos para viajar, optó por el jet de la compañía y después un par de horas de hacer llamadas, se encontraba viajando hacia Londres, primero iría a la oficina de William y le pediría ir con ella, intentaría, sacar al máximo su encanto, le quería presentar a Landon. 

Como era costumbre Londres helaba y ella estaba envuelta en un pesado abrigo, esperaba encontrar a William o que al menos esa mujer no lo negara, era tan intimidante -aunque sabía cuánto William la apreciaba- y la había tratado como una cualquiera, que realmente tenía algo de pereza, pero quería sorprenderlo, verlo en vez de llamarlo después de tanto tiempo

Para su infortunio, William no estaba, debía reconocer que la mujer que la mujer la había tratado muy bien, quizás también creía que ellos eran novios, algo que Marie no terminaba de creer, era algo extraño, pero no era como si las cosas hubiesen cambiado, o quizás eso era ser novia de William Tilman.

En silencio se dirigió al bar, cuando llegaron al lugar sus guardas la miraron extrañados, por lo general su rutina era leer, estudiar sus idiomas, ir a cafés, desde que se había encontrado a William en aquella discoteca no había vuelto a una, había sido Cathie la que la arrastró a ese sitio.

Bajó del auto y después de unos minutos, se encontraba en unas de las mesas, mientras los hombres se habían hecho a un costado, miraba divertida a un grupo de jóvenes que tocaban temas actuales con un toque vintage, en ese instante sonaba Lorde Royals, las mujeres bailaban al compás del jazz, aunque no conocía la versión moderna el solo hecho de que se escuchara en aquel estilo le fascinaba, un mesero se acercó a ella con una bandeja, puso un vaso de leche con un plato de galletas.

-Un admirador secreto le envía esto -Marie sonrió de forma amplia y asintió tomando una de las galletas, dejando de lado la leche, no era muy fanática a esta, le gustaba más el yogurt.

El show continuó y aunque la mayoría de las canciones no las conocía, eran realmente agradables.

-¿Eres fanática de Lady Gaga? -Un hombre joven se acercó a ella sentándose en la mesa.

-No sé quién es Lady Gaga.

-Una tradicional. -Marie siguió moviendo sus dedos ignorándolo - Soy Josh y estoy en una de las bandas que tocaran el día de hoy.

-Hey niño, deja a mi nieta en paz -Dijo un gran vozarrón.

-Señor Landon, -Dijo tartamudeando.-No creí que fuese su nieta - Habló ante lo evidente, mientras Marie era como la leche, aquel hombre era de un tono de piel más oscuro, nada que ver con ella.

Marie se levantó y vio al hombre alto regordete, tenía un gran bigote, canoso, su cabello en exceso apretado denotaban canas.

-Abuelo -Dijo sonriendo mientras sus grandes y morenas manos le revolcaban su cabello.

-Mi nieta está hermosa -Le dio un beso en su frente.

-Terminaré creyendo tus cumplidos, no deberías hacerlos -El hombre rió y su risa retumbó por el lugar. -Abuelo, ¿quién es Lady Gaga? -Marie le preguntó.

-Veo que eres una jovencita algo quedada ante los nuevos artistas, aquel grupo de jovencitos, transforman música moderna en bellas piezas de jazz, Lady Gaga es la cantante que interpreta la canción que suena -Marie asintió sonriendo.

-No lo sabía.

-¿No vino tu amigo? -Ella movió su cabeza.

-Está de viaje.

-Es una pena -Dijo el hombre pidiendo un trago al camarero.

-Yo quiero una cerveza -dijo ella antes de que el hombre se retirara, este asintió.

-Tienes tu leche, ¿para qué beber licor?

-No me gusta la leche y la última vez en Nueva York te lo dije -Se quejó.

-Igual no quiero que bebas, 

-Tan solo quiero mimetizarme con el ambiente.

-No necesitas beber -Marie estiró su boca haciendo pataleta, él tenía razón, pero por algún motivo necesitaba el calor que esta le proporcionaba a su cuerpo, la noche anterior había tenido otra pesadilla y al menos él licor le ofrecía tregua al borrar su memoria tal como había ocurrido el sábado.

-¿Y Gavin? -Mirando hacia los lados, Gavin era el trompetista, en sus mejores años habían conformado un grupo de Jazz junto a su abuelo, mientras Landon tocaba el chelo, su abuelo tocaba el piano.

-Querida... él murió -Dijo mientras tomaba su trago y un puro - Cáncer -Marie contrajo el rostro, ciertamente era alguien que apreciaba -Nos dejó al igual que ese viejo mañoso de tu abuelo.

Marie con rabia, tomó el puro y el trago, mientras que el puro lo tiró y aplasto con el pie, el licor se lo tomó de una sola vez.

-¿Pero qué haces? -Una lágrima rodó por su mejilla -Querida, la muerte es inevitable, no te pongas así, Gavin te dejó algo -Le pasó un sobre.

-¿Así es como solucionan todo?

-¿A qué te refieres?

-A qué una persona muere y cree que con dejar algo soluciona todo -El hombre negó con su cabeza y la abrazó el olor de su traje cafe a cuadros le hizo recordar aquella época en que su abuelo la llevaba a escucharlos tocar.

-Viajamos por esta vida, pequeña, por eso es que debemos disfrutar del trayecto, Gavin lo hizo. -Marie asintió sintiendo sus mejillas quemar -Esta noche es para despedirlo a la mejor manera, con jazz, ¿te parece?

Marie asintió y se limpió sus lágrimas, el hombre se levantó y cuando el grupo terminó de cantar se acomodaron, comenzaron a tocar, era verdad debía despedirlo de su vida, no podía hundirse cada vez que escuchaba la palabra muerte.

La cerveza llegó y la tomó, no bebía, pero necesitaba que su cuerpo tomara impulso, comenzaron a tocar My Way y ella sonrió con sus ojos encharcados, era la canción favorita de su abuelo y  el tema principal de él y sus amigos, declaraban que ante el telón final se sentían plenos, habían hecho lo que siempre quisieron y qué había sido a su manera, la canción terminó y la gente aplaudía. Landon alzó su copa y brindo con ella a la distancia, ella que ya estaba mareada con esa copa de vodka y con las otras bebidas que  había en esa mesa.

-Cariño, él tuvo un buen viaje así como yo lo tuve. -Le volvió hablar Lando al sentarse nuevamente en la mesa con ella.

-No digas ese tipo de cosas -Bajo su cabeza.

-Es necesario que lo entiendas, no quiero que te pongas como hoy, sé que la muerte es un tema que ha sido una constante en tu vida, pero quiero que entiendas qué es algo que tarde o temprano ocurre -hizo una pausa y sacó una llave de su saco con una delgada cadena - Ten, creo que es momento de que la tengas.

-En el sobre qué te dejó Gavin podrás entender de qué se trata.

El hombre se levantó y la abrazó.

-Pequeña vive y hazlo a tu manera como lo decía Sinatra -Marie lloró en su hombro.

-Lo haré -Guardó el sobre y se puso la llave en su cuello.

-Hasta una próxima, o si no, nos veremos en el paraíso del jazz.-Marie rió asintiendo.

Marie se sentó y escuchó a su lado otra tonada mientras seguía tomando sorbos de licor y apretaba en su mano la cadena con la llave, el camarero llegó con otra copa y ella la bebió sin pensarlo, al cabo de 20 min salió del lugar y entro al auto ahí la esperaba Adam, -ya se le había acabado su descanso- quien hizo una mueca al verla tambalear.

-Nos vamos a Nueva York. -Dijo con su voz enredada.

-Pero señorita...

-Shiff -puso un dedo en su boca -Obedéceme -dijo arrastrando sus palabras -Yo mando tu obedeces, tú obedeces, yo mando, ¿entendido? - El hombre asintió estupefacto.

Marie sonrió satisfecha y puso su cabeza en el sillón quedándose dormida, cuando despertó estaba en el jet, no se había dado cuenta en qué momento había llegado, recordó su conversación con Landon y volvió a llorar, sacó su móvil y llamó a William

-¿Te has portado bien? -Dijo arrastrando sus palabras.

-No he tenido mucho tiempo de comportarme mal-Marie rió 

-Ok, ok me gusta escuchar que no estas tomando -hizo una pausa - ese licor da cáncer - dijo en un susurro.

-¿Esa es tu definición de juicioso? Entonces no lo he estado, yo siempre me tomo mi copa de whiskey.

-Oh es una pena - se le salió un sollozo -Es una pena.

-¿Marie? ¿Qué te pasa?

-No te mueras William, no lo hagas, la muerte, se llevó a alguien que quería y lo hará contigo-Volvió a sollozar.

-¡Ay Marie me asustaste! Todos nos vamos a morir deja el drama, algún día también te morirás.

-Es verdad, es verdad. -señorita la interrumpió la asistente de vuelo:

-El jet va a despegar por favor ajuste su cinturón y cuelgue el teléfono, Marie asintió y volvió a William.

-Perdón por molestarte con mis tonterías - dijo sin ya ser dueña de sus palabras, decía tonterías y a pesar de que lo sabía no podía evitarlo -Debo colgar el vuelo va a despegar.

-Qué tengas un buen viaje. -Marie asintió aunque él no la veía.- Hey Marie, recuerda que dos copas son mucho para ti, deja la fiesta para cuando estés conmigo.

-¿Fiesta? -Se rió -Oh si mi vida es tan intensa -alzó sus pies y la mujer la miró con desaprobación aclarando su garganta - Ah, sí, sí despegue, despegue - dijo nuevamente en un tono melódico - Me voy William, trabaja mucho. - dejó caer el teléfono, sintiendo sueño.

Alzó su cabeza y sintió un martilleo, intento abrir sus ojos, pero la claridad de la habitación no la dejó, estiró su mano y palpó sus gafas oscuras y se las puso, se levantó como pudo, olía a licor y a vomito hizo una mueca y se puso sus zapatos, camino al gran ventanal y se quedó con su boca abierta, el paisaje le era familiar, estaba en New York, hizo un movimiento brusco y su cabeza le dolió, ¿qué rayos hacía en aquel lugar? Tomó su móvil y le marcó a Adam, minutos después apareció en su habitación junto a los escoltas.

-¡Quien fue!- dijo enojada quién de ustedes me trajo a este lugar,- Adam la miraba mientras se tapaba levemente la nariz.

Marie estaba despelucada y tapaba sus ojeras con las gafas oscuras.

-Señorita fue usted la que insistió en venir.

-¿Yo? ¿Para qué querría venir hasta aquí? -Adam guardó silencio y ella les hizo un ademán para que salieran.

Tomó su móvil y le marcó a Aiden.

-¿Elizabeth?

-¿Estás en la oficina?

-Si...

-Ya voy para allá -Colgando al instante.

Tomó las pocas cosas que llevaba consigo y salió de la habitación, en el lobby estaban los guardas y Adam, no acostumbraba a ir hasta allá como una Keller, pero ellos al menos eran de confianza, abordó el auto y después de decirles a dónde se dirigía se recostó en el sillón, a revisar su móvil, había llamado a William, pero no recordaba haber hablado con él, movió su cabeza era mejor no molestarlo más, suficiente había tenido con haberlo hecho todo ese fin de semana. 

Miro por la ventanilla, New York era realmente diferente a Paris, las personas eran mucho más aceleradas, el tráfico más pesado y la mayor parte de la ciudad vanguardista. No le gustaba en definitiva vivir en las ciudades, prefería pensar qué podría amanecer en cualquier lugar del mundo.

Miró a Adam y sus guardas, como una tonta se había descargado con ellos cuando era ella la que no recordaba nada y los había culpado por eso, suspiró de forma pesada si estaba en aquel lugar debía ser por algo importante, aunque aún no lo recordara, movió sus gafas oscuras, aún ardían sus ojos, tenía la misma ropa de hacía más de 15 horas y olía a licor.

Divisó el edificio blanco, hacía mucho no iba aquel lugar, un poco más avergonzada se disculpó con ellos y les dijo que podían ir a donde les apeteciera, qué ella no se movería de ahí Adam se retiró junto a dos guardas seguramente a cambiarse mientras que el hombre de tez oscura se quedó con ella.

Caminó por los pasillos, del lugar mirando cada cuadro Pop Art qué había en los pasillos, pudo reconocer a Crystal versión animada e incluso a Aiden, se sonrió el ambiente en aquel lugar era relajado nada que ver con el grupo Keller. Llegó al ascensor y pulsó los botones, entró junto a su guarda mientras una melodía los acompañaba, un tintineo le alertó qué habían llegado, las puertas se abrieron y vio de frente un cuadro animado qué le llamó la atención, era ella vestida con algún tipo de disfraz, tenía una tiara en la cabeza y un leotardo azul con rojo entornó sus ojos tocando su cabeza.

Llegó ante la oficina de Aiden, tocó levemente y entró, Aiden se levantó y le dio un beso en su cabeza y luego se retiró.

-Hueles asqueroso. -Se tapó la nariz- ¿Estuviste de fiesta?

-No, tan solo recuerdo que Landon me invitó a un bar en Londres y... No recuerdo nada más.- dijo mientras cerraba las persianas.

-Supiste lo de Givan -Ella asintió.

-¿No entiendo cómo terminaste en este lugar? 

-Yo tampoco lo entiendo - se sentó tocando su cabeza.

-Estás loca.

-Gracias, temía ser normal -dijo alzando sus cejas con desgana, volvió a suspirar y tocó su pecho sintiendo un objeto extraño, metió sus dedos por su cuello y sacó una llave.

-Bonito dije -Aiden se acercó a ella y lo tomó- parece una llave de una caja de seguridad.

-¿Una caja de seguridad?

-¿Quién te la dio?

-Creo que Landon -Aiden suspiró y ella se levantó.

-¿Tendré algún cambio de ropa aquí?

-Sí creo que te dejaste algo, pero era verano y no creo que te sirva, le diré a Lindi que te traiga algo de ropa. -Marie asintió -Oye, estaba a punto de verme con alguien.

-No te preocupes yo me salgo de tu oficina.

-No es para que te vayas, ya que estas aquí quisiera que también lo escucharas.

-Si quieres que me quede lo haré -Aiden asintió.

-Estuve averiguando lo que me pediste.

-¿Investigaste a los accionistas del grupo?

-Sí, muchos de ellos están envueltos con el caso de Water Corporation. Además de otro tipo de negocios, ¿está consciente que si sigues de CEO podrías verte envuelta en ellos?

-No será por mucho -Se levantó y tomó un vaso plástico y lo llenó con agua - Pienso irme del Grupo, pero antes quiero entender qué es lo que ocurre.

-Y ver si les devuelves algo. -Terminó Aiden de decir -Te conozco, eres algo competitiva y recientemente descubro que algo vengativa.

-Como no quieres que me sienta así, ¡maldita sea! arruinaron mi vida, mataron a la persona que más he amado en la vida, me jodieron, ¿no es justo que intente entender? -Se le cortó la voz, Aiden la miró de forma comprensiva.

-¿Lo mejor no sería olvidar?

-No, en momentos como este odio olvidar, llevo 12 horas olvidadas por culpa del alcohol y no sé a quién preguntarle.

-En primer lugar ¿por qué tomaste? -Marie suspiró y se cruzó de brazos, en aquel momento la puerta sonó levemente debía ser la secretaria con la ropa -Adelante -dijo Aiden.

La puerta se abrió y él entró tenía un traje negro, sin corbata al verla se detuvo con un gesto de sorpresa.

-¿Qué haces aquí? -dijeron al unísono.




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