La Heredera CAPÍTULO 32: Una noche exquisita

 




                                                                                                          Londres, 13 de diciembre de 2014


Thomas


El humo del cigarrillo, se esparció en el lugar y Jun miró de forma inquisitiva a Thomas, estaba en una actitud detestable, desde hace rato y no se inmutaba en disimular el hastío, definitivamente era un hombre difícil de tratar, le tenía estima, era su mejor amigo, pero no sabía cuánto tiempo podría ser su manager.

-Deja esa porquería, -le susurró-Es un encuentro de fans, maldición.

Thomas lo miró en silencio mientras soltaba el humo por su nariz, las chillonas mujeres llegaron y Jun se levantó con una sonrisa, comenzó hablar con ellas y a pesar de que era una molestia la actitud de Thomas al parecer a las mujeres les gustaba ese aire de misterio y que él emanaba, como siempre ese sujeto se salía con la suya.

Thomas los observaba en silencio, Londres era su objetivo en ese momento, una pista lo había llevado a ese lugar, pero tener que lidiar primero con una horda de mujeres que se dejaban llevar por un estereotipado homicida y sin argumentos lo veneraban, era realmente agotador.

No creyó que tendría un público tan vacío no era como si su contenido fuese ligero, por el contrario, eran arduas investigaciones que alternaba con su verdadero objetivo, algo que no era sencillo, pero que lograba llevar con éxito, su doble vida por el momento estaba bajo llave y esperaba que no se descubriera por el momento.

No pasaron quince minutos cuando se levantó, no soportaba a esas mujeres que le gritaban cosas sin sentido prefería aprovechar el poco tiempo que tenía en esa ciudad.

-Encárgate tú-Le dijo a Jun mientras se levantaba y se dirigía a la salida y su amigo en vez de seguirlo comenzó a disculparse con las mujeres.

No tenía tiempo de tonterías, sabía que parte de la fachada que manejaba tenía que ver con su rol de escritor, pero en ocasiones no lograba controlar sus ganas de enviar al carajo esas mujeres llamadas fans.

Se dirigió a Canning Town, a un bar llamado Tinnys, cuando llegó entrada la noche el barrio era casi desértico, había una que otra puta en una esquina o un vendedor de narcóticos en un rincón oscuro, no era un buen lugar, incluso olores fétidos se percibían en el ambiente. Detuvo el auto y detalló el lugar desde el frente, tenía grandes ventanas con marco en madera y la puerta se veía dañada a un costado, al parecer luchaban con gente ebria a menudo, se dirigió al lugar  cauteloso y abrió la puerta lentamente, el sonido metálico de un adorno en el centro de la entrada alertó a la mujer que atendía en la barra.

Thomas la detalló, era joven quizás en otras condiciones sería una mujer bella, cabello rojizo, pecas desordenadas y ojos azules, pero en ese instante su ropa raída y la gran cicatriz al lado de su ceja le daba una impresión tétrica, perfecta para un thriller.

-¿Te quedarás en la puerta o tomarás algo? -Dijo con voz ronca, Thomas caminó a la barra y se sentó sin responderle-Y tú, ¿qué haces en un lugar de marginados?-Lo interrogó mientras limpiaba uno de los vasos de cristal con un trapo que para su sorpresa estaba de un blanco impecable.

Thomas la miró y sacó uno de sus camel y los metió en su boca.

-Un visitante con clase-Le dijo en referencia a sus cigarros-¿Me das uno?-Thomas estiró su caja plateada y le ofreció un pitillo, la mujer lo tomó y lo encendió con experticia.

-Un poco de ron.-Pidió Thomas

-Su alteza, el ron de este lugar no es el mejor, déjeme le recomiendo un poco de vodka, lo mejor de la casa-Le guiñó el ojo.

-Sólo dame el maldito ron-Thomas insistió con un leve tono amenazador que salía sin proponérselo.

La mujer alzó sus manos en señal de paz y sacó una botella con el líquido del estante tenía razón era de lo peor, en ese momento una cucaracha salió y ella la mató con el culo de la botella.

-Upps, problemas de plagas- Espetó la mujer sin inmutarse por limpiar.

Sirvió el líquido y Thomas se lo tomó de un sólo sorbo, se suponía que ella tenía contacto con el amante de la secretaria que encontraron a mediados de año muerta, ese doble asesinato había sido realmente sospechoso para él, la mujer le sirvió otro trago y volvió a beberlo de una vez.

La puerta sonó nuevamente un hombre alto y calvo se acomodó junto a él en la barra, olía a sudor y a beicon, la mujer lo saludó con familiaridad y por un momento dejó de prestarle atención, Thomas no los miraba sin embargo los escuchaba de forma atenta.

Hablaban en ruso, aunque la mujer no tenía ningún tipo de acento, al parecer creían que él no entendía nada al respecto porque hablaban de forma descuidada, decían algo de un cargamento, drogas, un barco,  incluso hablaron de sus familias, como si al tiempo no estuvieran hablando de cosas ilegales.

Necesitaba una pista sobre un asesinato en California meses atrás y nada de eso le estaba sirviendo, se tomó el trago que la mujer le sirvió nuevamente y se fue al baño, la puerta estaba rota y dentro, no lucía mejor que el resto del mobiliario, las baldosas estaban sucias, se podían ver todo tipo de fluidos, incluso sangre, sacó su miembro y comenzó a orinar, en ese instante el hombre calvo llegó a su lado.

Comenzó a orinar a su lado y hablarle en ruso, le decía algo sobre unas putas y cómo se podrían divertir, él lo ignoró quizás tan solo era una prueba para asegurarse si él saldría vivo de ese bar esa noche.

-¿Eres estadounidense?-Le preguntó esta vez en inglés, Thomas sacudió su pene y subió su bragueta.

-Sí-Dijo escueto.

-¿Qué haces en este lugar?

-Sólo de paso-Fue al lavamanos y abrió el grifo, aunque salía un hilo de agua y lavó sus manos.

No le dio tiempo de continuar al hombre calvo y volvió a la barra, en donde habían más comensales y el bar cutre comenzaba a cobrar ánimo, Thomas pidió otro trago esperaría media hora en ese lugar y después buscaría otra pista en otro lugar no le generaba confianza el hombre calvo y lo que menos deseaba era llamar la atención.

Los ruidos provenientes de la mesa de billar, comenzaron a ser más estruendosos y las risas, incluso nna mujer se acercó y le rodeó el cuello, olía a licor barato.

-Cariño, estás tan solo y me da pena verte así, déjame acompañarte-Thomas la miró de reojo.

-Otra copa. -Pidió a la mujer de la barra, ella le sonrió y comenzó a verter el líquido.

-Uno que sólo quiere licor. -La pelirroja miró a la mujer al lado de él-Linda no es tu noche de suerte, este guapetón no quiere putas.

La mujer de cabellos castaños  se sonrió de mala gana y comenzó alejarse sin embargo Thomas la tomó de unos de sus brazos.

-Vaya, mi suerte cambió. -Habló la mujer sonriente y acto seguido Thomas le sacó su billetera del trasero.

-Creo que esto es mío-Volvió a guardarlo en su abrigo.

En ese instante el murmullo en el bar se calmó y los hombres comenzaron a mirarlo de forma intensa, Thomas los miró de reojo y continuó mirando su copa, nada de escándalos era una de sus reglas, no sería bueno que saliera en un titular de prensa envuelto en una riña en un bar de mala muerte, él era el respetado hijo de uno de los políticos más influyentes de Estados Unidos y debía seguir así.

-Tranquilos, el americano sólo quiere un trago-Miró a la mujer-Linda, mejor ve hacer tus asuntos en otro lugar-Los hombres se giraron y continuaron hablando como si nada y ella se giró a Thomas, sin dejar de limpiar uno de los vasos-Que quieres muñeco, no eres de por aquí y beber ron en un bar cutre no es una buena excusa.

Thomas la miró en silencio y estudió su postura, se dio cuenta de alguna manera que podía interrogar a esa mujer, no era tonta y parecía abierta.

-Quería saber si has visto a este hombre-Sacó una fotografía y se la puso en la barra, la mujer hizo una mueca, y vio como las comisuras de sus labios se tensaron, no había quedado en buenos términos con su ex.

-¿Otra vez robó algo? ¿Te debe dinero?-Su postura cambió de inmediato-Lo siento cariño, pero ya no tengo nada que ver con él.

-Simplemente quería saber en dónde lo localizo.-La mujer soltó el aire y lo miró y luego se giró para servir otro trago.

-Aquí no cariño, de eso puedes estar seguro.-Dijo mientras le servía un trago de espaldas y pudo darse cuenta que debajo de la copa había un papel arrugado.

Thomas se levantó al notar que ella había dejado de mirarlo, posó su vista nerviosa en otro punto, tomó con disimulo el papel, sacó un par de billetes con lo suficiente para pagar su cuenta  y se alejó de la barra directo a su auto, no había obtenido información útil, exceptuando que tenía conexión con unos traficantes rusos de opiáceos y por la mirada de la mujer no parecía que estuviera en el negocio hacía mucho.

Entró al auto y notó que los hombres de la mesa de billar habían salido a la calle, no quería ningún tipo de aspaviento, así que lo encendió y salió de ese barrio. Condujo en silencio, cuando en un alto sacó un cigarro y lo encendió, luego buscó el papel arrugado y lo leyó.

Baker Street, 11 am

Lo citaba en una de las calles más transitadas de Londres, no se equivocó al pensar que esa mujer le daría información útil. Quemó la nota en el cenicero del auto y condujo hacia el Ritz, el hotel en el que se hospedaba, necesitaba darse un baño y dormir algunas horas, esperaba que valiera la pena ese tediosa gira de fans que le había hecho hacer a Jun. Cuando llegó al hotel el valet parking tomó sus llaves y él caminó por el lobby cuando vio a Jun con el ceño fruncido.

-¡Hey idiota! Me dejaste solo-Hizo una pausa-Aunque ese tipo de comportamientos cabrones les fascinan a las mujeres porque quedaron más fascinadas por el "enigma" que generas.-Relajó su rostro-Así que por el momento te perdono-Thomas no le dijo nada y continuó caminando al ascensor-!Oye!-Lo llamó y se hizo al lado de él-Victoria anda insoportable.

-Creí que tú te encargabas de tranquilizarla.

-Eres un maldito, esa noche en Vancouver no imaginé que tu llamada era para que me hiciera cargo de Victoria-Finalmente había salido todo sabía que Tom había previsto, que Victoria lo engañara con él, pero realmente no entendía sus motivaciones. pensó Jun.

-Simplemente encargate de hacer tu trabajo y deja que yo haga el mio, el próximo borrador lo enviaré en una semana-Las puertas del ascensor se abrieron y Thomas entró en él, mientras Jun se hizo un paso atrás, definitivamente era un hombre impenetrable al que no le importaba qué se cogiera a su esposa, más raro no se podía ser.

Thomas entró y poco antes de que las puertas se cerraran dos hombres vestidos de negro entraron en él, al parecer no se dieron cuenta de su presencia porque comenzaron hablar muy alto en Francés.

-Cuidarla de esta manera es mucho más fácil, ojalá permaneciera enferma, eso nos ahorraría muchas complicaciones-El hombre rió de buena gana.

-Así parece un cachorrito indefenso-Añadió el otro hombre-Ya no es tan intimidante-Ambos rieron muy alto.

Thomas entornó sus ojos al escuchar esa estúpida conversación, se estaba impacientando cuando las puertas del ascensor se abrieron en su piso, comenzó a salir cuando escuchó algo que le llamó realmente la atención: El apellido Keller. No era gratuito escucharlo en ese lugar, era un hotel del grupo Keller, además era la única Keller viva al menos la única  que un par de idiotas podrían estar cuidando, caminó a su habitación y una vez entró se encontró con el ceño fruncido de Victoria.

-Te demoraste-Le increpó.

Thomas no le prestó atención y comenzó a desvestirse, quería darse un baño y averiguar por supuesto sí Marie Elizabeth se encontraba en el hotel, antes de meterse al cuarto de baño le envió un mensaje a Crystal, ella podría proporcionarle información.

-¿Sabías qué este hotel es parte del Grupo de esa muchachita?-Victoria siguió y Thomas reanudó su marcha-Claro, perfecto, entiendo, lo sabías-Lanzó un grito-Maldición lo sabías.

-Te dejé venir por qué dijiste qué te portarías bien, pero fue un error que no volveré a cometer-Dijo antes de entrar y cerrar la puerta.

Se metió bajo la ducha y estuvo ahí unos instantes, pensar que Marie estaba en ese lugar le daba cierta expectativa, no entendía qué era lo que ella tenía para qué le generara esa sensación, quería verla, besarla y esperaba que tal como en el pasado ella accediera a estar con él, quizá era algo presuntuoso de su parte, pero sabía cómo era ella y bien podría pasar.

Salió de la ducha y  envolvió la toalla en su torso, cuando entró a la habitación Victoria estaba en la cama con sus piernas recogidas, la ignoró y comenzó a vestirse en silencio, cuando sintió que su móvil vibraba. Tal como imaginó se trataba de Crystal, le decía el número de la habitación en donde se encontraba Roux, su Roux.

Victoria no hizo ningún ademán por detenerlo y eso le llamó la atención, se traía algo en manos y no le gustó, pero por lo pronto iría a verla, no quería perder su tiempo con Victoria. Tomó el ascensor y fue hasta su piso, le extrañó ver su puerta sin guardas se suponía que estaría escoltada o quizás los idiotas se habían confiado porque según ellos estaba enferma.

Tocó levemente la puerta esperando a que ella le abriera, quería verla y aunque sabía que no era pertinente, no le importaba, a veces seguir sus deseos no era malo de pensar que podría tenerla entre sus brazos era algo que le gustaba.

La puerta se abrió levemente, sus ojos se cruzaron con los de ella, notó que tenía cabellos mojados alrededor de su cara, sus cachetes y sus labios estaban muy rojos, se veía muy enferma, aunque su postura no lo denotara. Tenía un pequeño vestido blanco y podía darse cuenta que sus firmes y grandes pechos estaban sin sostén.

-Fock-Dijo su acostumbrada expresión, que él sabía perfectamente que era un alusivo a "mierda"

-Hola, Roux.-Respondió y comenzó a inclinarse para besarla, esos labios eran de él. Marie lo miró sin expresión y se retiró.

-¿Qué haces aquí? -Espetó enojada.

-Por casualidad supe que te quedabas en este hotel

Ella no le dijo nada y comenzó alejarse, mientras él se acercaba a ella, la tomó de uno de sus brazos y la apretó con más fuerza de la que quiso contra una la de las paredes, la aprisionó y la miró directo a los ojos, se veían con rabia pero no le importo. Marie era de él y aunque esa posesividad la dejaba salir muy poco en ese instante no le importaba.

-No entiendo por que me tenias que buscar, creo que ya hicieron suficiente para complicar mis asuntos-Le recriminó sin dejarlo de mirar a los ojos, sabía qué le hablaba del escándalo que Victoria había creado, él apretó más su brazo sin medir su fuerza, sin embargo ella no se quejó.

-Fue victoria, tuvimos una discusión

-Ah y por eso me creó un escándalo, ¿sabes? Creo que las cosas entre nosotros quedaron claras, no necesito saber mas, ni de ti, ni de tu esposa. -Esa declaración hizo que Thomas sintiera rabia , así que trató de acercar su rostro al de ella.

-Marie, mi decisión no fue la mejor, pero... –Tomó su rostro, quería decirle que eso no implicaba que no sintiera nada por ella.

Ella sintió rabia, pero se mantuvo calma.

-Nunca me reclamaste incluso esperé a que me golpearas –Continuó él y la miró de forma intensa, a veces no sabía si ella lo había amado por la forma en cómo había tomado todo, pero entendía que ella era una mujer un tanto extraña, que en ese momento necesitaba cogerse.

-Y no lo haré, sí, quisiste irte, aun cuando esperé a que me eligieras por encima de ella, aun cuando fui consciente de entre nosotros ya todo era diferente y aun así no me importó estar a tu lado –esta vez sonriendo fría – ya no más.

-Marie –acercándose a besarla nuevamente, pero ella se zafó de su agarre y pudo divisar que su brazo ahora tenía un gran morado.

-Vete-Le dijo ella mirándolo con rabia.

-No, no lo haré.

-Si tu no te vas lo haré yo. -Declaró ella segura, sabía que no podía competir con la fuerza de él, incluso por eso no había intentado sacarlo de su habitación.

-Marie -Thomas amenazó en tono severo.

-Vete, es mi última advertencia.

-No, no me iré quiero que hablemos-No le gustaba que le diera ultimatum

-No hay nada de lo que me interese hablar contigo –en ese momento dio media vuelta y comenzó a correr, Thomas no esperó que lo hiciera no tenía abrigo y menos zapatos puestos y sabía que ella no era de salir sin abrigarse en un clima como el de Londres.

-Oye, ¿a dónde vas? –Salió él tras ella.

Marie logró entrar en el elevador, cerrándose justo en el momento en que él llegaba, maldición, Thomas era un idiota, pensó Marie, estaba llevada de la mierda y él llegaba con su "hablemos" si claro, tenía muchas ganas de hablar con él.

Las puertas del ascensor se abrieron, caminó cabizbaja, en un arranque de rabia había salido corriendo, pero no sabía a dónde dirigirse, además el frío comenzó a surtir efecto y su cuerpo comenzó a temblar, tropezó con algo, alzó su mirada y notó que le había hecho caer la cartera de una mujer, se agachó sin pensarlo, realmente incluso su cerebro estaba congelado y no estaba pensando, además en esta ocasión ella había sido la culpable.

-¡Qué torpe!- le dijo la mujer con desdén.

Marie se incorporó y tiró lo que había recogido, mirándola sin expresión no ayudaría a una persona con esa actitud, ella podía tener una forma de ser muy mierda con ciertas personas, pero definitivamente sí alguien se disculpaba ella aceptaba eso.

Tenía rabia por la intrusión de Thomas, tenía rabia por estar fuera sin nada de abrigo y estar ahí congelándose, apenas y había tomado los tenis que tenía a la entrada y se los había puesto en el ascensor. Dejó de mirar a la mujer, y sintió un corrientazo en su espalda al ver a su acompañante.

Era William Tilman, el hombre que días atrás la había dejado frente a este mismo hotel, al que no le había pedido su número porque prefería dejar esos encuentros atrás, sin tener que involucrarlo en su tediosa vida. Él la miró fijamente y lentamente dejó de tocar a esa mujer.

-Fresa...-Expresó sorprendido.

-William -Respondió ella con voz plana.

En ese momento Thomas llegó a su lado, notó algo que lo molestó en sobre manera, Marie miraba a un hombre, y tenía una expresión que nunca había visto en ella, sus ojos se veían con vida no parecía la misma, apretó sus puños al notar que ese hombre también la miraba de forma particular y lo entendió: se estaban acostando, ese hombre se la estaba follando y eso aumentó su furia.

-Marie, a donde vas, está haciendo frío -Dijo Thomas en tono autoritario.

Miró a sus acompañantes y luego a ella, notó que su brazo tenía un hematoma, Marie lo miró, sin embargo su mirada volvió al hombre que tenía enfrente como si estuviera hechizada,Thomas volvió hablar.

-Mira, ya se te están cortando tus orejas por el frío -tomándola de la mano, la sacaría de ese lugar.

Sin embargo ese hombre tomó a Marie de manera posesiva y puso su abrigo en los hombros de ella, la mujer a su lado se quejó, Thomas tomó el saco de sus hombros y se lo devolvió a William.

-No se preocupe, ella vuelve a su habitación -Dijo en un tono mandón, era una orden realmente, Roux se iría con él.

Marie al escuchar las palabras de Thomas sintió que la rabia la dominaba, así que le dio un fuerte puntapié, mientras Thomas la miró incrédulo, nunca había sido violenta con él.

- Si, tienes razón, debí golpearte -le dijo enojada, luego se giró a ese hombre y a la mujer que lo acompañaba. -Que tenga una noche exquisita señor Tilman -¿Eso había sido un reproche? Pensó Thomas y realmente le extrañó que ella lo hiciera, no era de celos y ese tipo de cosas.

Marie salió disparada del lugar e intentó salir tras ella, pero ese hombre se adelantó y cuando vio que una docena de guardias estaban tras ella no quiso involucrarse, lo detendrían preguntarían y prefería seguir su plan inicial: nada de escándalos. 

Frunció el ceño, no entendía a qué había venido eso, Marie no era una mujer que mostrara sus sentimientos además muy pocas personas le generaban cosas y ahí había lanzado con rabia una indirecta a ese hombre como si le importara que fuese a tener sexo con esa mujer.

Además su mirada, estaba ida en ese sujeto, era como si estuviera en un trance, no le gustaba para nada lo que había visto, odiaba pensarla de otro tipo. La mujer que venía con el hombre se dio media vuelta echando humo, mientras él llamaba a un conocido, quería información de ese hombre, al parecer su nombre era William Tilman.

-Thomas tanto tiempo. -El hombre le habló del otro lado de la línea.

-Quiero que busques información de William Tilman.

-¿Qué quieres saber exactamente?

-Todo-Thomas inquirió después de colgar.

Debía encontrar todo lo referente a ese hombre, le molestaba que estuviera cerca de Marie Elizabeth, que la tocara y viera su delicado cuerpo desnudo y sobre todo que ella le brindara ese tipo de miradas y atención, una reservada sólo para ese hombre.

Sí había algo que le gustaba de ella era ese halo de oscuridad que se colaba tras sus ojos, era reservada y aislada lo cual generaba aún más misterio, pero su mirada esa noche no tenía nada de eso y se sintió molesto, no le gustaba pensar que alguien se lo arrebataba.


.....💎.....


Estaba dentro del auto en el cruce de Baker Street y Wigmore, no sabía por qué, pero presentía que saldría por ese sector, sacó un cigarro y lo encendió, odiaba pensar que se había equivocado, sus dedos se movían inquietos cuando, vio una cabellera roja pasar la calle, se bajó del auto y caminó tras ella manteniendo un perfil bajo, la mujer aún no se había dado cuenta de su presencia. Se detuvo en una puerta de madera y miró a ambos lados nerviosa, Thomas se acercó por detrás.

-¿Por qué me citaste aquí?-La mujer brincó asustada.

-¿Cómo me encontraste?-Thomas la miró en silencio, pero no le respondió.

-Necesito respuestas y sí me citaste aquí, asumo que podrás dármelas .-La mujer abrió la puerta con prisa y lo dejó entrar.

-Espero no me haya equivocado contigo.

Lo condujo por una serie de pasillos, hasta llegar a una sala impecable en donde le dijo que se sentara, sin embargo él se mantuvo en pie.

-¿Qué quiere saber de Pietro?-La mujer se cruzó de brazos.

-Quiero saber su conexión con Melanie Walkers-La mujer se cruzó de brazos.

-No puedo hablar sobre ese asunto-Dijo notablemente nerviosa.

-¿Que le da tanto miedo? Ivana-La mujer lo miró sorprendida, no le había dicho su nombre.

-Creo que fue un error, no es bueno que yo le hable sobre este asunto-Thomas la miró.

-¿Ellos le hicieron daño?-Le miró su cicatriz-¿Tienen amenazada su familia?-La mujer lentamente comenzó a ceder, su postura, cambió estaba accesible y era momento de intentar persuadir.

-Puedo darle un nombre, pero no más, si se enteran que estuve hablando de esto no me iría muy bien-Se dio vuelta y escribió algo en un trozo de papel-Ahora mismo no espero que mi vida se aleje de ese bar cutre, es lo único que me esconde ellos.

Thomas le asintió y comenzó a caminar a la salida.

-Espere-Él se giró-No le diga que lo envié yo -Thomas asintió, el miedo en esa mujer era palpable, lo que le hizo pensar que lo que había ocurrido en Water Corporation, era más serio de lo que creía.

Volvió a su auto y condujo hasta Regency café, ahí se vería con su contacto, quería saber quién era ese tal William Tilman, el tipejo que ahora se las daba de protector con Marie y lo molestaba, sobre todo porque ella lo permitía, debía hablar con ella contarle que todo era una treta...

El hombre lo esperaba en una de las mesas del fondo, Thomas se sentó frente a él y espero a que hablara.

-Thomas, cuánto tiempo-Lo saludó eufórico.

-¿Qué tienes para mí?-Preguntó seco.

Quizá era algo exagerado lo que hacía, pero su intuición le decía que ese hombre escondía cosas, odiaba pensarlo cerca de Marie Elizabeth.

-Hice lo que me pediste, este tipo no se inmuta por ocultar muchas cosas de su vida, está en el negocio de los diamante, un hombre de fiesta, promiscuo, ha estado con mujeres exquisitas, consumidor de drogas, cocaína su preferida -Él siguió dándole un informe de cosas que saltaban a la vista.

Pero él creía que había algo más, su contacto le dijo que le dejaría el informe escrito, pero él le dijo que no lo necesitaba, para confirmar que ese hombre era un completo idiota no necesitaba fotos para respaldarlo.


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