La Heredera CAPÍTULO 29: "A nadie le gustan las sabelotodo"

 





-1, 2,3 fouette, vamos chicas un poco más alto -Decía la mujer con cabello recogido es un tono cantarin, él sonido de la puerta las interrumpió y una mujer de cabello canoso y una pequeña niña de ojos azules y cabello negro estaban en él umbral -Oh, no puede ser Elizabeth Keller es un honor tenerla en esta humilde sala.

La mujer canosa sonrió y con un delicado ademan se acercó a ella.

-Beth el honor es mío accediste a aceptar a mi nieta aun cuando ya no te encargas de la categoría junior.

-Claro que por una vieja amiga como tú lo haría -Se giró y miró al grupo de jovencitas con tutu -Niñas, ella es Elizabeth Keller, una de las mejores bailarinas rusas, ha sido una de las mejores odettes qué he visto bailar.

-Por favor Beth deja de halagarme, acepté a darles algunas clases así qué mi nieta y yo estaremos una temporada con ustedes -Las adolescentes la miraban emocionadas -Haremos algunas pruebas y decidiremos quien se quedará con el recital, Anna ven –Ella dejó de bailar y la joven rubia alta y de ojos azules se acercó con gracia a ellas. -Elizabeth, ella es Anna Lefevre, Elizabeth espero qué cuides de Anna es una de mis mejores bailarinas.

-Mucho gusto, será un placer trabajar con usted -Dijo ella con delicadeza.

-Qué jovencita tan encantadora -Anna sonrió y quitó un mechón de su frente -Ella es mi nieta, Marie Elizabeth.

-Hola, Marie. -Dijo Anna sonriendo.

-Hola -Respondió ella con una sonrisa mientras escaneaba todo con curiosidad...

Anna regresó con el resto y comenzó a practicar giros, mientras Marie se acercó a ella curiosa, la miraba dar vueltas, de repente ella se detuvo y la miró.

-¿Quieres aprender? –Marie le sonrió.

-Tu arabesque podría ser más perfecto si tu brazo derecho es perpendicular a tu pierna-La niña se acercó y le bajó un poco el brazo y Anna la miró confundida.

-No entiendo-Marie la miró y le sacó la lengua.

-Lo siento mi madre me dice que no corrija a los mayores a nadie le gusta los sabelotodo, pero no puede evitar practicar algunos fundamentos de la física en el ballet. -Los ojos de la niña se iluminaron y Anna sonrió.

-Lo intentaré –Le dijo amable.

Marie se hizo a un lado y la vio poner su mano como minutos antes ella le había sugerido, pronto pudo ver un arabesque perfecto, Anna la miró sonriendo, aquella niña tenía razón, en ese instante la ma estra llamó la atención del salón.

-Bueno, ahora diremos quien se quedará con el papel de Sylvia-Los ojos de Anna brillaron y sus amigas la miraron era obvio que ella se quedaría con el papel-Es un honor que Marie Keller la nieta de Elizabeth nos honre con el papel principal-La boca de Anna se abrió de par en par y pronto sintió ganas de fumarse un cigarrillo.

....

Presente, noviembre de 2014

Los rayos del sol se colaron por su ventana, pero desde hacía mucho se había despertado, ese día se sentía extraña, había soñado con su madre, en esta ocasión: su funeral y la opresión que había sentido en su pecho, no había podido llorar, sin embargo las noches siguientes cada día las lágrimas la ahogaban hasta que se dormía. Desde ese momento comenzó a sufrir trastornos de sueño, terrores nocturnos y sus formas de relacionarse habían cambiado drásticamente haciéndose un ser solitario.

Su madre le había prometido no dejarla, pero ahora sabía que esas promesas de eternidad no tenían base, la muerte era inevitable, las personas cambiaban y aunque se encontrara alguien con pensamientos similares, estos nunca llegaban a ser uno, comprender al otro era una tarea apoteósica y siempre se terminaba juzgando y lastimando.

Estiró su mano y pudo ver su luna creciente en su mano derecha, "La luna creciente significa luz, crecimiento y regeneración" le decía su madre constantemente, pero ella no se había convertido en luz y sentía que a pesar que había cambiado mucho desde aquella época no había podido regenerarse aún estaba estropeada, aun la extrañaba demasiado.

Se había tatuado esa luna por la creencia egipcia de que es la hacedora de la eternidad y la creadora de la duración eterna, quería que lo que su madre le había enseñado no lo olvidara, quería hacer que el tiempo que había pasado con ella fuera eterno y nunca muriera en sus recuerdos.

Se sonrió y dejó de lado sus recuerdos, su hermano cumpliría años y quería ir a darle una sorpresa, iría a Lausana, de inmediato su oscuro ánimo se iluminó un poco, verlo la despejaría, aunque si era sincera ese encuentro la noche de Halloween la había tenido ida en varias oportunidades, quería que ese hombre la volviera a tocar, quería un orgasmo que le hiciera revolver su cuerpo, maldición su libido comenzaba a despertar.

Dos horas después caminaba por el internado, iba directo a la biblioteca, abrió la puerta lentamente y escaneó todo, el lugar se encontraba en silencio a excepción de uno que otro susurro, Phillipe estaba en una de las mesas con dos amigos más, vio como él alzó su mano y le tiró un pequeño papel a uno de ellos riéndose ella entró al lugar hasta quedar frente a la mesa de ellos, él estaba riendo en silencio cuando alzo su vista abrió sus ojos

-¡Hermana! -gritó

Todos se voltearon a ver y ella con su dedo en su boca le pidió silencio. Phillipe se encogió de hombros y la abrazó.

-No sabía que vendrías.

-Como podría faltar al cumpleaños de Mon pousin.

-¡Hermana! No me avergüences delante de mis amigos -mirando como los niños se reían.

-Hermana de Phillipe, viniste. -Ella les sonrió a los niños.

-¿Dónde me llevaras?-Phillipe la interrogó.

-Umm ¿dónde quieres ir?

-Quiero que nos lleves a un McDonald's. -Ella hizo una mueca.

-¿Ese lugar donde les falta freír el plato donde sirven la comida?

-¡Hermana! No seas así.

-Sólo bromeaba, vamos.

-Tú no sabes bromear -Se quejó.

Ella sobó su cabeza y salió con él y sus dos amigos hacia el auto, cuando una niña de cabello castaño se acercó a ella, era Petrushka.

-¡Sestra!-Dijo anima y la abrazó-Me encanta la trenza que tienes-Marie se sonrió.

-¿Cómo estás?-Acarició su cabello.

-Contenta, me fue estupendo en la práctica-Marie sonrió cuando sintió que alguien jalaba de forma brusca a Petrushka.

Era Lousiane que había llegado con imponencia y la había hecho a un lado mientras le sonreía a ella, Marie frunció el ceño.

-Eres tan malcriada-Le dijo Marie seria al ver como Petrushka aún se sobaba su brazo, era la segunda vez que hacía eso y realmente, aunque ella era una total borde, odiaba a las personas que lastimaban a sus personas cercanas, sentía que debían haber límites.

Lousiane la miró curiosa.

-¿Me estas regañando?-Dijo cambiando su tono de voz a uno más pesaroso y Marie la miró confundida.

-Sí, lo siento, pero no creo que Petrushka merezca ser tratada mal, por una niña berrinchosa.

Muy al contrario de lo que Marie creyó Lousiane se sonrió y se abrazó a ella muy fuerte luego la miró a los ojos y por un nanosegundo sus ojos se veían realmente tiernos, no lo podía aseverar quizás la ternura que ella percibía era un poco retorcida, pero eran esos ojos sedientos de amor que ella misma tuvo después de perder a su madre. Había sido borde e irracional, pero en el fondo solo quería el cariño que le habías sido arrebatado.

Marie acaricio su rubio cabello y Phillipe se acercó a ellas.

-Lou también está cumpliendo años-Dijo Phillipe y Marie se sonrió. -Los mismos que yo.

Lousiane cambió su expresión y ahora se veía mucho más contenta y se acercó a Phillipe.

-Nacimos el mismo día y tenemos la misma edad-Dijo contenta y Marie la miró en silencio sus ojos habían cambiado de expresión de golpe se había tragado toda esa tristeza. -Mi mamá me prometió que vendría y me daría una sorpresa.-Dijo suficiente y Marie acaricio su cabello.

-Es estupendo-Marie Se agachó y le dio un beso en su mejilla-Feliz cumpleaños Lou.

-Espero que ahora no digas que ese es mi presente-Dijo Lou torciendo su boca y ahora de nuevo venia esa pequeña niña tirana.

-Por hoy lo será, no te raje nada –Lousiane hizo un puchero y dejó de mirarla cuando su móvil sonó, la niña miró la pantalla y sus ojos se aguaron, su garganta dolía, pero solo apretó los labios-¿Sucede algo Lou?

-Mi mamá dice que no puede venir, Antuan se enfermó-Mintió, no se trataba de su tonto hermano, solo era una estúpida reunión con sus amigas, intentó reír dejando de lado la cara de amargura-Pero el fin de semana me hará una súper fiesta y me llevaran regalos costosos y tú también deberías ir y llevarme algo lindo.

Marie la observó hablaba rápido y de forma torpe, aunque intentaba tener un aire de suficiencia en su voz era inútil, se veía muy mal, ella miró a Phillipe y a Petrushka que la miraban en silencio quizá no era la primera vez que presenciaban esa escena. Marie se acercó y la abrazó sobando su cabeza y Lousiane intentó alejarla.

-¿Qué haces?-Dijo osca.

-Shiff-Le dijo Marie muy bajo y siguió acariciándola cuando sintió su cuerpo contraerse estaba sollozando, miró a los otros niños que la observaban desolados.

Marie miró alrededor, para cualquier persona los estudiantes de la venerable institución Brillamont podrían ser los más afortunados, por estar en un lugar como ese, sin embargo había necesidades que una institución no suplía, ella misma lo sabía de primera mano. Minutos después Lousiane dejó de llorar y se separó, no dijo nada no sabía que decir, pero se sentía un poco mejor.

-Iremos a McDonald,-Phillipe le habló-Si quieres ven con nosotros-Lousiane le sonrió con suficiencia.

-No gracias-Marie sonrió era realmente berrinchuda, pero cada quien tenía sus tiempos, ella no era el mejor ejemplo para decir lo contrario. Lousiane alzó su cabeza y esbozó una gran sonrisa-Mi prometido viene, para la próxima vez iré con ustedes.

Marie se giró y muy a lo lejos vio un hombre alto que caminaba hacia ellos, un gran retorcijón se le hizo en su estómago al relacionarlo con el hombre del disfraz de aviador, no, ya estaba delirando y creía verlo, era verdad quería comérselo había quedado tan iniciada, pero no podía ir por todos lados pensado en que se le podría aparecer. Lousiane le dio un beso en su mejilla y salió al encuentro del hombre. Marie se giró y los miró a los niños.

-¿Vamos?-Phillipe asintió, mientras Petrushka se despidió y comenzó a alejarse argumentando que tenía práctica.

Se dirigieron al McDonald's de la rue Santz- Laurent, los niños se bajaron y corrieron hacia el lugar mientras ella los seguía de forma lenta. Tomaron una de las mesas e hicieron su pedido, en medio de risas y un gran alboroto, le gustaba eso, así que no pudo evitar sonreír con nostalgia, su hermano era lo más valioso que tenía en ese momento y le encantaba poder estar celebrando un año más de su vida.

-Hermana, ¿no pides algo?

-No -haciendo una mueca.

-A ti solo te gusta comer arboles -

-El brócoli es rico, no como esa cosa grasosa que comes -Haciendo referencia a los nugets de pollo que comía.

-Hermana, tú eres la única que piensa eso, cualquier persona elegiría esto al brócoli - miró a sus compañeros y estos asintieron.

-Es verdad hermana de Phillipe. -Ella sonrió y se cruzó de brazos.

-Ok, lo admito.

-Además de que te gustan esas horrorosas gomas. -Ella lo miró

-Me gustan mis gomas y mis dulces. Sabes que como de todo, bueno con algunas excepciones.

Pronto llegó la camarera con un pastel de chocolate y doce velas, la puso en el centro de la mesa, le cantó el cumpleaños mientras Phillipe metía sus dedos por un costado. La mujer se fue una vez las velas se soplaron y cortó de a rebanada para cada uno. Marie se retiró un poco más de la mesa con las manos en su boca, algo asqueada por el olor a chocolate.

-Hermana otra cosa por la cual eres rara, ¿quién odia el chocolate?

-Sólo aleja esa boca untada con chocolate de mí -Retirándose más. -El niño rio.

-¿Y quién te salió en la cajita feliz? -Le preguntó Phillipe a uno de sus compañeros, cambiando de tema y sacó una figura con un traje azul y rojo

-Supermán

-¿Y a ti? mirando a su otro compañero.

-Parece ser Iron man-dijo el niño con acento inglés.

- A mí me salió Hulk -Dijo contento -luego miró a Marie - Hermana ¿cuál te gusta más?

Ella miró pensativa, tomando las figuras de los tres niños, definitivamente un hombre que tuviera su ropa íntima por fuera de sus pantalones no era de su agrado, así que lo descartó, miró a Hulk, un hombre grande y verde y al hombre de acero, con su armadura en rojo y dorado.

-¿Cuál es la diferencia entre ellos? -Preguntó poniendo una figura al lado de la otra. Stand uno de los niños hablo primero.

-Hulk es más fuerte.

-No, lo es el hombre de acero -Replico el otro niño

-El hombre de acero es inteligente por eso el mismo hizo su traje por medio de tecnología de punta-dijo Phillipe

-Pero sin el traje no es fuerte.

-Sigue siendo inteligente

-Hulk sin traje es fuerte además de inteligente también.

Los niños comenzaron una discusión mientras ella dejó de escucharlos mirando las dos figuras, una al lado de la otra, Hulk y el hombre de acero, realmente le gustaba más el del traje rojo del que ellos llamaban Iron Man, era más acorde a la realidad pues según Phillipe había tenido la capacidad de hacer su traje. Les devolvió las figuras.

-Finalmente ninguno de ellos es real ¿no? -Dijo ella viendo cómo se callaron y la miraron raro.

-Lo sabemos, pero no tienes que ponerlo en esos términos, no es divertido -Hizo un puchero.

Los otros dos niños asintieron.

-Ok, ya no diré nada -Se cruzó de brazos y ellos siguieron en la discusión.

Ella los escuchó en silencio, por lo menos ahora se sentía más tranquila así fuera solo un póco el escucharlos discutir por esas trivialidades la distraían. Una hora después se dirigieron al auto, y recorriendo las calles de Laussana, en el mismo alboroto que tenían.

-Gracias hermana de Phillipe -Le dijeron los niños, ella les sobó la cabeza.

-No hay de qué. -Dijo mientras su asistente le traía un paquete-Feliz cumpleaños -dándole el regalo - Ya tienes 12 años, Mon pousin estás grande -sintiendo una gran emoción en su pecho - Te voy a decir lo que mi madre me dijo cuándo cumplí tu misma edad: Phillipe, tienes una sola vida, no dejes que nadie la viva por ti. -Phillipe estiro su mano y toco sus ojos cansados.

-Yo quiero ser tener la edad suficiente y poder reemplazarte en el grupo.

-¿Quieres eso?

-No, pero lo haría por ti.

-Ya te dije que no dejaras que nadie viva tu vida por ti. Podemos irnos los dos lejos

-¡Si! -sonrió el niño. -Ella sonrió y le dio un abrazo.

...🎊...

-¿Cree que lo que está sucediendo no tiene que ver con usted? Últimamente su imagen se ha visto envuelta en muchos inconvenientes, la junta quiere reunirse para definir su posición, aunque sea la heredera del grupo, debemos velar por nuestros intereses. -Dijo uno de los socios molestos. Marie lo miró impotente, últimamente era la comidilla de la prensa, por una cosa u otra y ellos disfrutaban de aquello.

El resto de la reunión no dijo nada, tenía qué pensar en sus alternativas, aunque había encontrado papeles que incriminaban a la mitad de ellos aún le faltaban muchas cosas por conectar, como aquellos documentos sobre Jacques y los negocios qué estaban bajo la mesa qué aun no entendía. Su padre le había dado un pulzze, el infeliz sabia cuanto le gustaban, pero éste lejos de llamarle la atención lo único qué hacía era comenzar a complicarle más su existencia.

Se dirigió a la salida junto a Adam, qué la seguía presuroso, aquello le molestaba se sentía como una dominatriz que intimidaba aquel hombre cuando sus edades eran muy similares, incluso sus capacidades, pero eso era algo qué no le decía, quería qué se sintiera en la confianza y qué él mismo se diera cuenta.

-Iré al hotel, tengo unos documentos que quiero revisar -Se giró y él la miró temeroso.

-Señorita, a las tres tiene una reunión con Anthony y el resto de la tarde libre -Ella asintió y comenzó a caminar hacia el ascensor.

Bajó su cabeza y comenzó a juguetear con sus anillos, en ocasiones se sentía tan cansada, había alejado a François, una persona qué había consideraron su amigo por mucho tiempo, pero sentía qué no tenía derecho a inmiscuirlo en su miseria, le había dicho meses atrás qué no necesitaba su compasión y era real, lentamente ese año había preferido mantenerse al margen de las personas, prefería despertar indiferencia y antipatía a lastima.

Las puertas de cristal se abrieron y una horda de periodistas los abordó cegándola con flashes y micrófonos.

-Señorita Keller ¿qué tiene que decir sobre los tratos inhumanos qué se especula tienen en las empresas de tercera mano en China? -Dijo una mujer tratando de ponerle el micrófono.

-Se ha insinuado qué las patentes de la última generación de celulares, qué estará a la venta la próxima temporada, están en tela de juicio y qué su empresa las ha plagiado. ¿Cómo afectaría el evento de lanzamiento? ¿Y el multimillonario contrato qué tienen con KNC?

Marie suspiró contrariada los miró fría y comenzó abrirse paso.

-Señorita Keller, se dice qué usted es una de las herederas menos carismática y más odiada por la prensa. -Ella blanqueó sus ojos y continuo, no le parecía tener qué congraciarse con gente que ni siquiera conocía.

Sus guardas llegaron y comenzaron hacerle espacio hasta que ingresó al auto, Adam ingresó por el otro lado y puso unos documentos en el posa manos.

-La junta cree pertinente que acceda a una entrevista en un programa de economía, para qué demuestre otro tipo de... -Se cayó cuando los ojos inquisidores de Marie se posaron sobre él.

-No seré un maniquí de exposición.

-Las acciones han tenido un revolcón... -Volvió a quedarse callado.

-Se lo qué ocurre con las acciones y cada parte del grupo no soy estúpida, pero salir a sonreír con un escote no mejorara la situación -Él la miró y asintió, aunque sabía qué a la junta no le agradaría su respuesta, habían sido tajantes, querían qué la convenciera, pero hacerlo al parecer era misión imposible.

-Señorita también aprobaron esto -de forma tímida le estiró una revista, en donde ella estaba en la portada, tenía un vestido rojo straple que ella reconoció de uno de los tantos cocteles que había tenido ese año, su cabello estaba un poco más abajo de sus hombros con leves hondas y sus labios con un rojo carmesí, de hecho ese día no la habían maquillado mucho y sólo resaltaban sus labios con sus ojos azules, lejos de sentirse halagada, aquello la hizo enfurecer, comenzaban actuar a sus espaldas, y eso era algo que odiaba en ellos, tan miserables y traicioneros.

-La bella heredera detrás del grupo Keller -Dijo sarcástica leyendo él encabezado totalmente colérica -¿Cuándo di permiso para qué me fotografiaran? -Movió su cabeza tratando de controlarse, de razón aquella mujer había insistido en aquel traje, la había notado nerviosa, pero le había restado importancia, Adam la miraba amilanado, ellos hacían el trabajo sucio y él tenía qué soportar su mal humor.

-Señorita, la junta decidió qué este articulo ayudaría a mejorar la imagen del Grupo, también acordaron qué usted daría una entrevista -Ella suspiró y cerró sus ojos conteniendo la ira qué amenazaba con salir, era un arlequín al que sólo manejaban al antojo de ellos, imaginó un incipiente escenario en donde muy a su pesar ella era el centro de atención, quiso recoger sus piernas y enterrar su rostro en ellas, quería dejar todo atrás y huir, pero no podía estaba anclada a ese lugar y si no continuaba su hermano sentiría las retaliaciones.

Se recompuso y lo miró con su rostro plano, no se derrumbaría delante de aquel hombre y ningún otro, era suficiente el ser la niña huérfana, podía escuchar muchas de las murmuraciones y era verdad, de qué le servía esa maldita fortuna si ni siquiera soportaba vivir en una casa, le gustaba vagar de un lado a otro, le encanta su soledad, que lo único que tenía era su hermano, pero qué sabía qué no podía depender de él, no podía darle esa pesada carga, por el contrario debía cuidarlo.

-No lo haré, es mejor que consigan a otra persona. -Miró al chofer -Regrese a la sede -Él hombre le asintió y ella se recostó.

-No necesito qué mi propio asistente se confabule con esos hombres para qué haga lo que ellos quieran. -Adam tragó saliva y se giró al frente, hablaba tan pausada qué aquello era aterrador.

El viaje continuo en silencio hasta que divisó nuevamente el edificio, se bajó sin esperar a Adam y caminó, con sus manos empuñadas nuevamente los periodistas volvieron a rodearla, pero esta vez estaba con rabia.

-Señorita Keller por favor algunas declaraciones sobre...

-Sí, les daré una declaración a todos ustedes, ¡Váyanse a la mierda! -El grupo quedó en silencio y pronto se escuchó un nuevo bullicio.

Marie comenzó abrirse paso en medio de ellos, era una horda de lobos qué solo querían lo peor de ella y eso tendrían, el guarda la ayudo a entrar y los detuvo. Ella caminó en silencio hasta el ascensor, hundió el botón del piso 18, iría la oficina de Nial, ese hombre desde el inicio lo único qué quería era por de bajear y ahora mismo manipulaba la situación para hacer lo que quería con ella, después de que habían llegado a un acuerdo.

Las puertas se abrieron y ella caminó hacia la oficina.

-Señorita el señor... -Marie se giró y la miró fría -No puede seguir, el señor ha dado orden de...

-Realmente no me importa lo que su jefe le haya dicho -Abrió la puerta de golpe y vio al hombre canoso detrás del escritorio tecleando en su ordenador.

-¿Pero qué demonios es esto? ¿Acaso no le han enseñado las normas básicas de educación? Oh, es verdad Jean Claude nunca tuvo suficientes huevos cuando se trataba de su hija malcriada -Marie lo miró con rabia.

-Señor Nial, creo que usted a mal entendido mi posición en este lugar, no necesito qué tomen decisiones sobre mi vida sin consultarme y con el argumento de qué es lo mejor para todos.

-Oh, ya supo del artículo -dijo él ensanchando su sonrisa -Espero se prepare para la entrevista. No creo que esté en posición de contrariarme-le dijo en referencia al chantaje.

Marie lo miró empuñando más sus manos, se sonrió levemente y salió del lugar, ellos querían jugar y ella lo haría, caminó por el pasillo y se encontró a Adam qué la miraba a la expectativa. Además no podía olvidar que el asunto con Matthew estaba de por medio.

-¿Para cuándo es la entrevista? -Lo miró y él salto levemente.

-Para mañana en la tarde -Ella asintió.

-Dígale a Anthony que la reunión la tendremos ahora, en la tarde debo ir a un lugar. -Caminaron al ascensor y Adam la miró -A mi oficina -Él asintió y hundió el botón.

Marie alzo su cabeza y tocó sus anillos de forma nerviosa, no sabía en lo que se estaba metiendo, pero desde hacía mucho caminaba a la cuerda floja y la sensación de caer al vacío comenzaba a ser estimulante, protegería a su hermano y le daría una vida tranquila eso era lo único en lo qué podía pensar. Las puertas del ascensor se abrieron y camino hacia su oficina, le asintió levemente a la mujer de la entrada.

Caminó hacia la biblioteca sacó un libro lo abrió y tomó una foto, la miró unos segundos en silencio, ahí estaban los tres, su padre con su habitual mirada fría, su madre sonriente y ella a la mitad con un vestido azul oscuro. A veces simplemente quería ser esa niña pequeña qué era mimada por su madre.

Sébastien le había dicho que su carga pronto la iba aplastar, quizás era real, terminaría siendo alcanzada por todo aquello, no era una especie de heroína qué quería salvar al mundo, simplemente quería estar fuera de aquello, metió la foto en su lugar junto al libro y caminó a su escritorio. La puerta sonó levemente y después en un escueto siga, Anthony entro de forma pausada.

-Con permiso -expresó tomando asiento - Adam me comunico qué usted deseaba adelantar nuestra reunión.

-Sí, -Miró alrededor -Puede hacer su presentación aquí o podemos ir al salón de juntas.

-Aquí estará bien -Ella asintió.

-Como usted sabe, Electronic Suiza el año pasado cerró un negocio con algunos desarrolladores chinos y coreanos para crear una nueva gama de teléfonos superiores a lo ya visto, se contrataron manufactureras de alta tecnología en Beijing y la producción inicio hace poco.

-¿Él modelo fue el expuesto ante nuestros proveedores y marketing?

-Sí, el CK1800, también se habló con la línea de diseño y joyería para lanzar la línea exclusiva -Ella asintió.

-Cuál es el problema de forma concreta.

-Las patentes, estas fueron compradas a una pequeña firma de tecnología taiwanesa y se llegaron a los arreglos para comenzar la producción, ahora mismo está, muy avanzada como para frenarla, se perderían millones, pero si seguimos con el lote y no se esclarece ese asunto podríamos ser demandados por plagio y cualquiera de los dos panoramas no son alentadores.

Ella asintió, las dos opciones podrían llevar a perdidas la empresa, sin contar con qué tenían en marcha un contrato con KNC, ya se les había hecho la presentación del producto y se tenía pensado hacer el lanzamiento para el mes de diciembre, si se cancelaba la producción serian demandados por ellos, quienes ya habían comenzado con el lanzamiento previo y marketing, debía solucionar lo de las patentes así se retrasara un poco el lanzamiento al menos en las cláusulas del contrato firmado la penalización era menor y no estaría al borde de la quiebra al perder una producción entera.

-¿Han hablado con KNC para retrasar el lanzamiento?

-No, aun no se ha hablado con ellos -Marie suspiró era el primer proyecto que tenía bajo su cargo y si fallaba, definitivamente perdería la confianza de los socios y aún no podría perder su posición si quería hacer los cambios que tenía en mente.

-Yo me encargaré de ellos -Se giró y llamó a su secretaria - Susan, llame a la jefe de medios y marketing y pídale una cita. -Colgó el teléfono y miró a Anthony -Los documentos en donde nos cedían el uso de la tecnología, ¿en dónde están?

-Ese es el inconveniente, no están en ningún lado desaparecieron de la oficina de registros y ahora una persona hizo una reclamación por derechos -Ella apretó sus labios y lo miró, demasiado conveniente…

-¿Tiene que ver con la sucursal Taiwanesa?

-Verificamos con todos los empleados del lugar y no tiene relación alguna.

-¿Cómo puede hacer tal reclamación? -Dijo confundida.

-Tiene un documento en donde según él tiene los derechos. Pudo tratarse de un fraude por parte de la empresa, o quizás aquel hombre solo quiere tomar ventaja ante la pérdida de los registros.

-¿Intentaron llegar a un acuerdo?

-Sí, pero la cifra que pide es exorbitante -Ella asintió y se levantó

- Cualquier novedad me avisa -Dijo Marie y él asintió.

-Que tenga un buen día. -Marie esbozó una leve sonrisa y vio como él se retiraba. Se cruzó de brazos y caminó por su oficina, el teléfono sonó y ella lo puso en alta voz.

-La señorita Ferrer la recibirá el día de mañana a las 10:00 de la mañana-

-Ok, gracias.

-Señorita, la necesita alguien. -La mujer le dijo antes de colgar algo apurada.

-No espero a nadie. -Quedó pensativa.

-El señor Schütz insiste en verla -Ella soltó él aire.

-Dígale que siga

-Como usted diga

Poco después la puerta sonó levemente y él entró, tenía un traje oscuro una sonrisa en su rostro, no entendía para qué la buscaba.

-Marie Elizabeth, mi querida. -Ella lo miró plana -¿Cuándo podré verte loca de amor por mí?

-Creo que nunca, ningún hombre me ha enloquecido y creo la verdad que no existe. –

Por un momento pensó en el aviador la había enloquecido, pero no le diría a ese hombre sobre eso, además lo descartó un encontrón de una noche, eso habían sido y hasta el momento lo único que habían generado las relaciones en ella era dolor, así que prefería no sentir, era mejor si estaba alejada de ese tipo de situaciones.

-Eso es por qué no me has dejado -Se acercó a ella y Marie dio un paso atrás.

-Creí que ese asunto había quedado claro.

-Qué te hayas atrevido a meterte con mi empresa y como una vil ratoncita apoderarte de algunas de mis acciones, sólo incrementó mi interés. -Le tomó el rostro y lo sostuvo con fuerza- ¿Aún se trata del imbécil de LeBlanc? -Marie le sostuvo la mirada y le dio un puntapié con fuerza y se retiró

-Ya le dije que no me toque, odio que me toquen sin que lo autorice, ¿es tan simple entender eso?

-Debes entender que no se trata de lo que tú quieres.

-¿Ah no? -Dijo lentamente -Explíqueme, según usted de qué se trata.

-Pues qué la mujer, sólo está disponible para lo que a nosotros los hombres se nos antoje -Marie sonrió levemente, era patético discutir algo como eso, parecía estar en un maldito deja vu, con él siempre eran las mismas conversaciones-Tu silencio me dice qué me das la razón.

-Mi silencio sólo dice, que es inútil tirarle perlas a un cerdo. -Miró su reloj -Ya perdí mucho tiempo con usted, por favor váyase.

-Ni siquiera he dicho a qué vine.

-A parlotear como idiota, ¿no era eso?

-¿Tienes que ser tan grosera y falta de tacto? ¿Sabes chica que ningún hombre le gusta las sabelotodo y suficientes?

-No tengo por qué responder a eso. -Suspiró frustrada y comenzó a caminar a la salida -Me voy y si no sale de mi oficina en 2 minutos, seguridad vendrá a sacarlo -Sin mirarlo más salió del lugar y comenzó a caminar al ascensor.

Él la alcanzó y se puso a su lado, ella se giró y dejó de prestarle atención, pensó en sus palabras, aquello de las relaciones era difícil de comprender, con Thomas por ejemplo besarle por primera vez le había tomado más de seis meses para hacerlo y cuando decidió qué quería intimar con él aquello no había sido tan especial, su sexo le había dolido levemente, un poco de sudor y un leve orgasmo qué después qué se había ido se había sentido muy mal por orinarse en su primer encuentro, después de ese día habían estado una vez más y luego había regresado a Zúrich, cuando le volvió a ver un año y medio después estuvieron unas cuatro veces más y sentía qué quedaba un vacío, ella le pedía sexo, pero finalmente terminaba desistiendo de eso de alguna manera el sexo no había sido lo que pensaba, la relación de ellos estaba en decadencia y era evidente en la poca intimidad qué tuvieron.

Luego tuvo aquel incipiente beso con François, Thomas una vez le había dicho qué besaba bien y mejoraba cada vez qué lo hacía, pero al parecer para François no había sido de este modo incluso a ella no le había gustadotanto y se había levantado apenada y totalmente impropia, creía qué sería algo más estimulante y en ese momento pensó que era por qué solo eran amigos y él la trataba de esa forma.

Ahora sabía qué había desarrollado sentimientos, pero igualmente aquella noche en Vancouver también había sido extraña, no entendía nada de lo que sucedía entre ambos, le dolía su lejanía le dolía saber qué sentía cosas y él no, pero le dolía más la ausencia de esa compañía que él le había brindado durante casi cuatro años.

Empuño sus manos, habían sido amigos y ella de manera tonta había malinterpretado todo, suspiró ya no valía la pena seguir en lo mismo, debía continuar su vida, ya muy pronto podría exponer aquellos hombres y podría irse muy lejos y olvidaría todo aquello.

Miró de reojo y Gerhard la miraba, no entendía la insistencia de aquel hombre si era por interés era más qué claro qué ella no aceptaría tener nada con él, movió su cuerpo de forma inconsciente, de sólo pensar tener sus manos encima de ella le generaba escozor, no concebía ser tocada por él, de hecho después de Thomas no toleraba ser tocada por alguien más, se había acercado a François, pero a parte de ese episodio había evitado cualquier contacto físico.

Sintió un leve rubor en su rostro y su espalda se enfrió por completo al recordar aquel hombre en la fiesta de disfraces, por el sí que se había dejado tocar y definitivamente lo dejaría volver hacerlo.

Con ese hombre no habían sido simples caricias, sino que la había besado e incluso había hecho lo mismo con uno de sus pechos y si que le había gustado esa estimulación, un poco más y se acuesta con él, realmente no entendía qué le había pasado, la mirada y la voz de ese hombre era como si la hubieran hipnotizado, se había alejado y estaba dispuesta a salir de aquel lugar, pero finalmente no lo había podido hacer, él la miraba de una forma qué simplemente no podía decir qué no, además besaba y tocaba con tal intensidad que le era inevitable no caer rendida, imaginaba que no era la única, se veía realmente seductor como para ser un hombre monógamo.

Suspiró y finalmente se dio cuenta que era mejor que hubiese sido de esa manera: un encuentro fugaz, como le había a dicho a Matthew no quería a nadie en su vida, estaba cansada de sentir, de tomar malas decisiones, sin embargo no era algo a que preocuparse finalmente no tenía por qué volverlo a ver, no habían intercambiado nombres y ella había tenido aquel disfraz lo mejor era dejar aquel tema muerto y no desgastarse pensando tonterías.

No negaba que había sido un gran momento lo había disfrutado y con eso se quedaría, no tenía por qué sentirse mal, él no solo había disfrutado de su cuerpo, ella también lo había hecho había sido un intercambio justo, nuevamente suspiro un momento al pensar en sus labios, las puertas del ascensor se abrieron y la sacó de su letargo, se puso sus gafas oscuras y caminó al exterior, notó que Gerhard aún estaba a su lado, hizo un ruido de descontento y vio como el guarda le abría la puerta, los periodistas seguían en el exterior, de verdad tenía que hacer algo con ellos, no estaba acostumbrada a ese tipo de situaciones

Los periodistas los abordaron y comenzaron hablar al tiempo.

-¿Qué estén juntos significa que el compromiso sigue en pie? -Preguntó una de las mujeres, Gerard sonrió e iba hablar cuando Marie se adelantó y le hablo a él.

-No, todo es un encubrimiento sobre la verdadera inclinación sexual de este hombre, ahora la libertad de género es un hecho y no veo de qué avergonzarse-Gerhard la miró con su rostro duro y ella simplemente se giró mientras los periodistas se volcaban a él.

Los guardas la ayudaron a salir, mientras escuchaba qué Gerard la llamaba, sin embargo no era capaz de dejar de dar explicaciones a los periodistas, abrió la puerta del auto e ingresó suspirando, no tenía idea de por qué había dicho aquello, simplemente había salido de su boca sin más. Sacó su móvil y le marcó a Aiden.

-¿Elizabeth?

-Hola -Dijo algo más relajada.

-Te quiero ver -Dijo él coqueto.

-No puedo trabajo -Dijo sin más, Aiden se rió.

-Eres imposible, acepta un coqueteo por el amor a Dios. -Ella se sonrió, los había recibido, pero no de él, sólo qué era algo qué no pasaba con regularidad.

-Necesito un favor -cambió de tema -Quiero saber quien tuvo acceso a los archivos de la filial en Taiwán.

-Ok-Escuchó que le decía del otro lado -¿Vendrás para las fiestas el próximo mes? -Marie apretó sus labios.

-No sé-Bajó su cabeza era difícil aun pasar las fiestas con otras personas y más porque el paso que dio el año pasado con Fran sentía que este lo retrocedía.


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