La Heredera CAPÍTULO 24: Fantasía tierra peligrosa

 



Zúrich, verano de 1996

-Mami, no quiero ese disfraz de princesa

-Te ves hermosa, eres mi perfecta blanca nieves -sonrió su madre cálida.

-No, no quiero, odio las princesas. -Su madre arrugó el ceño, Jean Claude últimamente estaba metiéndole ideas extrañas a su hija y eso le estaba molestando.

-¿Es por el libro que te dio tu padre?

La niña bajó su cabeza y sintió hervir su sangre, ya la escucharía ese hombre, no tenía por qué hacerle eso a una pequeña de siete años y más si era su hija.

-Querida, sé que el libro que leíste tiene un final triste, pero ¿sabes? Blanca nieves pasa por muchas cosas tristes, pero finalmente llega el príncipe y la rescata y son felices en su reino.

- La fantasía es una tierra peligrosa; con trampas para los incautos y mazmorras para los temerarios. -Se escuchó la voz de Jean Claude y Lisa lo miró con el ceño fruncido.

La madre de Marie se levantó sin dejar de mirarlo seria, sacándolo de la habitación dejando la niña sola.

Madrid, Agosto de 2014

Tenía la cita programada a las seis de la tarde, aún estaba en Madrid debía arreglar unos asuntos antes de irse, era las 3:30 pm y aun revisaba las propuestas que le tenía al señor Shepard, había hecho dos carpetas personalmente una con la propuesta y otra con el informe del saboteo.

Bostezó y se estiró sintiendo como sus músculos se tensaban, era una sensación reconfortante si tenía en cuenta que llevaba más de seis horas trabajando sin descanso. Sentía que se metía en la boca del lobo, quizás debió hacerse la de la vista gorda y pasar por alto todo, pero Matthew Shepard, había sido todo lo contrario a lo que había pensado y de alguna manera se sintió con la obligación de meterse de lleno y decirle lo que ocurría.

Estiró su boca y metió sus dedos entre su cabello, aunque se dijera que era porque le había caído bien, no podía evitar pensar que de alguna manera también le gustaba meterse en líos, hacía más interesante su estancia en aquel lugar, una especie de adrenalina comenzaba a recorrer su cuerpo, al pensar en todo lo que se le venía encima, negó con la cabeza debía centrarse, no era un juego.

Se puso disfraz de ejecutiva y poco después se encontraba en el auto rumbo a la torre de KNC, no podía evitar sentirse triste era una sensación que la envolvía desde hace meses, la voz de una ella más pequeña retumbaba en su mente

-Mami, que ciudad tan linda -sonriendo alegremente - el sonido de las voces aquí es diferente, me encanta, ¿qué idioma es?

-Ellos hablan castellano -Lisa sonrió cálida -Una cara de sorpresa se dibujó en su rostro

-Seria encantador aprenderlo - recitando unas cuantas palabras que había escuchado -

-¿Ya sabes hablar algo?

- Gracias, ¡joder! -Dijo con lentitud - Bienvenidos

-¡Marie! No digas esa palabra, una niña no debe decirlas

-¿Cuál mamá? ¿Bienvenidos? -La madre aminoró el paso y se paró frente a ella

-Mientras no sepas que significa cada palabra es mejor que no digas nada.


Marie sonrió ante el recuerdo, los ojos verdes de su madre la miraban cálida, en su momento no lo supo, pero ahora era consciente que ella había hecho lo mejor al alejarla de todo. Cuando se fueron de la familia Keller, todo parecía una aventura, le gustaba la sensación de no saber en dónde despertaría y como sería el lugar.

-Llegamos -escuchó una voz que la sacó de sus pensamientos - Torre de Cristal de las cuatro torres -confirmó su asistente - la oficina queda en el piso 56

Ella sólo asintió y salió del auto en silencio, tuvo que esperar unos minutos en la entrada, el guarda de seguridad pidió papeles confirmando su identidad, después lo vio hacer unas llamadas, después la condujeron al ascensor, la arquitectura dentro y fuera era exquisita, parecía un diamante.

Antes de llegar al piso de las oficinas, encontró otra recepción, la decoración era sobria mayormente en blanco, había una rubia, estaba impecablemente vestida, algo exuberante, pensó Marie, sonriendo un poco. Allí esperó otros minutos sabia lo tedioso que eran esa clase de protocolos, pero sabía que para llegar a su oficina era una situación similar. Una vez confirmaron su cita, tomaron nuevamente un ascensor que los llevó hasta el piso 56.

Mientras estaban ahí cerró sus ojos Marie recordó a François salir con la señorita Bracho de la mano, eso de golpe le hizo recordar sus palabras, lo que tenga que ocurrir ocurrirá, de ¿verdad ella que quería que algo así pasara? Se odiaba por la situación en la que estaba, él le había comenzado a gustar, pero solo podía permanecer callada, sin decirle nada por miedo a que le pasara algo a él, o quizás miedo de eso confirmara las sospecha de que él no sentía nada por ella.

Era irónico, hacía tres años por ese mes buscaba a Thomas y semanas después lo vería, sin embargo en ese momento sentía que era como si hubiese ido tras él buscando aquel sentimiento que había sentido cuando estuvo con él años atrás, todo acaba, se repitió triste, cuando las cosas se quebraban todo se volvía diferente, ella quiso sentir lo mismo que sintió de adolescente, pero no podía aferrarse a esos sentimientos pasados.

Sin embargo, no todo era igual, las cosas habían cambiado, al igual que ella y Thomas. Recordó su rostro impasible diciéndole que no podía estar más con ella, lo mal y dejada que se sintió en ese momento, tocó sus anillos nerviosa y por un momento pensó en la sonrisa de François, sus tonterías y cada atención que le hacía.

-Señorita -una voz le hizo alzar su rostro - Llegamos

Con un poco de vergüenza por su distracción salió del ascensor asintiendo a las personas que venía con ellos. Llegaron donde la secretaria de Matthew Shepard era una pelirroja que la miraba extraño.

-Buenos días, la señorita Keller tiene una cita con el señor Shepard -dijo amablemente el joven -

-Buenos días déjeme verifico en la agenda- dijo torpemente, mientras ésta se le resbalaba de las manos.

Marie la miraba sin expresión, no entendía por qué se sentía tan nerviosa, Adam asintió en la dirección de la torpe secretaria. Sharon levantó los papeles con manos temblorosas y verificó el nombre de la señorita Keller.

-Efectivamente, aquí está programada, deme un segundo le comunico al vicepresidente que ya está aquí.

La mujer descolgó el teléfono y con la misma voz asustadiza habló por el auricular.

-Señor, la señorita Keller ya está aquí. Si señor. - Colgando el teléfono nuevamente se dirigió a la señorita Keller- Señorita, la acompaño.

-Gracias -dijo en español, estudiándola detenidamente, siguiéndola en silencio, junto a su asistente.

Caminaron por un pasillo de paredes blanca en ondas, Marie mirada el alrededor en silencio, era sobrio y a la vez tenía estilo, ella de detuvo frente a una puerta negra, la mujer pelirroja se detuvo un momento y después de tocar entraron a una sala de espera con grandes ventanas en vidrio que dejaba una panorámica de la ciudad.

La sala igualmente estaba con tonos planos, blancos y negros con una gran cantidad de pinturas, un cuadro según podía ver de algún pintor famoso, lo cual le recordó a François, quien sin duda se hubiese acercado a mirarlo. Sharon se retiró y Matthew se puso de pie al ver a Marie.

-Señorita Keller, me plació mucho ver que decidió llamarme. Siéntese por favor. -Marie sonrió algo nerviosa.

-Al contrario, me alegro que haya podido apartarme un espacio de su agenda -miró a su asistente y le pidió las carpetas que le había dado antes, notó que faltaba una y lo miró fijamente, el joven se dio cuenta de su olvido y se movió de forma nerviosa, asintiendo a los dos se retiró en silencio.

-Sharon, por favor. -Matthew Shepard le dijo con voz neutra a su asistente

-Ay si señor Shepard, permiso. - Matt le asintió y soltó el aire cuando se retiró

-Cómo ha estado señorita Keller

-Muy bien, gracias -sentándose - el clima en Madrid me ha encantado -diciendo esto último en español.

-Marie es de las pocas personas que dice eso.

-Prefiero los lugares cálidos, -sintiendo sus frías manos - quizás porque viví parte de mi niñez en ellos.

-Comprendo, a mí por el contrario me sucede al revés- le dijo sonriendo- Aunque he elegido Madrid como residencia no fue su clima quien me ayudo a tomar esa decisión.

Marie sonrió, él le comentó que antes había estado fuera de la ciudad porque tenía a cargo funciones menores, por un instante su mente vagó a la época cuando estuvo fuera del grupo después de la muerte de su padre, y eso le comentó a él aunque le sorprendía lo confianza que le inspiraba ese ese hombre incluso para decirle que estaba en el Grupo Keller por obligación.

No entendía por qué se sentía tan nerviosa, no hablaban de cosas personales pero su ansiedad crecía. Matthew le sonrió advirtiendo su nerviosismo.

-Señorita Keller desea algo de tomar, puedo ofrecerle borbón, vodka, Château Le Pin, agua gasificada o si quiere otra cosa se lo puedo mandar a pedir.

-Un café exprés estaría bien -Dijo sintiendo como sus pupilas gustativas reaccionaban al mencionar el café - no tolero el licor

-Muy bien- Matt descolgó su teléfono- Sharon, un café exprés, gracias.

Volvió su vista a Marie, quien seguía resultándole casi disfrazada en ese traje de ejecutiva, pensó en el momento en que había hablado de su participación obligada en el grupo Keller y como su voz había titubeado. Puso sus manos sobre el escritorio en forma de triángulo con una mirada impasible, esperando que ella continuara.

Marie suspiró y continuó exponiéndole la propuesta, le explicó que tenían de su lado lo mejor de la tecnología China testeado con la calidad que una marca suiza podría brindar a los usuarios.

Vio como él sin decirle nada hojeó una de las carpetas, mientras la escuchaba, notó que miraba su reloj cada nada y movía sus manos de forma extraña, no había notado nada de eso en la gala, sin embargo comenzaba a notar cosas extrañas en él, dejó de mirarlo y se giró por el lugar, era impecable, tenía un péndulo de newton, en movimiento tuvo ganas de tocarlo y reiniciar el movimiento.

Pronto comenzó a pensar en la ley de conservación de energía, como dictamina la teoría: la energía no se crea ni se destruye simplemente pasa de un cuerpo físico a otro, Newton había creado ese juguete para demostrar su punto y era realmente entretenido verlo

-Hábleme de la compañía China, ¿de quiénes se trata? -Habló él y ella lo desvió sus ojos a los ojos grises de Matthew Shepard, era verdad, no estaba jugando, se suponía que cerraba un trato.

-Se trata de industrias Tecnológicas Chen, el pasado año tuvieron en mejor Smartphone en el mercado, combinaron simpleza de entorno con una alta tasa de confiabilidad que prevenía infiltraciones, según los estudios su sistema operativo resistió malware de alto rango previniendo de esta forma infiltraciones, será encaminado primeramente a altos ejecutivos y se sacará una gama media para el público en general.

Matthew asintió, al tiempo que escuchaba un golpe en su puerta, Sharon pasó de inmediato y dejó la tasa de café sobre el escritorio.

-¿Se le ofrece algo más señor?

-No Sharon, puede retirarse. -Cuando Sharon salió volvió la vista a Marie.

-¿Cómo piensan enfrentar a la competencia? Apple- dijo extrayendo su teléfono- cuenta con el mayor rendimiento en el mercado, muy seguido de su principal competencia, Samsung, no veo nadie más liderando ese mercado. ¿No es un poco arriesgado confiar tanto dinero en un terreno tan blindado?

Marie sonrió, FIUX, la empresa parte del grupo tenía plena confianza de que las combinaciones de la mejor tecnología con un respaldo de calidad, darían buenos resultados.

-Me alegra que me formule esa pregunta, como usted dice Apple y Samsung lideran, comercialmente el mercado, sin embargo hemos hecho un estudio detallado en donde encontramos las falencias de los productos que ofrecen y encontramos fallas en cuanto a seguridad. Como le dije el estudió arrojó que el teléfono desarrollado en Industrias Chen pasó las pruebas de calidad frente a las marcas líderes, nosotros queremos recuperar la confianza y posicionarla junto a la competencia coreana como una de las mejores.

-La idea es -continuó Marie - crear un contrato de exclusividad de lanzamiento y promoción con su cadena televisiva, disculpe si el informe le resulta un poco escueto, -Marie tomó la taza de café sintiendo su aroma y bebiéndolo lentamente, la asistente se lo había traído caliente, eso la hizo sonreír.

-Espero me envié información detallada, no sólo de la propuesta, sino también del producto. Mi asistente se comunicará con usted para describirle las franjas en las que podría promocionarse el teléfono, en el informe le haré extenso los picos de rating para que con ello me especifique cuál se ajusta mejor a su demanda y también si requiere un manejo publicitario únicamente de España o de Reino Unido y Holanda.

-No tengo problema con eso, tendrá lo que pide pronto-Hizo una pausa- además si desea le puedo hacer una prueba cuando usted guste de la seguridad que le brinda Apple a sus datos - en ese momento sonó la puerta. -Matthew supuso que no se trataba de Sharon o ya habría ingresado.

-Adelante- dijo escueto. -El asistente de Marie, Adam entró y los saludó levemente con una tercer carpeta, esta era de color negro la entregó asintió y se retiró inmediatamente,

-Señor Shepard puedo parecer una cría-Eso era lo que le repetían, los socios del Grupo-sin embargo, déjeme decirle haré mi mayor esfuerzo para cerrar el contrato con éxito -Extendió la carpeta negra en el escritorio, entregarle esa carpeta a Matthew Shepard le significaba a ella poner su confianza en él, un movimiento en falso e incluso podría ir a la cárcel.-Espero esta carpeta pueda quedar solo entre nosotros, y aunque ahora mismo soy CEO del Grupo Keller, es algo que no podía dejar pasar. -Matthew le recibió la carpeta, ella parecía muy seria.

-Marie- le dijo con calma- si le dije en algún momento que era una cría, no fue en este espacio. Sé separar los negocios de la caridad, aunque la caridad nunca se separe de los negocios. Cuando lea el informe que le enviará Fabián, mi asistente, vuelva a ponerse en contacto conmigo, ya tiene mis números- Se puso de pie y extendió su mano- Un placer- ella lo sujeto, la advirtió fría- al soltarla miró nuevamente su reloj, aun tendría que lidiar con unas cuantas cosas antes de poder ver a Rebecca.

-Fue un placer, - sacando una tarjeta de su bolso y entregándosela - aquí tiene mi tarjeta, y podré explicarle más afondo el contenido de la carpeta negra.

Retirándose del lugar.

....👔....

Acomodó la pequeña blusa que tenía, le encantaba andar ligera de ropa y sin sostén la libertad de sus pechos al aire era única, se preparaba un café, en esta ocasión había elegido una mezcla de café Arábigo y Robusto, le gustaba porque mientras el primero era más aromático y dulce el segundo era más generoso e intenso, dando como resultado un café extraordinario.

Su pasión por el café había iniciado estando ella muy joven, aunque su madre no se lo dejaba tomar, poco después de la muerte de su madre y ella reinició sus viajes su curiosidad por el café aumentó y a donde llegaba no podía evitar probarlo, incluso había trabajado como barista con el fin único de perfeccionar su técnica.

Así poco a poco se fue convirtiendo en una experta en blends, podía reconocer cada una de ellas e incluso tenía recetas propias según sus gustos, en medio de su exploración se había dado cuenta que no le gustaba las mezclas con cafés de origen brasilero que daban un sabor y cuerpo más chocolateado y dulzón, incluso los blends centroamericano que eran más aromáticos y delicados.

El café a Marie le gustaba fuerte y negro similar al espresso italiano, olió su taza humeante e hizo una mueca de placer, era un momento único que le gustaba disfrutar después de un día de estrés. Suspiró Matthew Shepard no había visto la carpeta y tampoco la había llamado, esperaba no equivocarse en sus apreciaciones con él y no terminara en alguna celda rindiendo indagatoria por robo de información.

Sabía que eso de la interacción no se le daba muy bien, su madre la había guiado en su niñez, le había enseñado a no corregir a los mayores ya que era de mala educación, aunque si era sincera antes de la muerte de su madre ella era diferente, era muy social y cariñosa, abierta y con muchas ganas de interactuar y preguntar, después de su muerte se había tornado cerrada y con muchos miedos, incluso si era sincera no recordaba nada del accidente y las pocas veces que intentó recordar terminaba muy mal.

Desde que había llegado a ese medio era grosera y déspota, no le interesaba lo que los demás pensaran de ella, sólo hacer lo que se suponía que debía hacer y que hasta el momento no entendía muy bien, e irse. Su móvil comenzó a sonar, sin dejar su taza atendió.

-Marie Keller al habla- poniendo su taza de café en la cómoda. Matthew soltó el aire aun irritado y desconcertado.

-Marie ¿qué significa esto? De repente se ha infiltrado en mi sistema para demostrarme que mi teléfono no es seguro. -Hizo una pausa para calmarse-Como broma es muy mala.

Marie sonrió, era él, al menos no la había llevado a una comisaria y antes la había llamado, respiró aliviada, por ahora este hombre no tenía intenciones de acusarla.

-No, no se trata de ninguna demostración, ésta la hubiese hecho si me da su permiso. Esta información tiene que ver con un asunto más delicado en donde su empresa es la que esta mayormente comprometida, no sé si recuerde el caso de CityBank, tuvo que ver con ellos.

-Los documentos que me dejo en aquella carpeta, tenían únicamente correos míos, no sé si usted esté al tanto de otros archivos, de allí que pensara que había hecho la demostración infiltrándose en mi teléfono. Señorita Keller considero que este asunto no debe ser tratado por teléfono- miro su reloj- me temo que es algo tarde, pero considero que debe ser atendido a la mayor brevedad ¿continua en Madrid?

-Lo siento salí de la ciudad en cuanto salí de su oficina - dijo mirando la suite en donde estaba

-Necesito que hablemos personalmente a la mayor brevedad de ser posible. -Habló con el tono de voz alto.

-Puedo preparar un vuelo a primera hora a Madrid - Respondió Marie mientras volvía a tomar su tasa.

-Muy bien. Buenas noches señorita Keller.

Marie colgó y bebió su café, encendió su laptop y minutos después el rostro de Aiden apareció en la pantalla, quien bajo su mirada al insinuante escote qué ella tenía. Se aclaró la garganta y Marie tomó un poco más de su café.

-¿Sucede algo? ¿Estas indispuesto? -Aiden rió al ver qué ella estaba ajena a lo qué sucedía de su lado.

Aiden pensó que Marie Elizabeth era una mujer que no usaba escotes y ver uno en ese instante era una novedad, una muy buena novedad. Morbosear a la que se suponía era su amiga no era algo nuevo, lo había hecho tiempo atrás cuando aún era novia de Tom, le parecía injusto qué él tomara una chica como ella tan inocente y virginal, sabía lo imbécil qué su amigo podía ser, después dejó de ser la novia de Thomas y tuvo un lugar como Marie y dejó de tenerle ganas, Pero en ese instante ella de forma descuidada le estaba mostrando partes de su cuerpo y no podía evitar pensar de más.

-Pudiste hablar con el presidente de KNC? -Le preguntó Aiden desviando su mirada a unos papeles qué tenía en su escritorio

-No, solo pude ver a vicepresidente, hoy me reuní con él, no quiso ver la carpeta y apenas recibí su llamada. ¿Están seguros que el ataque será a finales de mes? -Respondió ella mientras se levantaba y rascaba su trasero por encima de una delgada franelas y Aiden volvió a carraspear.

-Oye ¿podrías ponerte algo más? Estás frente a un hombre. -Marie se giró al laptop y lo miro con él ceño fruncido.

-Eres tú solamente-Aiden entorno sus ojos, según ella ¿él qué era? ¿Un animal? ¿N siquiera le gustaba un poco qué ni lo veía como un hombre con impulsos? -un amigo.

Marie podía hacer cálculos asombrosos como determinar la raíz cuadrada de un número de más de tres dígitos en minutos sin ayudas externas, hacer cálculos matemáticos de fórmulas difíciles o llevar secuencias al momento de hacer programación, pero definitivamente era lenta en el arte de relacionarse y darse cuenta qué alguien se interesaba en ella. Había sucedido cuando conoció a otro miembro del equipo y no había parado en darle cumplidos, sin embargo Marie no se dio cuenta y finalmente el hombre se había dado por vencido.

-Voy a copiar el archivo completo por favor envíalo-Ella cambó de tema, definitivamente era lenta.

-Tener ese archivo te podría traer problemas

-¿Más problemas de los que tengo? Además, sólo descargaré lo más importante, debo darle algo más a Matthew Shepard.

Estiró su mano a una de las gavetas y sacó una memoria plateada que estaba adherida a una pulsera de zafiros, comenzó a copiar los archivos y después de ponerle una clave de acceso la guardó

-¿Cuándo vas a venir? -Aiden le preguntó esperanzado, esperaba qué pronto dejara la idiotez de estar en ese lugar y retornara a su vida antigua.

-Espero mañana estar allá-Marie bostezó y puso una de sus manos en su boca-Gracias, hablamos después-Cortó de inmediato la comunicación.

Después de preparar su viaje de regreso, se paró en el balcón mirando a Paris de noche, apretó su móvil, quiso llamar a François, escuchar su voz desenfadada y que le hiciera sentir que todo esto iba a pasar rápido, sin embargo la oscura habitación era un recordatorio de que no era así, no por el momento, Beltram le había dicho qué él podría salir lastimado y realmente no quería eso, no quería pensar qué por su culpa alguien muriera.

......💥......

Tres horas más tarde se encontraba nuevamente frente al gran edificio de Cristal, pasando por cada uno de los protocolos que la noche pasada había tenido, nuevamente estaba con su asistente esta vez él sosteniendo un laptop frente a la torpe secretaria pelirroja esperando a que le dejara pasar, no había podido dormir bien y había estado leyendo el libro que François le había regalado en diciembre.

-Señor Shepard- dijo sosteniendo el teléfono blanco- la señorita Keller está ya aquí. -Hizo una pausa escuchando- Muy bien señor. Señorita- dijo dirigiéndose a ella- Acompáñeme- Al ver que el asistente las seguía se giró- Lo siento, el señor me pidió que fuera a solas y que no fueran interrumpidos.

Marie asintió, tomó el laptop y siguió en solitario a la secretaria. Sharon tocó la puerta y sin esperar respuesta abrió la manija, luego se retiró cerrando con llave como antes ya se lo había pedido el señor Shepard.

Marie lo vio en su escritorio, lo percibió inquieto así que antes de que pudiera decirle algo caminó hacia él y respiró profundo era mejor salir de eso.

-Sé que el asunto es urgente, así que no me iré con rodeos -hizo una pausa - solo quiero pedirle que lo que pueda decirle hoy en esta oficina sea tratado con delicadeza, nadie sabe de esto, además no estoy como CEO del grupo Keller. -Tragó saliva de alguna manera le estaba dando visos de su vulnerabilidad, no entendía por qué se arriesgaba por un hombre qué apenas y conocía.

-Señorita Keller imposible que se escinda de su labor como cabeza del grupo Keller cuando esto evidentemente se trata de un complot corporativo. Lo que no logro entender es por qué tiene usted este tipo de información, si es de carácter confidencial. - Le espetó con firmeza, sin embargo su rostro seguía impasible.

-Se supone que como CEO no debería estar al tanto de esta situación, incluso el mismo Grupo en está en la mira.

Matthew puso su dedo índice en su barbilla y la estudio, ahora mismo no confiaba en esa mujer, ¿qué pretendía con compartirle algo así? Debía evaluar sus intenciones.

-Señorita Keller haré que le traigan su café- descolgó su teléfono- Sharon un café exprés por favor.

-Gracias-Tomo su cabello y lo llevó a la espalda.

-Como usted bien lo dijo, es mejor desprenderse de las formalidades ¿qué espera que yo haga con esa información que me comparte?

-Yo esperaría qué reforzara la seguridad de sistema y protegiera la información de sus clientes, sin embargo no servirá de mucho, éstas personas son expertas, la mayor parte de sus secretos corporativo ya fueron extraídos y serán expuestos, quieren generar caos y desestabilizar. -Marie hizo una pausa y tomó su cartera, sacó la pulsera y desprendió uno de sus dijes una USB y se la extendió-No le pido que confíe enteramente en mí, apenas y me conoce, pero le puedo asegurar que puedo ayudarle, como le dije anteriormente, no como una Keller, pero para eso necesito que por lo menos me garantice que me escuchará sin prejuicios y además de que este seguro de todo lo que esto implica. Si su respuesta es negativa, sólo le entregaré esta USB y dejaré que resuelva esto a su manera, sé que lo puede hacer igual, nunca he dudado de eso, solo que ya tengo un camino recorrido en este asunto lo cual le evitaría investigar algo que ya tengo.

-Marie usted me pide que confíe en usted, sin embargo ¿lo hará usted en mí?

Marie lo estudió detenidamente, estaba dispuesta a compartirle su vida oculta como Elizabeth Davis, arriesgaba su posición y él le preguntaba si confiaba en él. Intentó abrirse lo más que pudo le explicó a lo que él ella se exponía por estar ahí, y que esa era su garantía de que estaba confiando en él.

Nuevamente se preguntó por qué lo ayudaba... Ah sí, le gustaba meterse en problemas era una posible respuesta.

-El día de la gala como le dije que, este medio convierte en monstruos a las personas, si le soy sincera, sentí que usted era diferente, -Continuo Marie-y quise hacerlo participe de las infiltraciones, aunque inicialmente sólo tuviese interés presentarle la propuesta. Así, que por eso le pido que me escuche sin prejuicios una vez haya confianza plena le aseguro que eso no cambiara por mi parte.

-Bueno Marie, usted misma lo ha expuesto este mundo es delicado, yo no sé si hay monstruos como usted dice, pero siempre hay alguien intentando tener un mayor beneficio de cualquier asunto, así que le mentiría si le digo que mi confianza en usted es absoluta, no tengo ese tipo de confianza hacia nadie o bueno, hacia casi nadie, en vista de que hablamos de asuntos personales la noche de la gala, sabrá que si confió mucho en William Tilman, pero es algo que tanto él como yo separamos tajantemente de los negocios.

Matthew Shepard hizo una pausa y tamborileo los dedos sobre la mesa, considerando lo que ella le acaba de exponer, mientras Marie lo miraba, sintiéndose algo ansiosa ante el movimiento de los dedos de él.

-¿Sabemos de qué va este asunto de las infiltraciones corporativas? ¿Con qué objeto se están realizando estas infiltraciones? Tengo un equipo en ello, no obstante me gustaría que me dijera sus propios avances, le diré a mi asistente que le envié el informe de mis ingenieros de sistema.

-Lo sé señor Shepard, solo hablo de negocios, -sonriendo - no le pido que confíe ciegamente en mí a modo personal.-hizo una pausa-En cuanto a su pregunta, sabemos que es un grupo llamado American Eagle, se infiltran y buscan información corporativa valiosa que después exponen, no sé si recuerde el caso del ScotioakBank, una infiltración generó caos cuando las acciones que tenía el Wall Street, dejando en picada las acciones, ahora mismo la gente se aglomera en las sedes principales con el fin de buscar respuestas a sus intereses me quedaría corta si le digo que pretenden con su compañía en particular.

Hizo una pausa, lo siguiente que le contaría era difícil de decir, básicamente si él en algún momento quería ponerla entre la espada y la pared, con esa información lo podría hacer

-Security virtual black hounds es una compañía de mi propiedad, no de Marie Keller, sino de Elizabeth Davis, ahí le respondo su primer pregunta, por eso tenía estos datos y por ese motivo les llegó la información que los American Eagle sistemáticamente desde este años atacan empresas, tomando sus secretos corporativos, sus trapos sucios, desestabilizando, son hackers dispuestos a demostrar de que son capaces, aún no hemos logrado ubicar una IP física que nos diga desde donde operan pero según el equipo experto en hackeo pueden ser muchos en todo el mundo-Él asintió.

-Seguramente operan desde IPs remotas.-Matthew intervino- ¿Tiene alguna lista con nombres de otras empresas? Eso ayudaría a entender cómo colapsaron e intentar realizar un control preventivo. Por el momento verifique los estados de cuenta de la empresa, todo está en orden, a decir verdad me preocupan más los clientes.

Tomó de su pulsera otra USB y se la extendió

-Aiden y el resto del equipo tienen información importante, hasta el momento como cité anteriormente, primero caotizan el sistema, lo inhabilitan bloqueando sus servidores, no tienen un patrón, pero hasta lo peor del asunto es que no han podido ser localizados. Esta USB, contiene los datos que me solicita hasta ahora han sido 4 empresas en total, unas más grandes que otras.

Matthew se pasó su mano por su pelo, consideró lo que acaba de escuchar y descolgó su teléfono.

-Martínez necesito que suba a mi oficina.-Se volvió hasta ella

- Le he pedido al jefe de sistemas que venga, creo que podría encargarse del asunto de los servidores remotos.

Ella asintió,

-Si sirve de algo localizamos una dirección física en Rusia, sin embargo era una bodega vacía. Si desea puedo hacer que unos de mis expertos hablen con su persona a cargo. Ellos tienen información más detallada de lo que tengo yo. Finalmente, es poco lo que puedo hacer desde donde estoy. Tengo un viaje próximamente a Nueva York.

-Desde luego que no está en Rusia, debe estar muy lejos de allí, en realidad conozco ese tipo de funcionamiento, lanzan varias direcciones IP y luego se cae sin dar con el verdadero paradero.-Matt alzó sus cejas, y miró su reloj, aún no había podido hablar con Rebecca, el desespero lo estaba consumiendo, extrajo su iPhone de su chaqueta- discúlpeme señorita Keller debo hacer algo.

Dejó de mirarla y marcó el teléfono de Rebecca, aún sentía sus manos humedecerse cuando le marcaba, a los pocos timbres ella atendió. Marie lo detallo, era como si hubiese cambiado algo en él.

Matthew Shepard sonrió y pronto su rostro tuvo otro semblante, se veía más jovial incluso más apuesto sonrió para sí, Marie dejó de míralo y escuchó que le preguntaba Hola ¿qué tal dormiste?

Al parecer era una llamada privada, suspiró y recorrió con sus ojos la oficina dejando de escucharlo, después de unos pocos minutos lo escuchó despedirse. Desvió su mirada a él y vio como sus ojos se cruzaron.

-Lo siento hablaba con mi novia, con todo este asunto olvide avisarle que no la vería. -Se disculpó

-No se preocupe, le decía que haré un viaje a EE.UU. si desea conocer más a fondo este asunto me gustaría que me acompañara, lo que ahora buscamos es encontrarlos y tenemos algunas pocas pistas. Como dice un adagio la voz de pueblo es la voz de dios, no obstante la voz del pueblo es la que manejan los medios, el poder que tiene en sus manos nos puede ayudar a sacar muchas empresas de las manos de estas personas.

-Precisamente le iba a plantear algo similar, no sé si escuchó, pero ya daba por hecho hacer ese viaje. Quiero conocer a las personas que se han encargado de los rastreos, como le dije, ya tengo gente trabajando en blindar la red electrónica de KNC, lo que me preocupa son mis clientes no quiero que nada de esto los afecte.

-La infiltración se detectó a tiempo así que espero no se generen daños considerables. Señor Shepard, - estirando su mano- me retiro hacer los arreglos concernientes al viaje.

-Hasta luego señorita Keller- dijo recibiendo su mano.

Marie salió de la oficina, tenía que comenzar a preparar su viaje, no podía tomar el jet privado de los Keller, ya que no debía levantar sospechas, se sentía nerviosa miró hacia atrás como si alguien la persiguiera, ya andaba paranoica, pasó por la misma secretaria pelirroja, pero no vio a su asistente, estaba molesta y ¿si a Adam le daba por abrir su boca?

Tomó el elevador y cerró por un instante sus ojos, intentando calmarse, Adam había demostrado que era discreto, o bueno eso creía ella. El timbre le anunció que sus puertas se abrían, echó un vistazo, sin embargo su asistente seguía ausente con su mano libre tomó su móvil y se dispuso a llamarle, una vez contestó comenzó a avanzar, su preocupación se transformó en rabia, cuando se ponía furiosa no hacía más que hablar en diferentes idiomas, marcando un poco más su acento alemán, el pobre asistente que entendía poco lo que le decía solo podía repetir en alemán, que estaría ahí pronto.

Alguien tocó su hombro y saltó levemente, demonios alguien del grupo la había descubierto.

-Señorita- Una voz con un marcado acento inglés le habló- Keller, olvidó su credencial- Tenia su mano estirada ofreciéndole su tarjeta

Marie se detuvo unos instantes estaba tan concentrada dándole una reprimenda a su asistente que la tomó por sorpresa, era un hombre alto y rubio, realmente apuesto, lo miró un instante y después miró la recepcionista, guardó su móvil y le recibió la credencial, él sonreía y ella se detuvo levemente en esta, sin embargo desvió su mirada hasta el hombre.

-Gracias - le respondió en el mismo idioma que él le había hablado, sin más asintió y continúo su camino.

Eso la había tomado por sorpresa, pensó, ahora debía encontrar a su inepto asistente y comunicarle que su tiempo con ella había terminado. Iba de salida cuando escuchó que la llamaron era él que corría tras ella.

-Señorita disculpe tuve que salir un momento Beltram la llamó y no podía atender la llamada en público.

Eso, aunque la tranquilizó un momento le hizo caer en la cuenta que conseguir otro asistente era difícil para ese momento, por ahora se quedaría con Adam.

Le entregó el laptop y caminó por delante de él, debía buscar un lugar discreto en donde pudiera cambiarse y deshacerse de sus guarda espaldas, afortunadamente Beltram había previsto esos detalles y Adam en ese instante le daba las llaves de una suite en donde tenía dispuesta una maleta, su pasaje e incluso un auto para una vez llegara.

Tomó su móvil y le marcó al señor Shepard, concertaría la cita en una de sus sedes en el Rockefeller Center las siete horas de viaje serian agotadoras, pero era mejor no perder tiempo.

-Shepard

-Habla Marie Keller, la reunión la tendremos en la sede del Edificio IAC, si le parece bien en las horas de la noche puedo arreglar una cita con el equipo entero para que usted mismo pueda ver los avances que hemos hecho, me dicen que tienen una pista fuerte que nos puede llevar a algo más rápido de lo que creímos

-Muy bien, arreglaré todo y en la noche nos vemos.

-Así será -colgando el móvil -

Tomó la maleta que le habían preparado y revisó lo que tenía, no había vestidos, eso la alegró un poco. Se miró al espejo y notó que no se había maquillado, se echó un poco de bloqueador, tomó los delgados anillos de oro y se los puso. Se tocó sus orejas sintiendo los pequeños pendientes que François le había regalado, también se los llevaría.

Una vez estuvo a bordo se acomodó, no solía escuchar música, pero tomó los auriculares con algo de música clásica quizá con un poco de suerte la ayudaría a conciliar el sueño.

-Princesa - la voz dulce de su madre la arrullaba - despierta,

-Umm -refunfuño Marie - no me digas princesa -moviéndose en la cama

-Eres mi princesa, que mañana ya cumple 15 -sobándole el cabello -Marie se sentó en la cama.

-Umm- expresó restregándose los ojos -

-Dijiste una vez que envidiabas a Andrómeda - sonriendo al ver su cabello alborotado -

-Sí, de niña soñaba que un príncipe como Perseo, viniera a rescatarme en un Pegaso -sonrió tontamente - Pero me di cuenta que los príncipes no existen, simplemente le puedes dejar de gustar y dejarte atrás. -Su madre la miró con tristeza era evidente que se refería a su padre y ella, sin embargo trató de sonreír.

-Te tengo esto - mostrando una cadena que parecía ser tres con tres dijes diferentes -

-Oh madre es hermosa, ¿qué quieren decir los dijes? -Poniéndosela en su cuello -Su madre se disponía a responderle cuando un ruido en la sala la distrajo

-¿Qué fue eso? -habló Marie al ver a su Lisa levantarse.

-Espérame aquí no me demoro -sonriendo tiernamente, dándole un beso en la frente, el corazón de Marie comenzó a latir frenéticamente, no quería que se fuera.

-¡Espera, no te vayas!-Gritó angustiada


Marie abrió sus ojos dándose cuenta que aún continuaba en el avión, su corazón latía fuertemente, ese sueño era algo recurrente, dormir era realmente molesto cuando las pesadillas la asaltaban.

Tocó la cadena que tenía puesta, había sido su regalo de 15 años, el último recuerdo de su madre, sabía que ella se la había dado por las letras que tenía gravada en uno de los dijes a veces quería pensar que ese sueño le mostraba el preciso instante en que ella se lo dio y aunque sentía la calidez que recordaba en ella siempre terminaba con el pulso acelerado y la respiración entre cortada.

-¿Desea algo de comer? -Preguntó la azafata y Marie sintió crujir su estómago, no había comido nada en todo el día.

-Si, por favor. Cualquier cosa estará bien.

-¿Algo para tomar?

-Sólo agua.


Minutos más tarde comía pasta, "un buen vino es la clave para disfrutar la pasta" recordaba a François, "sé que tu paladar no es exquisito" se había atrevido a decirle "pero probaras lo mejor que hallas podido comer en tu vida". Sus palabras retumbaban en su mente de un momento a otro, ¿sería adecuado decirle que le gustaba? No, no quería que su amistad se rompiera, finalmente no estaba segura si él podía corresponder sus sentimientos.

Recordó el día de la gala y como miraba a la señorita Bracho, sintió una punzada en su pecho, desde hacía días esa opresión había crecido y ahora la sentía mucho más. Tal como estaba Pauline daba a entender que estaban en una situación comprometedora, frunció el ceño cuando recordó que la había relacionado con Matthew Shepard, en su oficina dijo que hablaba con su novia, ¿se refería a la Señorita Bracho?

Dejó de lado pensamientos innecesarios realmente no le aportaban en nada y no era su problema.

Dos horas más tarde se encontraba en el aeropuerto, realizó los diferentes papeleos para entrar al país y poco después fue a buscar su maleta.

Se paró frente a la cinta esperando su equipaje, se agachó para tomarla cuando sintió que alguien tras ella la tomó antes, Marie con sorpresa volteó vio a su lado a Aiden, él le sonrió cálidamente y la tomó de la mano.

La miró de soslayo y vio su cabello revuelto, tenía un suéter rojo holgado y muy seguramente no llevaba sostén, con su mano derecha repleta de anillos de plata quitó algunos mechones de su cara, a veces le parecía tan hippie.

-No puedo creer que no nos dijeras la hora de tu vuelo, ¿pensabas llegar a conducir después de 7 horas de viaje, por Nueva York? -Marie sonrió.

-¿Ustedes no se cansan de stalkearme?

-Estamos a tu servicio, imitando una voz androide -riendo seguidamente -

-Déjate de tonterías -sonriendo desenfadamente.

-Ya decía yo, la señorita Elizabeth tenía un tanto perdida su sonrisa, así te vez mucho más hermosa -dándole un beso en su frente.


Aiden era Neoyorkino, se había conocido con Marie en unas vacaciones en Toronto, pues era conocido de Thomas, después de hablar un par de veces se hicieron muy buenos amigos, él era un experto en tecnología virtual y juntos crearon un proyecto, al que poco a poco se comenzaron a unir el resto del equipo. Él se había atrevido a confesarle sus sentimientos, sin embargo Marie salía con Thomas en ese momento.

-¿Por qué tanta prisa? -Dijo Marie tratando de sacar su celular - Ah, verdad tu siempre lo estas.

-Pequeña, esta metrópoli avanza rápidamente y si no haces lo mismo, te puedes quedar atrás-Respondió Aiden sin aminorar su paso y Marie intentaba igualar sus zancadas.

Caminaba con su maleta con naturalidad, tenía una camisa a cuadros doblada en sus brazos dejando ver unos cuantos tatuajes, unos pantalones holgados color negro, se había ejercitado últimamente, Marie lo vio detalladamente, tenía debilidad por un cuerpo atlético, sabía que eso era filogenético, a las mujeres les gustaban en su mayoría hombres altos y acuerpados debido a que esto se relacionaba con aspectos de protección y virilidad, eso la hizo sonreír, recordó la espalda torneada de François de un momento a otro movió su cabeza, debía sacarlo de su mente.

-¿Te sucede algo? -la miró desconcertado.

-Nada -dijo de repente tímida y él sonrió con picardía.

-Definitivamente no eres tímida algo pasa-Marie no lo miró y se adelantó-Espera no sabes dónde estacioné el auto-Corriendo tras ella y desviándola del camino.


Llegó una camioneta negra, abrió la parte de atrás y metió su maleta.

-A qué hora viene el inglés -preguntó una vez entró en el auto.

-Le dije que en la noche nos veríamos en la sede, ¿estará todo el equipo?

-Umm no, no podrá esta Keap, ni Blue.

-Con ustedes bastará, ¿que han podido encontrar demás?

-Diseñamos un programa que está en tiempo real localizando las IP y depurando servidores. La idea es crear un sebo, para atraerlos, de eso hablaremos con el inglés.

-¿Quieres que sirva de sebo? Le extrajeron una gran cantidad de información de su empresa y si no fuera por ustedes ellos la tendrían toda. Su empresa está en una posición delicada.

-¿Crees que aceptará? -la miró de reojo.

-No sé, lo vi algo prevenido, no sé si confíe, intenté mostrar lo mejor de mí en esta situación, pero no sé, no podría decir que tanto desconfiado esté. ¡Demonios! Me he metido en una mierda de lío grande.

-No te preocupes descubrirá tu agudeza en los negocios.-Marie suspiro si era honesta solamente quería ser un desastre y zafarse de todo eso.

-Aiden, yo solo quiero que termine mi año en la empresa-Dijo bostezando de repente.


Aiden la miró con cariño, era el único que conocía de su relación con los Keller y aunque no sabía mucho más allá, sabía que tenía una carga pesada, nunca quiso forzarla a que le dijera más de lo que necesitara expresar.

Marie dejó de mirarlo y comenzó a cabecear, había dormido en el avión, pero se sentía cansada, sus ojos se intentaron cerrar y en ese instante de letargo vio el rostro de Thomas que se acercaba a besarla, sacudió su cabeza y abrió sus ojos, ¿por qué Thomas había llegado a su mente? ¿Aun lo deseaba? Que estupidez se dijo para sí, mientras la cola de carros se movía un poco.

Continuaron el camino en silencio entraron a la zona del parqueo, el ascenso fue igual de callado, llegaron al piso de las oficinas principales, el color hacia explosión por todo el lugar, había dibujos tipo Pop Art que combinaban lo sofisticado con un concepto fresco, dado que no era simplemente seguridad, ellos estaban en el mundo de la creación de juegos en línea y recientemente de consola.

Caminaron hacia el salón principal, era un espacio amplio con grandes ventanas lleno de ordenadores y pantallas con diferentes procesos. Aiden la llevó a un monitor.

-Mira como saltan los servidores, hasta el momento sabemos que tiene un patrón, el cual cambia cada día, sin embargo esperemos al invitado, para que puedas descansar. En mi oficina puedes estar un rato.

Marie asintió y se dirigió hacia el lugar que Aiden le dijo, llevaba una carpeta en donde tenía fechas de los ataques y lo que había pasado en cada caso, tenía un documento en Ruso, que no había examinado así que tomó un bolígrafo y comenzó a extraer las cosas más importantes, leyó el informe completo, cuando sintió que la puerta se abrió era Aiden.

-Ya todos están aquí, te quieren ver aun no llega el inglés.

Marie levantó su cabeza y sintió un leve mareo, Aiden la miró con preocupación y caminó rápidamente hacia ella, Marie lo miraba confundida, él sacó un pañuelo de su bolsillo y comenzó a limpiarle la nariz.

-¿Estas descansando correctamente?

Ella sin poder contestar sólo pudo asentir y una vez tomó el pañuelo en su mano solo pudo decirle.

-Sí, dormí unas horas en el vuelo, pero ahora arruiné el documento -al ver como unas gotas de sangre en el papel - creo que tendré que hacer uno nuevo, no puedo mostrarle esto a Mr. Shepard.

En ese momento una mujer joven de ojos verdes se paró en el umbral de la puerta, tenía el cabello muy rubio que parecía blanco y las puntas parecían un arco iris, lo labios de un rojo oscuro, un piercing en su nariz y la camisa negra sin magas que dejaba ver un tatuaje en su cuello y otros en sus hombros.

-Llegó el bombón inglés - dijo con solemnidad.

-Cristal -dijo Marie a modo de saludo, sin embargo ella la ignoró y salió de la habitación

-Está un tanto sentida -dijo Aiden - ya que solo estuviste aquí leyendo y no fuiste a verla.

Marie no dijo una sola palabra más y recogió los documentos del escritorio.

-Vamos, no espera una larga noche.


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